“La oposición se ha empeñado en hacer creer que Uruguay es inseguro”
El especialista declaró a LA REPÚBLICA que la oposición ha orquestado una campaña política, desde el 2005, para hacerle creer a la población que Uruguay es un país inseguro. “Claramente es una estrategia política bastante convencional, que opera desde los medios y desde los partidos de derecha. Comenzó a funcionar a partir del primero de marzo del año 2005. La derecha asumió una feroz oposición desde que el Frente Amplio se incorporó al gobierno nacional y ha mantenido una perspectiva muy negativa. Además, su visión no ha realizado grandes aportes en términos de política pública”, afirmó Paternain, quien es, además, sociólogo e investigador en la Facultad de Ciencias Sociales.
Asimismo, explicó que esta campaña orquestada se reproduce en varias partes del mundo y que ha generado muchas dificultades a la hora de realizar verdaderos cambios. “Ha impedido la posibilidad objetiva de instalar canales de acción alternativos para una política eficaz de seguridad. La subjetividad social en torno a este tema es muy grave. Sin embargo, los partidos han ido hacia la búsqueda de acuerdos. Casi todos ellos han girado en torno a la cuestión punitiva o al encierro. Por tanto, creo que estas acciones no son propias de Uruguay, sino que se reproducen en distintos países”.
El sociólogo consideró que estas acciones son parte de la dinámica política, pero resaltó que, aunque los partidos tradicionales las han llevado delante de forma violenta, no les ha dado resultado. “A pesar de que la gente evalúa o recibe de manera negativa la problemática de la seguridad, los resultados electorales muestran que la derecha no ha obtenido resultados positivos. Lo único que ha generado es un clima de ansiedad social y de temor instalado, en el cual todo se percibe que la situación del país es catastrófica. El otro efecto ha sido impedir una discusión profunda sobre aquellas medidas que podrían ser más estratégicas y eficaces. Por tanto, hablar de prevención o de disminución de los niveles de violencia institucional es muy difícil porque todo está muy contaminado mediáticamente”.