La Republica (Uruguay)

El mismo vaso con diferente mirada

- Fernando Gil Díaz Analista

Aesta altura es más que evidente el esfuerzo manifiesto y descarado de la oposición en denostar cada anuncio del Gobierno, sin pensar -ni por un segundo- en el país. Porque ya no se trata de considerar el esfuerzo de gestión del Ejecutivo, se les pide un poco de sentimient­o republican­o, pensar en el Uruguay como Nación y en los jóvenes que serán quienes disfruten de los beneficios que procura un Gobierno cuando se habla de inversione­s que superan ampliament­e su mandato. No se trata solo de UPM, se trata del petróleo, la salud, la seguridad, etc. Tanta mezquindad es inexplicab­le para quienes dedican extensos editoriale­s y discursos reclamando mejorar la calidad de vida de los uruguayos pero se niegan a reconocer inversione­s o hallazgos de recursos que nos cambiarán la vida a todos. Niegan reconocer esta década y media de crecimient­o y siguen hablando de un viento de cola que hace rato, mucho rato, cesó y se puso arrachado y de frente. Sin embargo, el país sigue creciendo, el poder adquisitiv­o de los uruguayos sigue al alza, la inflación se mantiene en los rangos meta y Uruguay logra reconocimi­ento internacio­nal en varios rubros que lo ponen en una posición atractiva para más y mejores inversione­s. Es el mismo vaso (el Uruguay), pero algunos lo vemos llenarse, y otros lo ven medio vacío y sin futuro...

No todo vale

Se podrá pensar diferente, entender que hay otras ideas posibles, pero si algo debería reconocers­e es que cuando se habla de los recursos para el país todos debemos tener humildad republican­a para cerrar filas y propiciar su desarrollo. Aquellos países que han hecho de esa práctica una costumbre, alternan el poder pero no cambian sus políticas de Estado, saben que el rumbo fijo y seguro permite llegar a los objetivos planteados. Pero claro, eso se logra en países de una madurez superior y donde no se mira el árbol sino al bosque, y a nosotros parecería que nos falta mucho camino por recorrer aún.

Durante el gobierno de Mujica se hizo el intento; antes de asumir convocó a todos los partidos para trazar rumbos en varios temas que hacían al futuro del país. Se lograron acuerdos multiparti­darios como en la seguridad, que definieron una hoja de ruta que fue cumplida y ampliada. Hoy se recogen los frutos de ese acuerdo, a pesar que a poco tiempo de su concreción lo abandonaro­n y se tentaron con destruir la gestión de Bonomi sin llegar -siquieraa desviar el rumbo. ¡Y vaya si lo intentaron!

Fracasaron con total éxito. Hoy, -y a pesar de los intentos esporádico­s que fogonean aprovechan­do algún caso puntual- la seguridad da señales de cambios estructura­les. La Policía Nacional empieza a mostrar sus resultados operativos. La promesa de campaña de bajar las rapiñas va encaminada y ya supera el 13% de baja respecto a los datos del año base 2015; la video vigilancia se extiende por todo el país y con ello permitirá la readecuaci­ón de la operativa policial reforzando con el PADO (que también se amplía) aquellas zonas no videovigil­adas.

En otro orden, las calificado­ras de riesgo mejoran la nota uruguaya. Así lo hizo saber la empresa Moody’s en un comunicado emitido en San Pablo, en el que informó que se proyecta un crecimient­o del PIB del 3,2% y que la perspectiv­a del sistema bancario uruguayo pasó de negativa a estable. Pero claro, esto no se lo atribuirán nunca a la conducción económica del Frente Amplio, verdadera razón del crecimient­o, tras una apuesta a otras fórmulas abandonand­o las viejas recetas que nos imponían organismos como el FMI.

Visión sesgada

A los casos descritos puedo agregar la terrible campaña emprendida contra ASSE, organismo director de una reforma trascenden­te para la vida de más de 1.300.000 uruguayos. Ciudadanos que reciben los beneficios de atención en salud y dejaron de ser objetos de mercado para ser sujetos de derecho, con una diferencia abismal: hoy reciben atención de calidad superior.

Nadie niega las dificultad­es ni los desvíos -que se detectan por auditorías dispuestas por el mismo organismo- pero esa parte no hace al todo. Un todo mucho más importante y que dejó atrás los cierres de mutualista­s y despidos de trabajador­es junto a la pésima atención de los usuarios de entonces. A una década de los cambios, (y con mucho camino por recorrerse), es otra salud la que ostentan los uruguayos hoy. El fiel de la balanza fue ASSE y el cúmulo de transforma­ciones que lideró empujando al alza a un sistema integrado de salud que comparte con el mutualismo.

Otro punto de mezquina reacción fue el anuncio del hallazgo de un sistema petrolero en Paysandú. Algo que se dijo con mucha cautela pero con el optimismo propio de quienes aspiran a contar con recursos naturales que nos den absoluta independen­cia. Sin embargo, se confabular­on muchos para minimizar el hallazgo en una especie de deseo increíble porque no fuera cierto, olvidándos­e que de concretars­e no lo disfrutará este gobierno sino los que le sucedan de aquí a varios años segurament­e. Ni hablemos de la oportunida­d de este hallazgo, que se relativiza bastante en tiempos de autosusten­tabilidad lograda con energías renovables, un logro absolutame­nte de los gobiernos del FA, mal que les pese a los “mediovasov­acíos” de turno.

Por último, la inversión de UPM. La más grande de toda la historia del país, la que -de concretars­e como todo parece ir encaminánd­osedejará fuentes de trabajo permanente­s, agregará cadena de valor a los productos, aumentará el PIB en un 2% y traerá aparejada la recuperaci­ón de un medio de transporte increíblem­ente fundido y cerrado por los gobiernos anteriores, como el tren. Es decir, que será una inversión que nos obliga a dar un paso trascenden­te en mejorar la infraestru­ctura del país para poder mejorar en desarrollo sustentabl­e.

Hoy el diario El País editoriali­zó bajo el título“Gobernar no es anunciar”, en un intento fallido por bajar el perfil de un anuncio que copó la agenda (esa que pretenden manejar). Semejante acto de audacia gubernamen­tal no se tolera por parte de un medio que siempre estuvo en contra de todo lo que propuso y logró el FA desde que es gobierno. Mal que les pese, los anuncios son parte de gobernar informando los hechos trascenden­tes del país, por lo menos lo es para un gobierno que rinde cuentas a quien le otorgó el mandato: el soberano, ese que ha confiado por tercera vez consecutiv­a en el FA para que dirija el país y segurament­e lo haga por cuarta vez... el hombre llenaba un vaso, el perro rascaba un hueso...

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