Exministro de Defensa rechazó dichos de Trump
El exministro de Defensa Rosadilla expresó su profunda preocupación con las declaraciones del presidente de Estados Unidos Donald Trump quien afirmó que no descarta la “opción militar” para Venezuela. Rosadilla, quien se encuentra en Nicaragua, recordó sus propias declaraciones poco antes de asumir como ministro (el 1º de marzo de 2010) en relación al despliegue de militares estadounidenses en Haití tras el terremoto de enero de 2010 de 7.3 grados Richter que dejó 222.570 muertos y un millón y medio de damnificados. En aquel momento, Haití expresó su preocupación por el rol asumido por Estados Unidos, con un despliegue de 10.000 los soldados norteamericanos que, de una manera u otra, están trabajando en Haití. Además, controlaba el aeropuerto de Puerto Príncipe, el tránsito aéreo, y participaba en el mantenimiento de la seguridad interna de Haití y patrullaba las aguas soberanas de la nación centroamericana. “Si bien fue el Gobierno haitiano quien solicitó esa presencia para garantizar la operatividad del aeropuerto, esa presencia ya generó tiranteces con varias Fuerzas Armadas de otros que cooperan con la ONU en Haití desde hace tiempo y la situación no es fácil”, había dicho en una entrevista con EFE.
Rosadilla afirmó que “no se pueden descartar los riesgos” de una invasión militar del país caribeño por parte de EEUU. Uruguay tenía en aquel momento desplegados casi 1.200 soldados en Haití como parte de la Misión de Estabilización de la ONU en Haití (Minustah). EEUU había enviado además un portaaviones y varios buques para proteger los envíos de ayuda humanitaria y garantizar su reparto. Esta presencia militar y el control de Estados Unidos de las operaciones del aeropuerto de Puerto Príncipe ha suscitado quejas por parte de países como Venezuela, Nicaragua o Bolivia, así como de funcionarios de la Unión Europea. Según Rosadilla, un exguerrillero tupamaro que ejerce actualmente como diputado, la situación actual en Haití es “extremadamente grave” y la comunidad internacional no puede tomarla como “una emergencia, sino como un elemento que tendrá que acompañar con permanencia por muchos años”. “Allí no existe corto plazo, todo lo que se piensa a corto plazo está destinado al fracaso”, afirmó.