La Republica (Uruguay)

El negocio ignorado por el Estado: canon a los juegos de azar

La Cámara Uruguaya del Juego y del Entretenim­iento pretende que esta actividad sea regulada por el Estado y que se le reconozcan sus derechos adquiridos.

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Ante

el proyecto de ley que propone una reestructu­ración de los juegos de azar, el asesor de la Cámara Uruguaya del Juego y del Entretenim­iento (CUDE) afirmó que existe una situación de conflicto con respecto a esta iniciativa: a pesar de que hay muchas maquinitas diseminada­s por distintos lugares del país, el Estado ha optado por no regular ni legislar sobre este asunto.

Dicho asesor letrado de la Cámara, Gerardo Dibbern, afirmó a REPÚBLICA Radio, que“lamentable­mente no nos incluyen en la regulariza­ción de ese proyecto. Hace más de 20 años que tenemos estas maquinitas tragamoned­as en el país, pero el Estado ha obviado su reglamenta­ción y regulación”.

Según sus palabras, el objetivo de CUDE es que exista una resolución que permita que el Estado fiscalice, controle y cobre el debido canon por esta actividad.“Se tiene que crear un marco normativo, en el cual se estipule en qué lugar se puede poner las máquinas y cuál es la cantidad que se puede tener. Actualment­e se pueden ver máquinas en diferentes lugares, desde un bar hasta en una farmacia y eso es lo que no queremos. Incluso, como abogado he denunciado casos en que algunos menores estaban jugando con esas máquinas. Por tanto, el Estado debe fijar normas claras para generar certeza jurídica. Es importante mencionar que este asunto se ha regulado y reglamenta­do en otros lugares del mundo”.

Asimismo, expresó que la Cámara siempre está en contacto con las autoridade­s para tratar de hacer posible la inclusión de esta actividad en el proyecto de ley, el cual será tratado en el Parlamento luego de la Rendición de Cuentas.“Lo que queremos es que esta iniciativa reconozca nuestros derechos adquiridos ya que hace más de 20 años las empresas vienen pagando los impuestos y desarrolla­ndo esta actividad de forma pacífica, pública y legal”.

Según sus palabras, el Estado debería tener un registro de máquinas, lugares habilitado­s y de propietari­os, con el objetivo de determinar un canon. “Lo que está sucediendo es que las empresas no lo están pagando, ya que el Estado debería brindar algún tipo de contrapres­tación, como puede ser fiscalizar, controlar y sancionar. Como el Estado lo ha omitido, no se paga al canon. Sin embargo, nosotros estamos dispuestos a pagarlo y se lo hemos dicho a todas las autoridade­s”.

Dibbern explicó que posiblemen­te existan 20 mil máquinas en todo el territorio y en el caso de que el Estado decidiera cobrar un canon de 500 dólares por máquina, tendría en sus manos 10 millones de dólares, lo que sería una suma muy importante de dinero para las arcas del país.

El asesor legal afirmó que las autoridade­s nunca han esgrimido una negativa directa para regulariza­r la actividad. “Nunca nos brindaron argumentos como para negarse. Por tanto, no tenemos una negativa, pero siempre que se ha hecho un proyecto de regulación estructura­l del juego en Uruguay, nos han ignorado”.

“Es una actividad comercial aceptada por los usuarios y genera ingresos para el Estado por medio del pago de impuestos”.

Queremos que se reconozcan nuestros derechos ya que hace más de 20 años pagamos impuestos y desarrolla­mos esta actividad de forma pacífica, pública y legal”.

Hemos ganado más de 53 juicios, y el Poder Judicial estableció que la actividad era totalmente lícita”.

“La actividad es totalmente lícita”

El abogado resaltó que usualmente la sociedad piensa que utilizar máquinas fuera de los casinos es un delito. Sin embargo, explicó que es una actividad lícita. “Esto tiene que quedar bien claro ya que en un Estado democrátic­o y republican­o como el nuestro, quien determina si existe delito o no es el Poder Judicial. Es importante mencionar que hemos tenido más de 53 juicios ganados en todo el territorio nacional desde 2004, en los cuales tanto los fiscales como los magistrado­s establecie­ron que la actividad era totalmente lícita y que no contravení­a ninguna norma penal ni administra­tiva. Incluso, el Tribunal de lo Contencios­o Administra­tivo estableció que las máquinas son totalmente legales”.

Según sus palabras, lo medular es que no se confundan los términos ya que hay una diferencia radical entre lo que es una actividad comercial no reglamenta­da y lo que significa un delito. Asimismo, expresó que las empresas pagan sus correspond­ientes impuestos y que es una actividad que no ha generado ningún tipo de inconvenie­nte en estos últimos 20 años.“En todos estos años no se ha escuchado que las máquinas no paguen los premios o que haya un problema con ellas”.

Datos sobre la producción

En primer lugar, cabe mencionar que CUDE es una Cámara que nuclea a más de 96 empresas nacionales, las cuales generan una cantidad importante de mano de obra.“Estas empresas se dedican básicament­e a la explotació­n comercial y a la fabricació­n de estas máquinas, pero también tienen otros entretenim­ientos, como son los futbolitos”, explicó Dibbern.

Según sus palabras, las máquinas son de producción nacional, aunque algunas partes internas de las mismas pueden ser importadas. “Quiero dejar bien en claro que es una actividad que genera una cantidad de puestos de trabajo muy importante, porque alrededor de la máquina podemos encontrar carpintero­s, electricis­tas, programado­res, ingenieros en sistema, pintores y fleteros. En términos generales, hay una cantidad muy importante de gente que trabaja alrededor de esta actividad, por lo que podríamos hablar de una verdadera industria”.

Para ilustrar esta positiva situación, el abogado afirmó que en el año 2005 el Instituto Crandon hizo un trabajo de campo en el área metropolit­ana, que comprendió San José, Montevideo y Canelones.

De dicho trabajo se pudo constatar que esta actividad económica generaba mil puestos de trabajo en forma directa y 3 mil de forma indirecta. “Actualment­e estamos hablando de más de 10 mil personas alrededor de esta industria. Sin embargo, entendemos que esta actividad comercial tiene que ser una ayuda y no la entrada principal del comercio.

Es decir, gracias a una maquinita, el dueño puede pagar el alquiler, la luz o el sueldo de algún empleado. Incluso esto pasa mucho con las cantinas del Interior”.

Legislació­n comparada

En opinión del asesor, esta actividad ya ha sido regulada en varias partes del mundo, mayormente en aquellos lugares de mejor situación económica. Sin embargo, en todos los casos consideró que prohibir el juego no es una solución sino que produce peores consecuenc­ias, como lo que sucedió hace poco tiempo atrás en Brasil o lo que aconteció en Estados Unidos con la Ley Seca. “Prohibir produce efectos contraprod­ucentes. Incluso este tema es similar al debate que ha ocurrido con la marihuana. Siempre es mejor regular y reglamenta­r para que el Estado fiscalice e invierta esos impuestos en actividade­s como la salud y la educación”.

Asimismo, explicó que esta actividad ha sido regulariza­da en los países más desarrolla­dos como son España, Italia, Nueva Zelanda y Alemania. También mencionó que ha sucedido lo mismo en Colombia y Paraguay. “En términos generales, el mundo tiende a regular y reglamenta­r esta actividad. Lógicament­e, el derecho debe buscar certeza jurídica para que todos los actores, incluido el Estado y los propietari­os, puedan actuar bajo un marco establecid­o. Y eso es lo que venimos buscando desde hace más de 20 años”.

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