Extraño caso de ataques acústicos en La Habana
Gobierno de Castro colabora con EEUU para saber qué pasó.
La nueva relación diplomática entre Estados Unidos y Cuba que comenzó hace dos años se vio enturbiada por lo que funcionarios estadounidenses creen se trató de una serie de extraños incidentes en los que varios diplomáticos norteamericanos en La Habana sufrieron pérdida auditiva severa atribuida a un dispositivo sónico encubierto.
Incluso se cree que los funcionarios diplomáticos podrían quedar sordos tras el insólito incidente, que causó como represalia de EEUU la expulsión de dos funcionarios de la embajada cubana en Washington. Los diplomáticos de Estados Unidos empezaron a sufrir una inexplicable pérdida auditiva en el otoño de 2016, de acuerdo con funcionarios al tanto de la investigación del caso.Varios de los diplomáticos eran recién llegados en la embajada, que reabrió en 2015 como parte del restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba del entonces presidente Barack Obama.
Algunos de los síntomas que los diplomáticos presentaron eran tan severos que se vieron obligados a cancelar sus giras antes de tiempo y regresar a Estados Unidos, dijeron funcionarios. Después de meses de investigación, las autoridades
de Estados Unidos concluyeron que los diplomáticos habían sido expuestos a un dispositivo sónico avanzado que operaba fuera del rango del sonido perceptible y que había sido desplegado ya sea dentro o fuera de sus residencias. No queda claro por el momento si el dispositivo era un arma usada en un ataque deliberado o si tenía otro propósito.
Los cañones que emiten un ruido de baja frecuencia son utilizados desde hace años para dispersar manifestaciones, pero también existen desarrollos secretos de señales infrasónicas con efectos letales: desde mareos hasta la muerte. De comprobarse el ataque, se trataría de una situación sin precedentes en el uso de las llamadas "armas acústicas", que van desde aparatosos dispositivos montados sobre camiones para controlar manifestaciones grandes o grupos de personas, hasta diminutos aparatos con frecuencias imperceptibles infrasónicas.
Los Dispositivos Acústicos de Largo Alcance (LRAD, en inglés), también llamados "cañones sónicos", forman parte del primer grupo y son utilizados actualmente por las fuerzas de seguridad para controlar manifestaciones.
Se trata de un disco montado sobre un vehículo, que emite un sonido agudo en un frecuencia baja de 2,5 khz y en un arco de entre 30° y 60°, es decir unos 150 decibeles dirigidos con gran precisión, según datos del fabricante. Su alcance es de 3,5 kilómetros aunque el poder se reduce a cada metro. Comúnmente se considera que 130 decibeles es el umbral del dolor para los humanos, mientras que una conversación ocurre en los 60. Sus efectos incluyen los dolores de cabeza, náuseas, pánico y, claro, una potencial pérdida auditiva, y fue utilizado por primera vez en 2004 durante una protesta en Pittsburgh, Estados Unidos.
Sin embargo, esta no es la única aplicación para las armas acústicas. Las principales potencias del mundo se encuentran desarrollando armas que utilizan infrasonidos, emitidos a una frecuencia menor a 20 hz que no puede ser escuchada por el oído humano.