El misterio del surfista fotógrafo
Se hacia llamar Eduardo Martins y su obra se consideraba “muy buena y realista”.
Las fotos y videos de Eduardo Martins, un joven brasileño amante del surf que trabajaba en zonas de conflicto para la ONU, le reportaron miles de seguidores y le permitieron contar una increíble historia de superación... tan atractiva como falsa. Martins, que parecía ser la quintaesencia del romántico comprometido con causas humanitarias, nunca existió. Era un fake, una celebridad virtual fraguada en Instagram que vendía el trabajo de reporteros reales a grandes medios. Pero un día, su cuenta de Instagram con 120.000 seguidores fue eliminada y desapareció dejando un reguero de dudas. La cadena británica BBC, cuya filial brasileña publicó material de Martins, buscó desentrañar la estafa después de retirar de su servicio las fotos y videos erróneamente atribuidos a él.“La sospecha de que Eduardo era, en verdad, una personalidad falsa, surgió luego de que contactara por internet a la periodista Natasha Ribeiro, colaboradora de la BBC Brasil que vive en Oriente Medio (...) Ella desconfió de su discurso”, afirma una nota de BBC publicada días atrás.“Las desconfianzas aumentaron cuando, en el verdadero Irak, donde transcurrían las escenas de guerra que afirmaba retratar, no era conocido por los periodistas brasileños que trabajaban en la zona. Nadie, ni las autoridades ni las organizaciones no gubernamentales en Siria o Irak lo habían visto”, añade. La investigación de la BBC reveló que llegó a tener su“material”publicado en agencias fotográficas como Zuma Press y Getty Images, explicando que las fotos no podían ser rastreadas con los motores de búsqueda de imágenes “porque Martins realizó ediciones de ellas”. Mientras su biografía virtual se desvanece, crece el misterio sobre quién estuvo detrás de una creación que comercializó imágenes ajenas en medios prestigiosos y durante años contactó fotógrafos para asociarse y potenciar mutuamente sus trabajos.
Fernando Costa Netto, un periodista de carne y hueso que llegó a entrevistar a Martins a distancia para el sitio Waves, especializado en surf, escribió en su última columna que el apuesto paulista de cabello claro y ojos azules de 32 años había “muerto” tras descubrir el fraude.“Por encima de todo queda el aprendizaje periodístico.
Es preciso ser más riguroso con el chequeo de la fuente (...) Hay muchos otros Edus trabajando por ahí, he recibido innumerables mensajes de personas que dicen conocerlo o que cayeron en el mismo cuento”, dijo Costa Netto a la AFP. El personaje era tan fascinante que llegó a enamorar incluso a mujeres reales. Tomaba fotos en zonas devastadas y tenía tiempo para enseñar a surfear a niños en Gaza Beach, según relata Costa Netto.