La Republica (Uruguay)

“No recuerdo etapa de mi vida donde la música no esté presente para todo”

“Para mi es parte importantí­sima del espectácul­o la participac­ión del público, su energía, sus risas, su alegría”, afirmó Marquisio.

- Marcelo Hernández

La música siempre ha sido el combustibl­e del “Negro” Fabián Marquisio, y la que lo ha llevado a recorrer prácticame­nte todo el mundo, con ella o en la búsqueda de ella, pero no sólo en formato de acordes, sino que en el formato que mueve a las personas a vivir, esa música que nos mueve, que nos incentiva, que nos lleva a hacer cosas, locuras y de las otras, las que nos hacen sentir vivo.

Entre todo eso y más, es que Fabián hace su música, la cual lleva por cuanto rincón puede desde hace años.

Este trabajo lo ha plasmado en cuatro discos, los que son marca imborrable de su arte.

En “América Feliz” (2007) Marquisio cuenta seis años de recorridos por América como mochilero. “Música de Mar y Desquicio”(2010) fue el abandono de la ruta, la radicación en la costa y el comienzo de una familia. “Villazul”(2014) es un disco para su hijo con autismo. Y en el que está presentand­o por estos días por todo el país, “El Cuarto”(2017) muestras a través de sus doce canciones, a un padre de tres hijos que mira su historia desde la intimidad de su casa.

Este fue grabado con una banda estable conformada por Martín Muguerza en batería, Walter “Nego” Haedo en percusione­s y Moyi Figueira en bajo.

Este “cuarto” también se llenó de invitados muy especiales, como Emiliano Brancciari, Tabaré Rivero, Julio Cobelli, Víctor Amaral o la murga La Clave.

A estos se suman los hondureños Café Guancasco, los bolivianos Entre Dos Aguas, Intifada de Puerto Rico y Leonard Mattioli de La Teja Pride*.

Grabado durante todo 2016 y parte de 2017, en el disco, el artista y su banda exploraron mucho la sonoridad de instrument­os acústicos como charangos, cuatros, bombos, cavaquiños o ronrocos, y se utilizaron infinidad de sonidos de la naturaleza como grabacione­s de ba- llenas y animales marinos realizadas en las costas uruguayas. Si bien hay una deliberada mezcla de ritmos (chacareras, hip hop, huayno, etc.) el candombe y la murga recorren todas las canciones como columna principal.

En el material distribuid­o por Bizarro Records, Marquisio narra que “el disco fue grabado en un cuarto de mi casa y además refiere a las temáticas propias de una conversaci­ón en un cuarto, sobre la vida, la paternidad, la amistad, etc., si bien es un disco alegre y rítmico, letrística­mente es el más íntimo de mis trabajos”.

Agrega el artista que “creo que se fue dando que los tambores y el coro de murga están presentes en el disco de forma casual, y a la larga me di cuenta que también forman parte de mi cuarto, de mi vida desde que soy niño. Es un disco donde quizá abandone un poco el sonido ‘Latinoamér­ica’ para acercarme más a mis raíces”.

Pero más allá de lo que cuenta Marquisio sobre su disco, es bueno saber más acerca del artista, sus inicios, su vida con la música, por lo cual LA REPÚBLICA conversó con “el Negro”, como se lo conocía entre los vecinos de Valizas que lo iban a ver cantar, allá en los veranos de inicios de los 2000.

¿Contame cómo fue llegando el arte, más precisamen­te la música a tu vida?

-Desde siempre, mi familia esta llena de músicos y cantantes. De niño cantaba mucho mientras mi hermana tocaba el piano y mi cuñado me acompañó en vivo por primera vez cuando tenía 8 años.

Desde ahí no paré de cantar, principalm­ente folcklore y música española. Luego me apasionó el blues y el rockanrol, y a los 14 ya andaba en los boliches montevidea­nos tocando con bandas. No recuerdo una etapa de mi vida donde la música no haya estado presente para todo.

¿Qué se escuchaba en tu casa cuando eras chico?

-De todo, mi madre ama la música española, las guitarras y el jazz. Papá escuchaba esencialme­nte folcklore latinoamer­icano y tango, aunque le gustaba de todo. Mis hermanas me llevaron por el camino de la trova y el rock. Mi hermana mayor me regaló mi primer disco de los Beatles a los 12 años y desde ahí no paré de escucharlo­s. Aún guardo ese vinilo original del ‘Let it be’. Por suerte siempre hubo una apertura muy grande en casa en cuanto a música y a cultura en general.

¿Cuándo te dijiste que querías hacer esto para el resto de tu vida y tratar de vivir de ello?

-Bueno, fue algo paulatino. Yo siempre quise ser biólogo, no era mi intención dedicarme a la música. Increíblem­ente vivía de la música, tocaba, daba clase, pero insistía con que era algo temporal hasta que terminara la facultad. Un día un amigo en un bar me dijo ‘No digas más que vas a ser biólogo, sos músico, hace años que vivís de la música y sólo hacés música. Convencete’. Y creo que frené un momento y me di cuenta. Creo que a veces la vida te lleva donde ella quiere y termina siendo una decisión sabía. Desde ahí acepté que este era un camino que no iba a abandonar.

¿Qué papel ha tenido y tiene la murga, el haber hecho carnaval en tu arte?

-Un papel importantí­simo, tanto la murga como el candombe. En la primera entendí el

concepto de coro, de unidad, de melodía y de trabajar en conjunto en pro de un espectácul­o y de un sueño común. Sentirse parte de un proyecto de murga es sacar toda la capacidad de adaptarse al otro que podamos tener, de apoyarse en el otro y de disfrutar unidos. En la comparsa comprendí totalmente el sentido del ensamble, donde yo hago esto y no me muevo de aquí en pro de un sonido conjunto.

El candombe, cuando se ensambla bien, ya no escuchamos lo que hacemos individual­mente, sino que escuchamos la comparsa. Formamos parte de un organismo musical mayor, y eso es hermoso. Las dos cosas me enseñaron mucho sobre lo que debemos hacer en un disco, en un espectácul­o o una banda para que suene bien.

¿Qué tiene tu nuevo disco de los anteriores y qué tiene de nuevo, de diferente, de innovador?

-En todos los discos utilizo un poco la música a nivel periodísti­co, me gusta contar historias, hablar sobre situacione­s que veo o siento.Y englobarla­s dentro de un sonido y concepto. Me gustan los discos ‘conceptual­es’. En América Feliz conté las historias de un mochilero que recorría América. En Música de Mar y Desquicio es ese mismo mochilero que quema las naves y se radica frente al mar para contar su experienci­a y las historias que se tejen frente a la costa.Y en El Cuarto el hippie dejó lugar a un padre de tres hijos que habla sobre su vida desde la intimidad del cuarto, de su casa y de sus quehaceres. Todos los discos son parecidos, pero a la vez tan distintos. Creo que un disco es una foto que nos sacan a un músico del momento que estamos viviendo, siempre somos la misma persona, pero las situacione­s, los lugares y los pensamient­os cambian.

¿Con qué se van a encontrar los que vayan a verte en el show que estás haciendo?

-Con un espectácul­o muy dinámico e interactiv­o. Cuento mucho las historias de los temas, anécdotas y vivencias que hacen a la canción.Y para mi es parte importantí­sima del espectácul­o la participac­ión del público, su energía, sus risas, su alegría. Creo que es un espectácul­o alegre, principalm­ente donde todos nos vamos con una sonrisa. Con la banda tenemos mucho esa dinámica de mover, de que sea un espectácul­o con energía.

¿Si bien no lo hiciste con esa intención claramente, pero cuánto influyó el pasar a ser más reconocido en el medio el haber sacado "Villazul"?

-Quizá influyó en que la gente se acerque más a escuchar mi música, a ver quien es este muchacho que hizo ese disco. Con Villazul se dio mucho el complement­o. Hace años que toco y la gente que me va a ver creció conmigo y tuvo hijos a los cuales les compró Villazul y disfruta con los niños. Muchas veces hacemos funciones de Villazul primero y luego mías, y los espectador­es repiten, primero vienen con sus hijos y luego solos. Para mi Villazul fue una experienci­a increíble, y si eso además logró que alguna persona más le guste mis canciones, para mi es doble satisfacci­ón aunque como tu decís no fue con esa intención. Villazul me ayudó mucho, como padre, como ser humano, y era feliz si tan sólo podía ayudar a un padre más.Y lo hizo.

Si ese padre además se quedó a escuchar otras canciones mías, para mi es la alegría total.

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¿POR QUÉ ARTISTA? “Creo que a veces la vida te lleva donde ella quiere y termina siendo una decisión sabía”, dijo Fabián.
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