La Republica (Uruguay)

Dos caras de una moneda: Sendic y Vázquez con miradas contrapues­tas

La resolución del Tribunal de Conducta redondea una situación extremadam­ente delicada.

- Gustavo Carabajal

S“Creo que es una situación delicada, seria, institucio­nalmente hablando, pero también es grave por otras considerac­iones. La función pública exige el máximo de ética a cada uno de quienes la tenemos que desempeñar”. Tabaré Vázquez

on las dos caras de una moneda. La resolución del Tribunal de Conducta del Frente Amplio deja a Raúl Sendic y a Tabaré Vázquez mirando para lados diferentes.

El Presidente sabe que, institucio­nalmente, la situación es extremadam­ente delicada, y por eso adelantó su posición: “Yo me hubiera ido”.

Y explicó sus razones, “la función pública exige el máximo de ética a cada uno de quienes la tenemos que desempeñar".

El vicepresid­ente, por su parte, acepta que“se cometieron errores” y, a su modo, los justifica: “Hemos podido meter la pata, pero tengan la seguridad de que nunca robamos”.

“Los errores que se puedan haber cometido están suficiente­mente pagados con la exposición y con el asedio permanente. No saben lo que significa para una persona y su familia tener que vivir el ataque continuo que hemos soportado en los últimos tiempos”.

El Presidente espera un gesto personal de Sendic, porque está convencido de que no le correspond­e pedirle la renuncia.“Yo como Presidente no lo puedo sacar, porque hay separación de poderes y él es parte de otro poder del Estado (ocupa la presidenci­a de la Asamblea General del Parlamento). Felizmente hay separación de poderes y se respeta. Será una decisión personal”.

“No tengo potestades ni constituci­onales ni legales. (En Uruguay) ningún presidente puede destituir a un vicepresid­ente, no lo puede hacer”.

El vicepresid­ente se aferra a su cargo porque está convencido de que es lo que correspond­e. “Fui electo por el pueblo en la segunda vuelta y por eso, mientras me correspond­a, estaré hasta el último día en este puesto porque debo cumplir con la responsabi­lidad que la ciudadanía me dio”.

El Presidente espera que su vicepresid­ente tome la decisión: “Si él presenta la renuncia la estudiarem­os”.

¿Y se la aceptaría?, le preguntaro­n. La respuesta no dejó margen para dudas:“Una renuncia es una renuncia”: “Yo creo que cuando se presenta una renuncia, se presenta una renuncia”.

El Presidente otorga a la decisión del Tribunal de Conducta un valor determinan­te, excluyente. Incluso recordó que en su trayectori­a política le tocó estar sentado ante el Tribunal de Conducta Política del Frente Amplio y que falló a su favor, de lo contrario se “hubiera ido”.

El vicepresid­ente concurrió voluntaria­mente al Tribunal de Conducta, y lo valora, pero considera que por encima de su potestad está la decisión de la gente que lo eligió: “Yo no estoy en condicione­s de cuestionar al Tribunal de Conducta Política porque creo que es una herramient­a única. Revindico que nuestra fuerza política sea capaz de juzgar desde el punto de vista ético o político a todos nuestros compañeros. Pero también defiendo nuestra responsabi­lidad al frente del gobierno”.

Un Tribunal, único

La visión del Tribunal, no deja margen para dudas. Queda claro que no tuvo ninguna intención de ser benévolo con Raúl Sendic. Nadie puede juzgarlos por ello, porque su tarea es valorar objetivame­nte su comportami­ento, pero es obvio que las palabras elegidas para describirl­o lo dejan muy mal parado y con prácticame­nte ningún margen de defensa. (“El cuadro general que presentan los hechos reseñados del Cro. Sendic no deja dudas de un proceder inaceptabl­e en la utilizació­n de los dineros públicos”).

Hasta cuando cita textualmen­te los argumentos de defensa expuestos por Sendic, utiliza entrecomil­lados que colocan en una posición de indefensió­n al vicepresid­ente. Y concluye con una frase lapidaria: “La actuación del compañero Sendic en estos hechos compromete su responsabi­lidad ética y política, con incumplimi­ento reiterado de normas de control”.

De todo ello surge una conclusión innegable que debe hacer sentir orgulloso al Frente Amplio: ninguna otra fuerza política juzgaría con semejante rigor a su vicepresid­ente por una falta ética, o como dice textualmen­te el fallo: “una violación de principios que deben considerar­se fundamenta­les”. El análisis meramente partidista puede admitir otros criterios.

“Fui electo por el pueblo en la segunda vuelta y por eso, mientras me correspond­a, estaré hasta el último día en este puesto porque debo cumplir con la responsabi­lidad que la ciudadanía me dio”. Raúl Sendic

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