Derechos de Autor: contactan esta semana a los partidos políticos
-Un viejo tema, diputado, es el que tiene que ver con los derechos de autor. ¿Ha habido avances en esta materia, en particular, en esta controversia que engloba a la Facultad de Derecho, Agadu, Cámara del Libro?
-Sí. Los firmantes del acuerdo del 26 de mayo de 2016, esto es, la Cámara del Libro, Agadu, la FEUU, con el auspicio del PITCNT llegaron a un nuevo acuerdo sobre la base del firmado entonces. El proyecto que suscribieron estas organizaciones el Frente Amplio lo hizo propio a diciembre del año pasado, le dio estado parlamentario. Pero luego hubo, dentro del mismo Frente, algunas voces que querían modificaciones. Nosotros dijimos siempre que las modificaciones que se hicieran tenían que tener el acuerdo de las partes firmantes. No por seguir a corporación alguna sino porque el tema de derechos de autor tiene intereses y miradas contrapuestas y aspectos muy técnicos que incluso si no se tiene mucho cuidado en lo que se modifica puede generar demandas de las partes involucradas.
Este nuevo acuerdo del cual hemos tomado conocimiento como bancada del Frente Amplio en las ultimas horas -es más hemos tenido una reunión que promovimos en la presidencia dela Cámara para tomar conocimiento del mismo- supone un acercamiento aun mayor entre las partes, una mejora en la redacción, sin alterar sustancialmente el acuerdo original. Acá no podía haber una situación que se dio: que los creadores del conocimiento de la cultura quedaran contrapuestos a los estudiantes.
Por eso en un mundo que cada vez te interpela más en cuanto al acceso a la cultura, a los conocimientos, a la producción de los bienes culturales y al conocimiento y a diversos intereses que hay en la materia, nosotros tratamos de profundizar en la materia en los temas de derecho de autor y de acceso a los bienes culturales y aspiramos a que en esta semana se pueda hacer contacto con todos los partidos políticos, lograr el respaldo de todos los partidos para lograr trascender desde lo sectorial y lo partidario e indicarle claramente a la sociedad en su conjunto que las políticas culturales tienen que ser netamente políticas de Estado y que deben necesariamente buscar los máximos acuerdos. Yo celebro esto porque en modo alguno hubiese levantado la mano con mi voto para dañar a los trabajadores de la cultura que ya tienen dificultades con la masificación de su obra y los que muchas veces no cobran nada de los derechos de autor y en algunos casos terminan en la mayor miseria.
-¿Cómo se logró ese difícil equilibro entre los trabajadores y sus derechos y el derecho al acceso a la información que tienen los estudiantes?
-Por un lado por la buena fe. Creo que fue lo primero. Segundo, porque se dialogó mucho entre estudiantes y autores. Y también porque se buscó una redacción que se adecuara más a la realidad sin desproteger a los derechos de los creadores de bienes culturales porque ahí está la clave.
Entonces, creo que lo que se logró en esta nueva redacción, es un nuevo equilibrio entre la demanda de los trabajadores de la cultura y las necesidades de los estudiantes y de la gente en general de los bienes del conocimiento y de la cultura.