Fueron ellos
Barcelona abre una herida profunda en el corazón catalán. En medio del dolor generalizado se le presta poca atención a las palabras de Brzezinsky (exasesor del presidente Carter) cuando confesó que fueron ellos los que dieron vida al terrorismo presente, al preparar un pequeño ejército en Afganistán de talibanes para marchar contra el gobierno de Kabul mucho antes que las tropas soviéticas llegaran a su rescate.
Ahí comenzó el neo-yihadismo, y si bien tiene rostro religioso, posee -subyacente- un corazón político-económico al servicio de EEUU.
Durante la guerra fría se armaron a los talibanes durante la administración Carter; luego, la CIA y los servicios de inteligencia paquistaníes, crearon Al Qaeda con dinero y líder saudí: Osama Bin Laden.
El monstruo creció y se fue inmiscuyendo en la vida de varias naciones, particularmente en Siria bajo el nombre de Al Nusra, en su belicoso seno se gestó EIISIS que se mudó a Irak. Allí, con los militares licenciados por el ocupante estadounidense, formaron una hueste cuyos primeros éxitos se testimoniaron al norte de ese país, especialmente en Mosul; luego, se hicieron fuertes
en Siria, nación contrapuesta a los intereses norteamericanos.
Determinados a crear un califato, el yihadismo se extendió, siempre apoyado por la CIA, el dinero saudí-qatarí, más la logística militar israelita. Como resultado, cayó Libia, asimismo, Afganistán permanece ocupada (ahora por tropas norteamericanas no soviéticas), Siria devastada e Irán se encuentra cercada y amenazada. En cuanto al contexto mundial, grupos afines a las ideas neo-yihadistas (contrarias a lo que la religión musulmana dicta) comandan grupos suicidas empeñados en aterrorizar a europeos y estadounidenses. Las acciones comenzaron con la caída de las Torres Gemelas, luego estallaron las bombas en Madrid, el año pasado Francia sufrió varios atentados, también Gran Bretaña. En cuanto al presente, justo cuando los ánimos se caldeaban en relación directa a los conflictos raciales en Virginia, Estados Unidos (ante todo, la conducta del presidente Trump, que demostró su vena neo-nazi o por lo menos ser condescendientes con ellos), se produce este ataque brutal en Barcelona.
No podemos cerrar los ojos; cuando el socialismo se extendía en el planeta, la armada norteamericanamás
sus servicios de inteligencia, batallaron contra el mundo afanados en eliminar comunistas y socialistas. En ese extendido choque (la Guerra Fría) murieron miles de militantes en Asia, África y América Latina. Fue en esa coyuntura que Henry Kissinger creó el maléfico Plan Cóndor.
Esta amplia cruzada anticomunista produjo grupos neo-nazis que hoy pudren a Estados Unidos. En paralelo, surgieron los neo-yihadistas que levantan la bandera falsa de servir al Corán cuando, en verdad, sirven a EEUU.
No basta con culpar a los autores materiales de los sangrientos hechos ocurridos en Barcelona, es imperativo señalar a sus verdaderos instigadores. A aquellos que dan logística, a los que financian, a los bancos que manejan sus fondos. Con respecto a EI-ISIS no cayó ninguno de sus apoyaturas.
Esto continuará porque su raíz no es religiosa, sino parte significativa del proyecto de desestabilización iniciado por EEUU a medida que China y Rusia demostraron ser más competitivos que ellos, en la arena comercial capitalista. Antes fue detener el avance del socialismo, hoy es hacerse
fuerte apoderándose de países ricos en recursos energéticos, mineros o acuíferos, tras licuar sus Estados.
Convertir el Tercer Mundo en muchos Libia, donde montones de grupos alentados por la CIA, se disputan el poder mientras los corporativos administran su petróleo. Eso mismo pretenden en Venezuela.
Lloremos por aquellos que perdieron la vida en la capital catalana, pero levantemos la vista y visualicemos al responsable global de todos estos atentados. Mismos que han propiciado el renacimiento del neo-nazismo en Polonia, Austria, Ucrania. Al mismo tiempo, empujan a Europa a correrse hacia la derecha, agravando la situación de los migrantes.
Son ellos los terroristas, los yanquis y sus secuaces. Son ellos los defensores de una estrategia de desestabilización, guerra y saqueo. Mientras avanzan en su objetivo, pretenden empujar a Europa a que se sume a esta avanzada depredadora. Sus héroes los conocemos bien: Mariano Rajoy, Norbert Hofer, Andrzej Duda, Le Pen. En América Latina también tienen seguidores: Mauricio Macri, Enrique Peña Nieto, Pedro Pablo Kuczynski, entre otros muchos.