“Para un luchador social no existe seguridad”
“La situación es muy difícil porque el constante incumplimiento por parte del gobierno va creando una sensación de que nos han engañado”.
Lomoloño, un exguerrillero, afirmó que en Colombia no hay paz y denunció que la clase dominante“no quiere que se acabe la guerra porque lucra con ella”.
“Tengo 29 años. Ingresé a las FARC a los quince y desde entonces soy guerrillero. No somos combatientes por naturaleza ni tenemos un fetiche con el armamento. Sí hay que decir que en medio de la guerra, de la confrontación, el arma significa la posibilidad de mantenerse vivo. De todas maneras, durante unos dos años hicimos un proceso de preparación interna para dar el paso a la reincorporación de la vida civil y estamos contentos. El hecho de despojarnos de las armas como forma de lucha nos permite llegar a gente y a lugares donde no habíamos podido dar a conocer nuestro planteo”, declaró a LA REPÚBLICA Juan Camilo Lomoloño.
“De niño tuve una formación de conciencia social e identifiqué rápidamente que con las condiciones políticas de Colombia no había otra forma para aportar a las transformaciones sociales que no fuera desde la lucha armada. No tengo nada de qué arrepentirme y todos los combatientes estamos muy orgullosos de habernos sacrificado por nuestro pueblo y de llegar al acuerdo que logramos que, a pesar de que no es la solución a todos los problemas del pueblo colombiano, recoge la mayoría de las reivindicaciones que históricamente hemos planteado”, agregó.
Según sus palabras, los excombatientes están preocupados porque la situación de seguridad es muy complicada para cualquier luchador social en Colombia. Afirmó que en lo que va del año han matado a 120 líderes sociales, defensores de derechos humanos, personas que han trabajado por la paz e integrantes de partidos de oposición.“Entre ellos, han asesinado a 8 combatientes de las FARC a pesar del acuerdo firmado. Por esto, nos preocupa que hayamos dejado de armas y que la contra parte no se corresponda con ello y sigan utilizando el terrorismo y las ejecuciones extrajudiciales como una forma de hacer política y de mantener sus privilegios”.
Explicó que se espera que se implemente parte del acuerdo que tiene que ver con el desmonte de las estructuras militares para que los exguerrilleros puedan sentirse cómodos sin las armas.