Primer teletransporte intercontinental
Aseguraron haber transferido las claves cuánticas desde el satélite a la Tierra a una distancia de 1.200 kilómetros.
Los físicos de China y Austria llevaron a cabo el primer teletransporte intercontinental de partículas a través del satélite de comunicaciones cuánticas Mozi y realizaron una llamada de conferencia imposible de hackear, informó el servicio de prensa de la Academia China de Ciencias.
“Un año después del lanzamiento del Mozi, hemos logrado dar tres pasos principales hacia el ‘internet cuántico’”, declararon los científicos chinos.
Los físicos aseguraron haber transferido las claves cuánticas desde el satélite a la Tierra a una distancia de 1.200 kilómetros, conectar dos puntos diferentes en la superficie del planeta a una distancia similar, así como llevar a cabo los primeros experimentos de teletransporte cuántico orbital.
“Gracias a esto hemos mejorado 20 veces la calidad de comunicación en comparación con los sistemas de fibra óptica”, añadieron los científicos.
Las modernas tecnologías cuánticas se basan en el fenómeno de entrelazamiento cuántico. Este fenómeno, en particular, juega un papel importante en los sistemas de comunicación cuántica protegida, que excluyen por completo la posibilidad de espionaje debido al hecho de que las leyes de la mecánica cuántica prohíben la ‘clonación’ del estado de las partículas de luz.
Según el servicio de prensa de la Academia de Ciencias china, el Mozi se utilizó por primera vez con fines prácticos. Chunli Bai, presidente de la Academia china, y Anton Zeilinger, director de la Academia de Ciencias de Austria, llevaron a cabo la primera sesión de vídeo conferencia cuántica intercontinental, protegida del ‘hackeo’ por medio de claves transmitidas vía satélite.
Para llevar a cabo este experimento, los científicos chinos combinaron los canales satelitales de comunicación cuántica con la red cuántica terrestre ya existente que conecta Pekín, Shanghái y varias otras ciudades chinas. Una red similar fue construida entre Viena y la ciudad de Graz, donde hay estaciones de comunicación cuántica cósmica. Estas redes y el Mozi ayudaron a establecer una conexión entre Pekín y Viena, donde trabajan los jefes de las Academias.