UN PAÍS ABIERTO Uruguay otorgó 12.000 residencias en 2016
La Ley 18.250 ha sido fundamental y ha enfocado el tema de la inmigración desde el punto de vista de los derechos y no desde la penalización.
E l tema de los inmigrantes siempre es un asunto polémico en cualquier parte del mundo. Basta ver las discusiones en Estados Unidos o la medida que tomó Inglaterra con el Brexit. Sin embargo, a pesar de todo este contexto, los números uruguayos muestran una realidad distinta: en 2016, Uruguay concedió 12 mil residencias, lo que equivale a una multiplicación por cuatro de estos casos, comparado a los números que existían hace 10 años.
Por tanto, parecería ser que las políticas de retorno y vinculación, durante estos últimos períodos de gobierno frenteamplista, han significado un hito para el país: Según el INE, en Uruguay, viven unos 77 mil inmigrantes, de los cuales 18 mil llegaron al país en los últimos diez años. Dichos datos fueron presentados en el 2013, lo que implica que la cifra es aún mayor si se toma en cuenta que han pasado cuatro años.
“La Ley 18.250, implementada en 2008, es una de las normativas más progresistas de América Latina. Siempre la migración tiene dificultades y sus vacíos en cualquier parte del mundo. Sin embargo, tenemos que tener en cuenta que desde que el Frente Amplio llegó al gobierno, se le han dado facilidades al inmigrante”, declaró a LA REPÚBLICA el coordinador de la Casa de los Inmigrantes César Vallejo (Accicev), Carlos Valderrama.
“Uruguay estuvo viviendo con una Ley retrógrada hasta 2007. A partir de un gobierno de izquierda se comenzó a analizar este tema desde la perspectiva de derechos. Actualmente tenemos una política migratoria abierta, en la cual se ve al inmigrante como un factor de desarrollo y no desde la penalización. Espero que esto a nivel regional también se pueda implementar. Mientras tanto, estamos trabajando en el Pacto Mundial de Emigración para mostrar la realidad uruguaya, porque creemos que la política migratoria del mundo no debería ser construir muros”, declaró a LA REPÚBLICA el director general de Asuntos Consulares y Vinculación del Ministerio de Relaciones Exteriores, Jorge Muiño.
Según sus palabras, Uruguay es un país atractivo para los argentinos, venezolanos, brasileros, chilenos, colombianos y paraguayos. “Los extranjeros dicen que eligen venir a nuestro porque hay un sistema de seguridad social muy bueno. Además, observan que Uruguay tiene educación gratuita en tres niveles. También dicen que existe una fuerte estabilidad laboral, porque tenemos Consejos de Salarios y una regulación salarial anual. Incluso, la mayoría de ellos afirma que Uruguay es un país seguro”.
Una fuerte reinserción
Valderrama afirmó que la migración siempre tiene dificultades en cualquier país del mundo pero que Uruguay se destaca por tener una situación mejor.“La lucha es difícil, es un país caro pero brinda facilidades en la salud, las cuales en otros lugares no se dan. Además, Uruguay tiene un sistema educativo gratuito y un sistema sanitario amplio”.
Por su parte, Muiño declaró que Uruguay está apostando a tener un sistema de residencias gratuito, lo que significa que el inmigrante no necesita presentar medios de vida. “Solamente se necesita tener un certificado de antecedente del país de origen y un documento vigente. Eso es muy importante, porque está comprobado que los niveles de irregularidad son muy bajos en Uruguay. No somos un país que tenga indocumentados. No hay que olvidar que el hecho de poder acceder rápidamente a un documento de identidad, permite que la persona pueda acceder a derechos como es el sistema de salud o la educación, que son cosas que nosotros las tenemos integradas pero que no se dan en otros países”.
En la misma sintonía, Floribel López Peña, originario de República Dominicana, afirmó a LA REPÚBLICA que “Uruguay es un país abierto a los inmigrantes. A pesar de que pensaba venir a Uruguay para hacer puente con Argentina, mi inserción laboral fue tan buena en este país, que opté por quedarme. Por eso pienso que el inmigrante que quiere trabajar, lo va a hacer porque se han dado oportunidades. Incluso la cédula de Uruguay es la mejor de América Latina”.
Tanto Valderrama como Muiño estuvieron de acuerdo con López en que la inserción laboral del inmigrante no presenta
problemas. “El migrante viene con una fuerte reinserción. Propositivamente quiere salir adelante. Incluso hay menos barreras en el inmigrante que en el uruguayo. Asombrosamente vienen a hacer el trámite de residencia ya teniendo trabajo”, agregó Muiño.
Según sus palabras,“la migración es desarrollo, diversidad y multiculturalidad”. Además, consideró que la so-