MATA GIGANTES
El “tuerto” empató un partido que empezó perdiendo y sepultó el sueño de los tricolores.
Otra vez Defensor liquidó a un grande en su propia cancha: esta vez remontó un 0-1 en el final y le empató a Nacional con un cabezazo que dejó al tricolor prácticamente afuera de la definición por el título que será entre Defensor y Peñarol.
L a extensa racha de Nacional se cortó en el peor momento posible para sus intereses. El empate ante Defensor en el Parque Central prácticamente aniquila la posibilidad de que el equipo de Lasarte gane la Tabla Anual, que les quedó servida a los“tuertos”.
Un punto en la última fecha le alcanzará a Defensor para quedarse con la tabla más importante de todas, que le daría una gran ventaja en la definición del Uruguayo ante Peñarol.
Un plan efectivo
La táctica empleada por Defensor fue clara, y útil a sus intereses durante la primera parte del partido. La intensa presión ejercida en el mediocampo propiciaba el error de Nacional, cuyas conexiones además cortaba de raíz con constantes faltas (14 contra 6 del albo en los 45’ iniciales), que en más de una oportunidad desataron los reclamos de Lasarte y le costó varias amonestaciones al “tuerto”.
El dueño de casa no pudo liberarse demasiado en el primer tiempo. Cuando lograba superar la presión o esquivaba las faltas de Defensor, la imprecisión (de porcentajes alarmantes en los pases de Alfonso Espino) le impedía crear peligro sobre el arco de Guillermo Reyes, al que solo inquietó en una oportunidad.
Ocurrió a los 8’, cuando Tabaré Viudez hizo una buena pared con Sebastián Fernández y estuvo a punto de eludir al arquero, que se rehízo rápidamente e impidió que la cosa pasara a mayores.
En la jugada siguiente se produjo la única oportunidad seria de Defensor, lo que habla a las claras de lo carente de ideas que atestó el transcurso del primer tiempo. La ocasión del equipo de Acevedo llegó gracias a una gran pelota puesta por Ayrton Cougo, quien asistió a Cecilio Waterman, cuyo zurdazo (nacido tras ganarle la espalda a Polenta) se abrió y se perdió cerca del palo.
Los violetas tenían destellos de buen juego colectivo, pero les fallaba el último pase para ce- rrar sus jugadas. Sin embargo, es indiscutible que el primer tiempo le fue mucho más favorable que a Nacional. Después de todo, un empate era un magnífico resultado, y mantener al rival lejos de su arco parecía un medio excelente de conseguirlo.
Emoción pura
El ambiente de final que bajaba desde las tribunas y se instalaba en la cancha, así como la necesidad de ambos equipos, hizo que la falta de buen fútbol no impidiera que la emoción estuviera a flor de piel a lo largo del complemento.
Aunque Nacional controló la pelota y estuvo en campo rival durante buena parte del segundo tiempo, la primera chance clara de ese episodio le perteneció a Defensor: una conexión entre Cabrera y Waterman terminó con el panameño tirando un pase desde la banda que encontró a Carlos Benavídez al borde del área chica. Sin embargo, y pese a la inmejorable posición, el volante mandó la pelota a la tribuna.
Pero, como se dijo, el equipo de Lasarte exhibió durante el complemento un dominio poco productivo. Si bien controlaba la posesión y se instalaba en terreno adversario, sus únicas posibilidades de peligro parecían sujetas a centros o pasajes de inspiración individual.
Las polémicas no se hicieron esperar: se pidieron expulsiones, penales y todo lo que pueda imaginarse (el detalle de la actuación de Leodán González puede leerse en la página 29).
El Parque estalló a los 77’, cuando Polenta se inspiró y, tras sacarse de encima a Suárez y Correa con un par de enganches, sacó un remate desde el borde del área que describió una curva y entró contra el palo.
La ventaja empujó a Lasarte a mandar a la cancha al “Tata” González y sacar a Viudez para mantener la ventaja, que duró lo mismo que un suspiro. Defensor, que creció gracias al ingreso de Pablo López, empató a diez minutos del final. Un magnífico centro de Castro terminó en la cabeza de Cougo, quien aprovechando la siesta de Arismendi ganó por las alturas y selló el 1-1 que devolvió el alma al cuerpo de los violetas.
Aunque intentó con lo que pudo y generó alguna chance, Nacional no pudo empatar (incluso estuvo a punto de perderlo, cuando Benavídez se devoró un mano a mano en que estaba completamente solo, con tiempo y espacio) y terminó consiguiendo una igualdad con sabor a derrota. Ahora, los tricolores deben ganar en la última fecha y rezar que Defensor no saque puntos ante Fénix para tener chances de ganar la Anual.