El misterio del asesinato en un submarino que atrapa a los daneses
Peter Madsen, el inventor que ahora enfrenta cargos de homicidio.
Inventor fanático movido por una voraz ambición rayana en la megalomanía, el danés Peter Madsen, sospechoso de la muerte de la periodista sueca Kim Wall, hizo de su vida un permanente desafío a las leyes terrestres. “Mi pasión es encontrar medios para viajar hacia los mundos más allá de lo conocido”, escribía el inventor autodidacta, que había adoptado el apodo de“Rocket Madsen”, en la página web de su asociación espacial, RML Space Lab.
El 10 de agosto, en Copenhague, embarcó a bordo de su submarino de 18 metros, el “UC3 Nautilus”, junto con la periodista Kim Wall que lo seguía para escribir un reportaje sobre él.
El tronco de la sueca, de 30 años, fue hallado el lunes en una bahía cerca de Copenhague, lastrado por un trozo de metal, sin cabeza ni miembros. Tras la confirmación mediante el ADN de que pertenece a la joven, la Fiscalía“espera, a más tardar el 5 de septiembre”, día en el que se celebrará la vista y que concluye la prisión preventiva, “pedir al tribunal su encarcelamiento por homicidio y presentar la acusación de trato indecente al cadáver”, adelantó el fiscal Jakob Buch-Jespen, según publica el diario danés BT.
Tras haber declarado que la había dejado en tierra a proximidad de la capital danesa, Madsen explicó que la periodista había fallecido en un accidente ocurrido en su submarino y que había tirado el cuerpo al mar. Las autoridades danesas lo rescataron en Öresund, entre las costas danesas y suecas, poco antes de que su submarino naufragara. La policía sospecha que el inventor provocó el hundimiento del “Nautilus” para ocultar pruebas. Oficialmente, Madsen es acusado de “homicidio involuntario por negligencia”.
Infancia
Peter Langkjaer Madsen, de 46 años, creció en la pequeña ciudad de Saeby, a un centenar de kilómetros de la capital. Su madre era 36 años menor que su padre, dueño de un restaurante.