NO SE RINDE
Nacional goleó 5-0 a Boston River y se mantiene prendido en la pelea por el título del Uruguayo. Con esta victoria, el tricolor se mantiene a 5 puntos de Defensor en la Tabla Anual.
Nacional ofreció su mejor versión del Clausura y aplastó a Boston River. La contundente victoria conseguida anoche permite al equipo de Martín Lasarte mantener vivas sus chances matemáticas en la Tabla Anual (en la que está a cinco puntos de Defensor, al que todavía tiene que enfrentar), único objetivo por el que pelean los tricolores.
Un primer tiempo de ensueño (que terminó 4-0) hizo que el segundo debiera jugarse por mero trámite. Ahora, los albos visitarán el Parque Viera para enfrentar a Wanderers con dos victorias consecutivas sobre sus espaldas.
No tuvo rival
La superioridad de Nacional fue abrumadora en todos los aspectos. Boston River no fue ni una sombra del equipo que suele: cometió errores defensivos dignos de novatos y falló pases a dos metros; como si esto fuera poco, no pateó al arco en todo el primer tiempo.
La magnífica versión del equipo de Lasarte propició esto (fue el mejor episodio de los albos en el Clausura), pero no pesó menos la espantosa noche del elenco del “Turco”Apud.
Nacional tuvo una efectividad envidiable. Anotó prácticamente todas las veces que llegó al arco rival. La primera vez a los 4’, cuando Diego Polenta aprovechó la nefasta marca y el gran centro de TabaréViudez para darle vida a un cabezazo tan esquinado que se estrelló en el palo antes de morir en la red. Pocos testimonios más contundentes puede haber del adormilamiento defensivo de un equipo que perder la marca de la principal amenaza área del adversario. No hubo que esperar mucho para el 2-0. Nuevamente Viudez, nuevamente de lo más claro de Nacional, realizó un gran cambio de frente que Aguirre bajó de cabeza para Zunino, que definió como si fuera un delantero experimentado a los 12’.
Al unísono que la diferencia en el tanteador se multiplicó también la tranquilidad y el dominio de Nacional, que además de convertir todo lo que tocaba en oro, tenía enfrente un equipo sorprendentemente inofensivo.
Las diferencias exhibidas hasta entonces hicieron que muchos creyeran que el partido ya estaba resuelto. Quienes no integraban ese grupo trocaron su postura minutos después, cuando “Seba” Fernández metió un par de goles que sellaron el 4-0 e hicieron que ni una persona en la tierra pensara que el milagro era posible.
En su show personal,“Papelito” cambió por gol un penal (clarísimo por mano dentro del área) antes de aprovechar el rebote que generó un tiro de Aguirre en el palo, que el delantero cabeceó para superar la oposición de Berbia.
El primer tiempo se convirtió en historia dejando tras de sí la certeza de que Nacional había jugado su mejor capítulo de todo el Clausura.
Para cumplir
Boston mejoró en el complemento. Cierto, imposible jugar peor. Esto no le gustó a Lasarte, que dejó escuchar sus constantes reclamos al ver como el rival controlaba la pelota y ganaba en intensidad. Se sobreentiende que no por temor a que el resultado cambiara drásticamente, sino por considerar intolerable que su equipo se relajara. Aunque la posesión estuvo más pareja que en el capítulo anterior y Conde tuvo alguna que otra intervención (se destaca la genial atajada ante una volea de Araújo desde el borde del área chica), lo cierto es que Nacional vio pasar el tiempo sin pasar problemas.
Tal fue así, que incluso fue capaz de ampliar la diferencia. Fue a los 63’, cuando Sebastián Rodríguez marcó, de tiro libre y aprovechando un desvío en la barrera, el quinto gol de su equipo.
En la recta final del partido, Adrián Berbia tuvo un par de intervenciones que impidieron que la derrota fuera aún más estrepitosa. Primero, ahogó un grito de Matías Zunino, que jugó un muy buen partido. Pero más importante fue la atajada en el mano a mano ante Kevin Ramírez (quien ingresó durante el transcurso del segundo tiempo, al igual que Martín Ligüera y Gonzalo Porras), quien no pudo marcar pese a tener tiempo y espacio a disposición.
Nada más ocurrió en un partido en que Nacional se floreó y mantuvo viva su esperanza de seguirla peleando en el Uruguayo. “Es difícil, pero no imposible”, insiste Lasarte.