Dos caras de una moneda: Sendic y Vázquez con miradas contrapuestas
La resolución del Tribunal de Conducta redondea una situación extremadamente delicada.
S“Creo que es una situación delicada, seria, institucionalmente hablando, pero también es grave por otras consideraciones. La función pública exige el máximo de ética a cada uno de quienes la tenemos que desempeñar”. Tabaré Vázquez
on las dos caras de una moneda. La resolución del Tribunal de Conducta del Frente Amplio deja a Raúl Sendic y a Tabaré Vázquez mirando para lados diferentes.
El Presidente sabe que, institucionalmente, la situación es extremadamente delicada, y por eso adelantó su posición: “Yo me hubiera ido”.
Y explicó sus razones, “la función pública exige el máximo de ética a cada uno de quienes la tenemos que desempeñar".
El vicepresidente, por su parte, acepta que“se cometieron errores” y, a su modo, los justifica: “Hemos podido meter la pata, pero tengan la seguridad de que nunca robamos”.
“Los errores que se puedan haber cometido están suficientemente pagados con la exposición y con el asedio permanente. No saben lo que significa para una persona y su familia tener que vivir el ataque continuo que hemos soportado en los últimos tiempos”.
El Presidente espera un gesto personal de Sendic, porque está convencido de que no le corresponde pedirle la renuncia.“Yo como Presidente no lo puedo sacar, porque hay separación de poderes y él es parte de otro poder del Estado (ocupa la presidencia de la Asamblea General del Parlamento). Felizmente hay separación de poderes y se respeta. Será una decisión personal”.
“No tengo potestades ni constitucionales ni legales. (En Uruguay) ningún presidente puede destituir a un vicepresidente, no lo puede hacer”.
El vicepresidente se aferra a su cargo porque está convencido de que es lo que corresponde. “Fui electo por el pueblo en la segunda vuelta y por eso, mientras me corresponda, estaré hasta el último día en este puesto porque debo cumplir con la responsabilidad que la ciudadanía me dio”.
El Presidente espera que su vicepresidente tome la decisión: “Si él presenta la renuncia la estudiaremos”.
¿Y se la aceptaría?, le preguntaron. La respuesta no dejó margen para dudas:“Una renuncia es una renuncia”: “Yo creo que cuando se presenta una renuncia, se presenta una renuncia”.
El Presidente otorga a la decisión del Tribunal de Conducta un valor determinante, excluyente. Incluso recordó que en su trayectoria política le tocó estar sentado ante el Tribunal de Conducta Política del Frente Amplio y que falló a su favor, de lo contrario se “hubiera ido”.
El vicepresidente concurrió voluntariamente al Tribunal de Conducta, y lo valora, pero considera que por encima de su potestad está la decisión de la gente que lo eligió: “Yo no estoy en condiciones de cuestionar al Tribunal de Conducta Política porque creo que es una herramienta única. Revindico que nuestra fuerza política sea capaz de juzgar desde el punto de vista ético o político a todos nuestros compañeros. Pero también defiendo nuestra responsabilidad al frente del gobierno”.
Un Tribunal, único
La visión del Tribunal, no deja margen para dudas. Queda claro que no tuvo ninguna intención de ser benévolo con Raúl Sendic. Nadie puede juzgarlos por ello, porque su tarea es valorar objetivamente su comportamiento, pero es obvio que las palabras elegidas para describirlo lo dejan muy mal parado y con prácticamente ningún margen de defensa. (“El cuadro general que presentan los hechos reseñados del Cro. Sendic no deja dudas de un proceder inaceptable en la utilización de los dineros públicos”).
Hasta cuando cita textualmente los argumentos de defensa expuestos por Sendic, utiliza entrecomillados que colocan en una posición de indefensión al vicepresidente. Y concluye con una frase lapidaria: “La actuación del compañero Sendic en estos hechos compromete su responsabilidad ética y política, con incumplimiento reiterado de normas de control”.
De todo ello surge una conclusión innegable que debe hacer sentir orgulloso al Frente Amplio: ninguna otra fuerza política juzgaría con semejante rigor a su vicepresidente por una falta ética, o como dice textualmente el fallo: “una violación de principios que deben considerarse fundamentales”. El análisis meramente partidista puede admitir otros criterios.
“Fui electo por el pueblo en la segunda vuelta y por eso, mientras me corresponda, estaré hasta el último día en este puesto porque debo cumplir con la responsabilidad que la ciudadanía me dio”. Raúl Sendic