Casavalle, barrio sitiado
Apenas han pasado unos días cuando todo el país observó el gigante operativo policial desplegado en el barrio Casavalle. Helicópteros, motos, autos blindados, policías encapuchados fueron parte de los elementos utilizados a los efectos de tener casi durante 24 horas a los vecinos del barrio viviendo una tensión muy dramática.
Los argumentos para desarrollar este operativo fueron los hechos ocurridos aparentemente entre integrantes de bandas “narcotraficantes” que operan en la zona. Se allanaron varias viviendas del barrio, los niños no pudieron ir a la escuela durante ese día etc., etc. Los medios masivos de comunicación dieron extensa cobertura durante tres días a los hechos.
En los últimos dos años fueron detenidos en nuestro país dos capos mafiosos internacionales. Rocco Moralito de nacionalidad italiana y Gerardo González de nacionalidad mexicana.
Los mismos residían hace años en espectaculares mansiones en nuestro “distinguido” balneario de Punta del Este. En particular además vivían a poca distancia entre una y otra residencia.
Pero en ambas oportunidades, no se allanaron las demás residencias del barrio del balneario ni se hizo un espectacular operativo como el realizado en Casavalle.
Nuestro país vive una extraordinaria obsesión generalizada con respecto al tema violencia donde cada vez más se le agrega el mote de que son los “narcos”. Sin embargo, los barrios estigmatizados suelen ser siempre los mismos, los barrios pobres, donde la inmensa mayoría de la población que allí reside nada tiene que ver con el asunto.
No compartiendo para nada el tratamiento que se le está dando al llamado tema de la violencia “ciudadana”, aún si admitiera los métodos como válidos deberían ser iguales en cualquier zona o barrio del país.
En el exclusivo barrio de Punta del Este, denominado Beverly Hill donde hay hectáreas construidas con fastuosas viviendas de todo tipo, y en general se utilizan entre un mes o mes y medio durante todo el año, fue el lugar donde cayeron los grandes mafiosos. Allí no se hacen razias periódicas ni se allanan casas. Sin embargo, allí se detectaron y se detuvieron a los“peces grandes”, no los pececitos del negocio.
Estamos equivocados si creemos que el problema de la violencia se puede frenar exclusivamente con“mano dura”. Estamos equivocados si seguimos marcando barrios de los trabajadores como“peligrosos”.
La verdadera ciudad democrática se construye cuando, desde la vivienda y sus planes territoriales se evitan los guetos, y podemos amalgamar un amplio tejido social, cuando se invierta cada día más en una educación integral y se gaste menos en cámaras de seguridad y represión selectiva.