La Republica (Uruguay)

Peñarol acaricia el trofeo del Clausura y sigue al acecho en la Anual

Si vence a River el miércoles, el equipo de Ramos asegurará su presencia en la definición del Uruguayo.

- Matías Canabarro

U na victoria separa a Peñarol del objetivo con que comenzó el semestre. Ganar el Clausura era la gran misión, pues revertir una desventaja de más de una decena de puntos en la Anual parecía imposible.

Hoy, las doce victorias consecutiv­as no solo hacen prácticame­nte imposible que el Torneo se le escape (alzará el trofeo si el miércoles vence a River Plate en el Saroldi, e incluso puede hacerlo perdiendo si Defensor tropieza), sino que mantiene viva la esperanza de imponerse en la tabla más importante de todas, en la que está a solamente dos puntos de los “tuertos”.

El triunfo ante Plaza Colonia llegó sin atenuantes. El 3-0, materializ­ado gracias a las anotacione­s de Diego Rossi, Lucas Viatri y Cristian Rodríguez, habla por sí solo de la superiorid­ad de un equipo que resolvió el partido con tres goles en menos de veinte minutos en el segundo tiempo. Aunque hubo muchísimos rendimient­os destacados, el aurinegro volvió a dar garantías colectivas.

Le faltó el gol

La balanza estuvo mucho más equilibrad­a de lo imaginable durante el primer tramo del partido, en que Peñarol y Plaza Colonia se dividieron la posesión y las chances de peligro.

Muchos hinchas aurinegros contuviero­n la respiració­n cuanto el remate de Ezequías Redín primero, y el cabezazo de Federico Puppo luego, se perdieron muy cerca del palo; estuvieron muy cerca de celebrar, sin embargo, en sendas ocasiones protagoniz­adas por Fabián Estoyanoff y Cristian Palacios.

Pero con el paso del tiempo, la paridad se desvaneció. Peñarol empezó a adueñarse del mediocampo y a explotar las bandas, dos de sus cosas favoritas en el mundo, haciendo que el dominio fuera completame­nte aurinegro. Los ascensos de Lucas Hernández y Diego Rossi, quien mantuvo su costumbre de intercambi­ar bandas con el “Lolo” constantem­ente, fueron nuevamente importante­s herramient­as para el equipo de “Leo” Ramos, que llegaba hasta el fondo pero no podía materializ­ar sus oportunida­des.

La muerte del primer tiempo llegó tras dos opciones clarísimas, culminadas ambas por el “Cebolla” Rodríguez con remates desde el borde del área que no terminaron en la red por cuestión de centímetro­s (el último exigió una genial atajada de Nicolás Guirín). Sin ser brillante, Peñarol partió al vestuario sabiéndose netamente superior, pero lamentándo­se de que el tanteador no se hubiera enterado.

Lo definió en 15’

¿Qué más puede pedir un equipo que marcar mientras el complement­o se despabila? Esto le ocurrió a Peñarol, que encontró en el amanecer del segundo tiempo lo que tanto había buscado en el primero. La ventaja, nacida gracias al gol de Diego Rossi a los tres minutos, multiplicó la confianza y liberó a un elenco que desde entonces dominó el partido sin pasar sobresalto alguno.

No hubo que esperar mucho para que Lucas Viatri, quien hasta entonces venía manteniend­o su costumbre de ser importantí­simo bajando cuanta pelota pasaba cerca de su cabeza, marcara su tercer gol con la camiseta aurinegra. Lo hizo, vaya sorpresa, de cabeza, tras aprovechar una genial conexión entre Varela y Rossi (vol- *Vs River Plate (V) *Vs Cerro (V)

*Vs Racing (L) vieron locos a sus marcadores), cuyo centro preciso fue un regalo para la definición del argentino.

El 2-0, ni que decirse tiene, desplomó el telón del partido. El resto fue un mero disfrute para los hinchas aurinegros, que vieron a su equipo hacer lo que quiso ante un rival que poco pudo hacer por contener el potencial de Peñarol. Claro testimonio de ello fue la genial acción que transformó el encuentro en goleada: una sucesión de pases en los alrededore­s del área finalizó con una definición del “Cebolla” Rodríguez, que hizo estallar nuevamente al Campeón del Siglo cuando apenas habían pasado algo más de 15’ del complement­o.

La diferencia pudo hacerse aún mayor en la recta final del partido, pero Padúla salvó en la línea un tiro de Gastón Rodríguez y el árbitro, Jonathan Fuentes, se comió un penal grande como el estadio al obviar una clarísima mano de Vega en el área tras un centro de Rossi, de lo mejor de Peñarol.

El aurinegro continúa atravesand­o una racha magnífica, que le permite no solo estar a las puertas del título en el Clausura, sino también alimenta su esperanza de robarle a Defensor el liderazgo de la Anual.

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