Vuelve el payaso de las alcantarillas
El terror de Stephen King tiene otra versión para la gran pantalla.
L a difusión ya ha anunciado específicamente que se trata de una remake sobre la“aterradora”novela de Stephen King publicada hace varios años. Dicha novela es bastante macabra y supone una metáfora sobre los miedos infantiles, el despertar sexual y la pérdida de la inocencia. La imagen de “eso” como símbolo de todos los miedos es un payaso siniestro que ya tuvo su versión primeriza en 1990 a bordo de una miniserie protagonizada por Tim Curry y que ahora vuelve a sembrar el horror en una nueva franquicia.
Todos los detalles para este regreso han sido cuidadosamente planificados y, en Internet, abundan las comparaciones entre ambos productos audiovisuales con opiniones de todo tipo. Este filme -cuya calificación local ha estipulado que resulta prohibido para menores de 18 años- toma algunas variables que habían sido censuradas en la producción anterior y tenían que ver con abusos incestuosos y madres castradoras. (Aunque no se juega totalmente a lo propuesto por King en su narración literaria).
A su vez, divide el desarrollo en una continuación (al final del largometraje, un título nos anuncia que se ha terminado el primer capítulo) que -obviamente- proseguirá el año próximo con los personajes ya adultos enfrentándose nuevamente al payaso del mal. (Que, en realidad, es una araña gigantesca que puede adoptar todas esas imágenes que aterran a los niños, según el libro).
Ahora bien, este retorno repite muchas escenas, el grupo se parece a los personajes de la serial “Strangers Things” (de hecho, el jovencito Finn Wolfhard que participa en la serie es uno de los actores de “IT”) y la fórmula se concentra en una catarata efectista donde se produce un susto cada cinco minutos y alguna que otra truculencia bizarra. Todo demasiado previsible y hasta reiterativo. Para los que todavía no tomaron contacto con la historia, alcanza decir que, en la trama, una figura maligna aparece cada 27 años en un poblado de U.S.A. y devora literalmente a los niños para luego hibernar durante un largo período. Los pequeños héroes del largometraje se enfrentan al monstruo (que adquiere la figura de lo que más teme cada uno) junto a otros peligros más terrenales. (el acoso o bullying serían uno de ellos.
Por algo se los nombra como“El club de los perdedores”). Este duelo singular -a juicio de quien suscribeno escatima clisés habidos y por haber dentro del género y tampoco impresiona como “una de las mejores adaptaciones de King hasta la fecha”según algún comentario de la prensa norteamericana. (Por el contrario, parecería que existiera cierta “conexión”interesada entre producción y parte de los medios comunicacionales con el propósito de generar una expectativa máxima y romper algún record de taquilla).
En lo personal, el “It” de Muschietti (que había logrado cierto renombre con “Mother”) es lo más parecido a un bluff de acuerdo a toda la parafernalia publicitaria que se ha montado. Como espectador no logré captar los climas o atmósferas que estarían visualizando los estetas del terror. Apenas pude hacer una enumeración de todos los trucos reiterados que vienen usando las películas de terror desde tiempos inmemoriales. Un sobresalto detrás de otro que, al final, termina aburriendo un poco con el globo rojo dando vueltas.Y bueno, a Stephen le gustó. A mí me da más miedo cierto payaso que vende hamburguesas. En fin.