Perpetua para integrantes de la dictadura argentina
Varios de los 54 imputados recibieron la pena máxima.
El Tribunal Oral Federal Número 5 de Argentina emitió ayer las sentencias para los 54 imputados por delitos de lesa humanidad en el juicio ESMA III, el proceso más prolongado en la historia del sistema penal argentino, cuyo debate oral y público tomó cinco años con 410 audiencias, en los que fallecieron 11 de los 65 imputados originalmente y tres fueron apartados por razones de salud.
En ese marco se condenó a prisión perpetua al el ex oficial de la Armada Alfredo Astiz y al ex jefe de tareas del Grupo de Inteligencia 3.3.2. Jorge “Tigre” Acosta, por haber cometido crímenes de lesa humanidad en la ESMA durante la última dictadura militar. También fue condenado a perpetua Adolfo Donda, apropiador de la diputada nacionalVictoria Donda y que también ofició como jefe del grupo de Operaciones 3.3.2 de la ESMA.
Astiz era conocido como el Ángel de la Muerte. Durante la dictadura argentina se infiltró en las organizaciones de derechos humanos como espía. Entre los delitos de lesa humanidad que cometió se cuentan casos de resonancia internacional como el secuestro, tortura y desaparición de dos monjas francesas, Alice Domon y Léonie Duquet por los cuales fue condenado en ausencia en Francia a cadena perpetua, y la adolescente sueca Dagmar Hagelin. Por otra parte, el tribunal absolvió al ex secretario de Hacienda de la dictadura Juan Alemann, uno de los acusados civiles que fue juzgado en la causa más abarcativa (por cantidad de imputados, victimas y hechos juzgados) de la historia de la justicia argentina. Por primera vez ocho imputados fueron juzgados por su responsabilidad material en los denominados “vuelos de la muerte”. Entre ellos está Julio Poch, un piloto argentino con nacionalidad holandesa que fue detenido en España en 2009 y luego extraditado a Argentina. Durante su declaración
“Los organismos de derechos humanos son grupos de persecución y venganza. Nunca voy a pedir perdón”.
ante el tribunal, Astiz negó todo arrepentimiento por los crímenes cometidos en la ESMA.“Los organismos de derechos humanos son grupos de persecución y venganza. Nunca voy a pedir perdón”, dijo.
Carlos Loza y Osvaldo Barros, ambos integrantes de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos (AEDD), una de las entidades que querella en esta megacausa, afirmaron en diálogo con Télam que esperaban“con ansiedad”los fallos con la convicción de que“más allá” de las condenas que reciban los represores “nunca” abandonarán “la lucha por la justicia”. Por su parte, Barros, que también dialogó con esta agencia, consideró que este proceso por crímenes de lesa humanidad es el resultado de “una lucha de muchos años y en la que hubo que vencer muchos miedos”. El juicio de ESMA III comenzó en 2012 y se analizaron 789 delitos de lesa humanidad, entre ellos varios casos referidos a los denominados vuelos de la muerte, por los que hay cinco efectivos de la Armada imputados.
Es la primera vez que la Justicia de un Estado nacional procesa una causa por crímenes contra la humanidad de tal magnitud y duración, ya que para analizar casos como los genocidios de Ruanda y la ex Yugoslavia se constituyeron tribunales internacionales.
En una entrevista concedida tras una ronda en Plaza de Mayo, los sobrevivientes fundaron sus dudas en relación a un fallo reciente de la Sala I de la Cámara de Casación que liberó a ocho ex policías de la Federal en casos de lesa humanidad perpetrados entre 1976 y 1977, con el argumento de que “pudieron no saber”que integraban una estructura abocada a la represión ilegal.
“Uno de los firmantes de ese fallo es el juez Leopoldo Bruglia, que aún integra el TOF 5 y puede aplicar este criterio para beneficiar a los pilotos que participaron en los vuelos de la muerte.Vamos a estar atentos y preparados para formular las apelaciones que correspondan”, señaló Loza.
LA FRASE