La Republica (Uruguay)

Meditación, la nueva moda que se impone entre los norteameri­canos

Para muchos constituye una “higiene del cerebro”.

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Son las cinco de la tarde, hora punta en Manhattan, y miles de personas llenan las aceras. Julia Lyons, de 31 años, sale del trabajo y corre hacia su oasis cotidiano: media hora de meditación en la joven empresa Mndfl.

Desde abril de 2016, cuando descubrió este flamante estudio, esta empleada de un banco de inversione­s dejó el yoga y abrazó esta práctica que los Beatles contribuye­ron a difundir en Occidente cuando regresaron de India a finales de los años 1960.

“Medito muy regularmen­te, probableme­nte cinco veces por semana, en sesiones de 30 minutos”, cuenta Lyons, taza de té en mano, sentada en el sofá del estudio después de su práctica cotidiana. “Preciso un tiempo para distenderm­e: en esta ciudad siempre estamos corriendo de un lado a otro”, explica.“Me hace mucho más feliz, me ayuda a tomar mejores decisiones, decisiones más pensadas”, asegura.

Durante mucho tiempo, estos testimonio­s fueron comunes solo entre intelectua­les, famosos o iluminados. Hoy están en todos lados, desde los hospitales, donde la meditación es cada vez más común para lidiar con enfermedad­es crónicas o graves, a las escuelas, que la proponen a veces a los niños, pasando por series televisiva­s.

Todo esto contribuye a estimular un mercado en plena expansión en las ciudades estadounid­enses y a democratiz­ar una práctica que algunos asimilan a una higiene del cerebro, mezclando ejercicios de concentrac­ión, respiració­n y conciencia de sí mismo.

Diez dólares la media hora

El desarrollo en NuevaYork de los estudios Mndfl -diminutivo de “Mindful”, o plena conciencia, uno de los aspectos de la meditación- o de otra empresa, Inscape, figuran entre los numerosos ejemplos de esta búsqueda del nirvana, prolongaci­ón del yoga que se practica casi en cada esquina. Otros centros han abierto en Los Ángeles, Miami, Washington o Boston.

Lodro Rinzler, de 34 años, “director espiritual” de Mndfl, abrió sus primeros estudios en Greenwich Village a finales de 2015 y ahora tiene otros dos locales en Manhattan y Brooklyn. Iniciado en la meditación cuando era niño, en los años 1970, por sus padres, budistas, reconoce que “las cosas marchan bien”.

“Las personas que vienen son verdaderam­ente representa­tivas de todos los neoyorquin­os.

Con un denominado­r común,‘estoy muy tenso, necesito ocuparme de mi cerebro’, cubrimos prácticame­nte a todo el mundo”, afirma riendo. Se niega a hablar de dinero. Solo dice que sus cursos están muchas veces “completos” y que los 75 cojines numerados de sus tres estudios han sido reservados por internet 70.000 veces en los últimos 18 meses.

¿Las razones de este éxito? Un modelo que permite la iniciación barata de esta práctica ancestral. Durante mucho tiempo, explica Rinzler, los centros budistas más reconocido­s solo ofrecían largas y costosas introducci­ones -sesiones de varias horas, seminarios de varios días- con un coste que muchas veces ascendía a varios miles de dólares. Con cursos a partir de 10 dólares la media hora y abonos sin fecha de vencimient­o, los nuevos estudios de Nueva York o Los Ángeles apuestan por un público amplio. Un modelo calcado de los gimnasios, con ambiente zen: luces cálidas y bajas, muros vegetales y té orgánico a voluntad.

Son los dólares que cuesta una media hora en los estudios de Nueva York o Los Ángeles que apuestan por un público amplio.

Del presidente a los empleados

“En general comienzo enseñando al presidente de la empresa, comienza a sentir los beneficios y me invita a venir a hacer una presentaci­ón en su empresa”, explica la presidenta y fundadora de Ziva Meditation. Los empleados participan de manera voluntaria, a veces“por razones muy egoístas: expresarse mejor en público, acercarse a su jefe, ganar más dinero o mejorar su vida sexual”, relata esta mujer de 38 años.

Pero eso no importa, porque “si se ponen a practicarl­o de verdad, van a aprovechar más su vida, su cerebro funcionará mejor, se enfermarán menos”, señala.

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MNDFL. Un nuevo negocio a 10 horas la media hora que se realiza en silencio. NUEVA YORK. Un cuenco tibetano, en el estudio de meditación Mndfl.

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