Suu Kyi, la Premio Nobel acusada ahora de genocida
Aung San Suu Kyi, la otrora defensora de la democracia birmana, hoy es el “símbolo de la complicidad con cobardía” en la tiranía contra los musulmanes rohingyas.
Suu Kyi ganó las elecciones celebradas en noviembre de 2015, pero no asumió la presidencia ya que la constitución prohíbe ocupar el puesto a quienes tengan hijos con pasaporte extranjero y los de Suu Kyi tienen nacionalidad británica. Finalmente, el Parlamento eligió como Presidente de Birmania a Htin Kyaw, amigo íntimo de Suu Kyi, y con cuatro de los ministerios más importantes del gobierno, Aung San Suu Kyi pasó a gobernar en la sombra.
En una entrevista concedida al diario estadounidense The NewYork Times, Ken Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch (HRW), denunció el genocidio de la minoría musulmana Rohingya en Birmania que se lleva a cabo en medio del silencio de su líder de facto y ganadora del Premio Nobel de la Paz 1991, Aung Sann Suu Kyi.
“¡Qué vergüenza Aung San Suu Kyi!.Te honramos y luchamos por tu libertad y, ¿ahora usas esa libertad para justificar la carnicería de tu propia gente?”, cuestiona Roth la actitud de la líder birmana frente a las recientes matanzas de niños, mujeres y hombres rohingyas.
En este contexto, recuerda que cuando Suu Kyi recibió el premio Nobel le aplaudieron porque en aquellos momentos, a su juicio, “simbolizaba el valor frente a la tiranía”, mientras denuncia que “ahora que ella está en el poder, simboliza la complicidad con cobardía en la tiranía mortal que se ve contra los rohingyas”.
Las declaraciones del defensor de los derechos humanos (DDHH) hacen referencia a la campaña por la democracia que dirigió Suu Kyi contra los dictadores de Birmania, por la que sufrió un total de 15 años de arresto domiciliario.
Sin embargo, según indica el diario norteamericano en su editorial, la líder, hoy es “la principal apologista del genocidio de los rohingyas” al tacharlos de “terroristas e inmigrantes ilegales”.
Mientras, el arzobispo sudafricano y Premio Nobel de la Paz Desmond Tutu ha criticado fuertemente a Aung San Suu Kyi, instándola “a intervenir en la crisis que degenera” en Birmania y a proteger a la minoría musulmana de los rohinyá perseguida por las fuerzas de seguridad.
”Ahora soy viejo y débil y me he oficialmente, pero rompo mi voto de silencio por mi tristeza por la situación” de los rohinyá, escribe Desmond Tutu en una carta a Suu Kyi. ”Si el precio político a pagar por su ascenso político en Birmania ha sido el silencio, el precio es sin duda demasiado alto (...). Es incongruente para un símbolo de justicia dirigir así un país”, afirma.
“Rezamos para que usted vuelva a ser valiente... Rezamos para que hable en nombre de la justicia y los derechos humanos y rogamos que intervenga en una crisis que se está agravando”, escribe el arzobispo anglicano retirado, quien confiesa que “durante años” ha tenido una foto de Ang San Suu Kyi en su escritorio. Birmania, cuya población es mayoritariamente budista, ignora en todas sus dimensiones la existencia de los rohingyas, que forman una minoría étnica, lingüística y religiosa con cerca de un millón de personas.
En los últimos días, las autoridades birmanas han lanzado una fuerte política de represión contra esta población, masacrando a sus miembros y quemando sus casas.