¡Disparen sobre el Frente Amplio!
Ética periodística
“Nadie debe escribir como periodista lo que no pueda decir como caballero”. Esta afirmación del primer decano de la Escuela de Periodismo en Estados Unidos, Walter Williams, constituye –por esencia y definición– un principio fundamental para quienes tienen la responsabilidad de trabajar en el periodismo. Antes, José Enrique Rodó, el autor de obras emblemáticas como “Ariel”, “Motivos de Proteo” y “El mirador de Próspero”, afirmaba que “el escritor es, genéricamente, un obrero.Y el periodista es el obrero de todos los días. Es el jornalero del pensamiento. En serlo, tiene su más alta dignidad”.
En ocasión de celebrarse el 56º aniversario del diario “La Prensa” de Buenos Aires, en octubre de 1950, su director Ezequiel Pedro Paz se refirió a la ética en el periodismo. Sus palabras fueron recogidas por la Sociedad Interamericana de Prensa, que las adoptó como su credo. Entre otros conceptos, dice así: “Informar con exactitud y con verdad; desechar los rumores, los “se dice” o “se asegura”, para afirmar únicamente aquello de que se tenga convicción afianzada por pruebas y documentos; considerar que es preferible la carencia de una noticia a su publicación errónea o injustificada; recordar antes de escribir cuán poderoso es el instrumento de difusión de que se dispone, y que el daño causado al funcionario o al particular por la falsa imputación no se repara nunca totalmente con la aclaración o rectificación caballerescamente concedida; guardar altura y serenidad en la polémica y no afirmar nada que hayamos de tener que borrar al día siguiente”.
Los renglones torcidos del periodismo
Ante los hechos de notoriedad, no puede llamar la atención el sistemático asedio y la deliberada tergiversación en la información difundida por los medios de comunicación masiva –felizmente hay excepciones– en referencia al Frente Amplio y, en particular, al Tribunal de Conducta Política. Tribunal que, a pesar de ser destinatario de una retahíla de presiones, se ha mantenido fiel a sus principios desde su creación en el año 1994. Silencio y lealtad. La consigna parece ser: “Disparen contra el Frente Amplio”. En todos los casos, queda la amarga comprobación de que la noticia es sustituida por la versión, en una nueva recidiva de deliberada desinformación. Existe la intencionalidad de la noticia, traducida en comunicación que incomunica, en lugar de la imprescindible información no tergiversada, prescindente de mentiras, errores y engaños.
Tribunal de Conducta Política
El Tribunal de Conducta Política encuadra su actuación de acuerdo a las competencias que le fija el artículo 123 de los Estatutos del Frente Amplio, incluidas las modificaciones aprobadas por el Plenario Nacional en diciembre de 2011. El Compromiso Político, suscrito por unanimidad en el Plenario del 9 de febrero de 1972, constituye su matriz rectora. Fue actualizado por resolución Nº 13/04 del Plenario Nacional de fecha 17 de diciembre de 1988 y ratificado en su totalidad por el Órgano Provisorio de Conducción Política con fecha 4 de mayo de 1994.
Estas disposiciones reglamentarias, se complementan con los documentos “Lineamientos éticos funcionales para la Acción Política”, aprobado por la Mesa Política el 19 de enero de 1990; “La transparencia en la función pública” y los “Lineamientos de conducta para la función pública”, suscritos por el Plenario Nacional el 19 de abril de 2004. El Tribunal de Conducta Política funciona con absoluta independencia y sus conclusiones tienen el carácter de sentencia, no correspondiendo nuevas instancias al respecto.
Instituido en mayo de 1994, el Tribunal ha estado integrado por personalidades de enorme relevancia, respaldadas por su integridad moral, coherencia ideológica y adhesión al Frente Amplio. Desde siempre. Antes y ahora. Su primer presidente fue el general Víctor Licandro y lo acompañaban figuras del prestigio del profesor Juan José Crottogini, el general Arturo Baliñas, el doctor José Pedro Cardoso y el dirigente Héctor Rodríguez. En agosto de 2007, Licandro declinó continuar en el cargo y fue designada en su lugar Jorgelina Martínez, cofundadora del Congreso Obrero Textil y de la CNT, quien presidió el Tribunal hasta su fallecimiento en diciembre de 2009. En un sistema de rotación, luego fueron asumiendo la presidencia el médico Ennio Martínez Pasquet, el arquitecto Juan Carlos Ferreira, María Elena Martínez, el general (R) arquitecto Jaime Igorra y, en la actualidad, el doctor Nicolás Grab.
Plenario Nacional
El control disciplinario y estatutario, que compete al Plenario Nacional, se apoya en las resoluciones adoptadas el 4 de diciembre de 1993, complementadas por las disposiciones del Plenario Nacional de fecha 2 de marzo de 1996. En conocimiento de las actuaciones del Tribunal, el Plenario Nacional adoptará decisiones por 4/5 de sus integrantes, salvo los casos de expulsión que requerirán los 9/10. El Plenario Nacional es la máxima autoridad permanente del Frente Amplio. Lo integran el presidente –quien lo presidirá– y tres vicepresidentes; 85 representantes de los grupos políticos integrantes; 41 representantes de las coordinadoras de Montevideo; 41 representantes de las departamentales del Interior y 3 representantes de las coordinadoras y comités del exterior.Ningún país podrá tener más de 2 delegados. Los intendentes departamentales y los parlamentarios titulares frenteamplistas, tendrán derecho a voz en las sesiones.
Ética, Derecho y Política
Obvio es señalar, que no tenemos los poderes del mago Merlín y tampoco frotamos la lámpara como Aladino. En consecuencia, habrá que aguardar el fallo delTribunal de Conducta Política y, una vez que se dé a conocer, cuál será la decisión que el sábado 9 de setiembre próximo adoptará el Plenario Nacional acerca de la situación del vicepresidente de la República, Raúl Sendic. Sin embargo, en un razonable tendido de líneas, es posible manejar sendas hipótesis sobre ambas y eventuales determinaciones.
Entre las doctrinas de mayor recibo, hay coincidencia en que la ética valora los actos humanos según el principio moral que indica que el interés general está por encima del interés particular. Ética y moral. El principio y la norma. Toda conducta es mensurable éticamente. El derecho, por el contrario, tiene un campo más restringido. Es el mínimo de ética imprescindible para garantizar la convivencia en sociedad, pero, a diferencia de la ética, ese mínimo puede imponerse coactivamente. El juicio ético se ajusta a los principios de la deontología y no puedeser ejercido en forma obligatoria, en el caso de no ser aceptado voluntariamente. Pero tiene clara y nítida prevalencia sobre el derecho y la política. No es lo mismo el pronunciamiento jurídico, cuya decisión judicial absolutoria exime al encausado de responsabilidad jurídica, pero que no lo exonera necesariamente de la responsabilidad moral.
Una decisión personal
Más allá de la desmesurada parafernalia mediática de descalificación que parece reclamar “un tributo que ha de pagarse en tiras de pellejo”, la decisión final recaerá exclusivamente en Raúl Sendic, quien, por el voto de la ciudadanía, fue elegido vicepresidente de la República, con importante apoyo de los frenteamplistas. En la soledad de su conciencia. A la altura de las circunstancias. En este cruce de caminos, debe ser posible cortar el nudo gordiano. La lealtad al Frente Amplio, convoca a sus dirigentes y militantes a ser libres por sus silencios y no esclavos de sus palabras, hasta conocer el informe del Tribunal.