El mundo de hoy
Estamos viviendo una coyuntura histórica muy excepcional. En los últimos días y semanas han ocurrido siniestros extremadamente dolorosos. Huracanes, terremotos y acciones terroristas. Huracanes en el Caribe y en los EEUU con efectos negativos muy impactantes para sus poblaciones. Y estos días, los diversos terremotos en México están marcando que la ciencia no ha podido encontrar caminos para que no ocurran. Vivimos una etapa de grandes avances tecnológicos en diversos ramos, pero no se ha avanzado en la previsión de estos fenómenos naturales que deja tantos muertos e indefensos. Lo único que podemos hacer es maximizar los esfuerzos para ayudar a los damnificados, expresando de esta manera diversas formas de solidaridad y de salidas colectivas, superando el individualismo que impone el régimen imperante. A ello se agregan, los fenómenos terroristas que ocurren especialmente en Europa y en algunos países asiáticos como Irak y Afganistán.
En el plano político estamos viviendo con cierta intensidad una etapa de descontentos en el mundo desarrollado, especialmente de las capas medias. Críticas al proceso de globalización imperante, por la profundización de las desigualdades, por la estabilidad salarial, los problemas del desempleo, por la combinación de efectos positivos y negativos de la introducción de innovaciones, de cambios tecnológicos que ayudan a mejoras de la productividad, pero afectan los empleos productivos y las mejoras en la distribución del ingreso. A nuestro criterio, los avances tecnológicos son de extraordinaria importancia para el régimen capitalista, que puede tener sus crisis más o menos prolongadas, pero siempre están presentes estos cambios tecnológicos que le permite superarlas. Son estos cambios los que modifican relaciones de poder, que antes ostentaba la industria automovilística, luego las instituciones financieras y ahora los que avanzan a través de los TIC (Tecnología de la informática y las telecomunicaciones).
El mundo desarrollado vive además problemas de nacionalismos, procesos de inmigración con elevada influencia política e inclusive, problemas de racismo que afecta el principio de igualdad que sostiene la democracia. Estos descontentos, que muchas veces eran aprovechado por partidos de izquierda, hoy se desplazan hacia grupos políticos de extrema derecha como los existentes en Francia, Austria, Holanda y Alemania, con fuerte presencia parlamentaria, este último domingo, del grupo Alternativa vinculado al viejo nazismo. Junto a estos fenómenos dos acontecimientos muy relevantes como el Brexit, la salida del Reino Unido de la Unión Europea y el triunfo de Donald Trump en EEUU.
El actual gobierno de EEUU genera enorme incertidumbre en el plano internacional. Parecería que existieran dos seres relativamente irracionales e anormales, que hacen permanentes declaraciones amenazantes sobre una futura guerra nuclear, por parte de los líderes de los gobiernos de Corea del Norte y los EEUU. Son como huracanes y terremotos que nunca sabemos cómo van a culminar. Aquí surgen las presencias de China y Rusia que buscan salidas pacíficas, a través del diálogo y las negociaciones. Recordemos que EEUU mantiene la hegemonía militar y supremacía en los avances tecnológicos y en las actividades financieras. Por el otro lado, China predomina en materia de comercio de bienes y sigue avanzando en colocar especialmente rubros de alta y media tecnología. EEUU intenta, a la luz de las declaraciones de Trump, ser primero a través de mecanismos proteccionistas, deja de lado acuerdos como el Transpacífico y busca renegociar el Nafta. En cambio China, sigue realizando acuerdos comerciales y se declara contra el proteccionismo y salvador del libre comercio.
Las posiciones de EEUU y Rusia son muy relevantes para entender las guerras en el Medio Oriente y sobre todo la continuidad de la guerra de Siria donde se han perdido millones de vidas humanas y se reflejan en los procesos de inmigración que tiene Europa.
Esta descripción en grandes títulos de los principales fenómenos que están ocurriendo en el mundo desarrollado es importante por su influencia en la situación regional. El presidente de EEUU con declaraciones y acciones contra México, Cuba y Venezuela, que tienen sus propios problemas internos, marcan una nítida diferencia con los gobiernos de Obama y afectan a estos países latinoamericanos. Hay avances significativos de la derecha en Brasil y Argentina, que también se pueden concretar en las próximas elecciones de Chile, lo que le otorgaría nuevas formas de influencia a EEUU en la región.
En materia económica es muy notable la presencia de China, especialmente en América del Sur. Hoy en materia comercial, pero mañana puede ser relevante su papel en materia financiera y en el ámbito de la infraestructura.
En este complejo cuadro internacional, donde esperamos no se produzcan huracanes ni terremotos políticos, hay que ubicar a Uruguay, con el Frente Amplio en la mitad de su tercer gobierno consecutivo, saliendo de una crisis política relevante con la renuncia del vicepresidente de la República, pero manteniendo intactas sus instituciones democráticas. Considerado como democracia plena junto con Canadá, el gobierno de izquierda sigue haciendo esfuerzos por atender los problemas económicos y sociales de su sociedad. Difícil concretar alianzas con este panorama internacional y regional, pero son indispensables los avances hacia una nueva estrategia de desarrollo, que mejore la actual inserción económica internacional, que atienda los requerimientos para garantizar mejoras en el empleo productivo, sobre todo teniendo en cuenta los avances tecnológicos y los imprescindibles logros en materia educativa. Ésta a su vez, requiere combatir la fragmentación social, para enfrentar los altos niveles de repetición y deserción, especialmente en el nivel secundario, que mantienen los sectores sociales de menores ingresos. Y este problema de la fragmentación social, como lo plantea Jack Couriel, tiene urgencia y no necesariamente depende de las condiciones internacionales. Hay tiempo para enfrentarla cuanto antes, porque es condición necesaria pero no suficiente, para atender los problemas de la educación tan vitales a la luz de los cambios tecnológicos en el mundo.