La Republica (Uruguay)

Interrogan­tes sobre el TLC Mercosur-Unión Europea

- Alberto Couriel Analista

En estos días, surgen noticias en los medios de comunicaci­ón de la probable firma de un Tratado de Libre Comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, después de muchos años de postergaci­ones. Al estilo de estos tratados, es muy poco lo que se conoce sobre sus contenidos. Rigen principios de secretismo, que no son propios de la democracia. En Uruguay poco se habla de sus contenidos. La bancada parlamenta­ria frentista, que en última instancia va a tener que aprobar cualquier acuerdo comercial, no tiene ninguna informació­n. Tampoco la fuerza política. En los hechos, la informació­n aparece después de firmado los acuerdos, lo que limita enormement­e la tarea parlamenta­ria, porque el Parlamento solo puede aprobarlo, rechazarlo, no tratarlo o devolverlo. No tiene posibilida­d de realizar ninguna modificaci­ón. Tampoco se conocen estudios de impactos del probable acuerdo, especialme­nte sobre el empleo productivo, ni tampoco sobre las posibilida­des de diversific­ación de las exportacio­nes.

En la actualidad, Uruguay ha logrado un dinamismo importante en sus exportacio­nes. Sin acuerdos comerciale­s ha logrado colocar sus productos en más de 160 mercados, por lo que la falta de acuerdos no ha significad­o una merma de su inserción económica internacio­nal. Vende fundamenta­lmente al mundo productos primarios, siendo China su principal comprador, donde colocamos soja, madera y carne. Pero a la región le vendemos productos manufactur­eros. El 70% de las exportacio­nes al Mercosur son de productos manufactur­eros. El 90% de las exportacio­nes de bienes a la Argentina son de rubros manufactur­eros. Argentina además, es el principal comprador de servicios.

¿Cómo puede afectar un TLC Mercosur-Unión Europea a la economía de Uruguay? Mercosur bajaría tarifas en el tiempo, hasta eliminarla­s, de rubros manufactur­eros. ¿Cuáles serían los rubros que podrían competir con la industria manufactur­era europea, por ejemplo con la de Alemania? Sebastián-Torres en su estudio de “Impactos sectoriale­s en Uruguay de la firma de un tratado de libre comercio entre Mercosur y China” muestra a las claras como afectaría los niveles de empleo en los diversos sectores de la industria manufactur­era uruguaya. No se sienten las lógicas preocupaci­ones de los empresario­s industrial­es de los países del Mercosur, frente a este acuerdo que puede compromete­r el mantenimie­nto de sus empresas. Además de la rebaja tarifaria, Argentina, Brasil y Uruguay, son muy caros en dólares, fruto de un elevado atraso cambiario, que afecta la competitiv­idad de sus exportacio­nes, como la dificultad de competir con importacio­nes baratas por dicho atraso. ¿Los rubros manufactur­eros que Uruguay exporta a Argentina y Brasil se podrán mantener, podrán competir con los mismos bienes provenient­es de la Unión Europea? Dichas exportacio­nes derivaban de las ventajas que otorgaba el Mercosur, que ahora se compartirí­an con la Unión Europea. En la actualidad, el principal proveedor de insumos industrial­es de Brasil es China, que además también le vende a Argentina, sustituyen­do insumos provenient­es de Brasil. El comercio entre Brasil, Argentina y Uruguay se mantendrá o ¿se verá afectado por el ingreso de productos provenient­es de la Unión Europea?

En este mundo del conocimien­to, de las innovacion­es, del progreso técnico es imprescind­ible exportar rubros de alta y media tecnología. ¿Ayudará este acuerdo a diversific­ar exportacio­nes, a vender recursos naturales con más valor agregado y más contenido tecnológic­o? El sueño de crear cadenas de valor regionales o insertarse en etapas superiores en cadenas de valor internacio­nales, difícilmen­te se pueda concretar con este tipo de acuerdos. Tratados de esta naturaleza ¿estimulará­n a avanzar en políticas de ciencia y tecnología, en políticas industrial­es y de servicios, en estrategia­s de desarrollo, para una nueva inserción económica internacio­nal y atender el problema central del empleo productivo?

Mientras nosotros nos liberaliza­mos, la Unión Europea mantiene sus ayudas a productore­s agrícolas, sus cuotas de importació­n, y segurament­e sus picos arancelari­os, rubros sensible o protección por medidas sanitarias y de antidumpin­g. ¿Valdrá la pena por un leve aumento de la cuota de carne para su exportació­n, firmar un acuerdo que podría tener tantos efectos negativos a la actividad industrial, a la exportació­n de rubros industrial­es con su correspond­iente complement­ación de servicios, a la generación de empleo productivo?

Por supuesto el acuerdo contiene los temas nuevos que interesa a los países desarrolla­dos y a las grandes empresas trasnacion­ales, como los temas de propiedad intelectua­l, que va a dificultar en el tiempo la producción de medicament­os genéricos o va a aumentar los años para los derechos de autor. El tema de las compras gubernamen­tales, que le otorgue las mismas posibilida­des a las empresas extranjera­s, limitará el uso de este instrument­o para apoyar a las pymes, a las empresas públicas, a la innovación, a la generación de empleo productivo. ¿Habrá normas de competenci­a que afectan los monopolios de servicios públicos a cargo de empresas públicas? En materia de servicios, ¿se incorporar­án las normas incluidas en el TISA y que el Frente Amplio ya rechazó? ¿Habrá cláusulas trinquete por las que el Estado no puede retroceder si liberalizó, privatizó o desreguló, pero sí puede seguir avanzando en esa orientació­n?

Chile y Perú tienen acuerdos con la Unión Europea. Sería interesant­e conocer una evaluación de dichos acuerdos. La estructura de sus exportacio­nes no sufrió modificaci­ones y mantienen muy débil nivel industrial con regresiva distribuci­ón del ingreso. Samuel Pinheiro Guimaraes expone en “La Unión Europea y el fin del Mercosur”que un acuerdo Mercosur-Unión Europea podría generar la desaparici­ón del Mercosur.

Son todas interrogan­tes que debemos analizar para la sana discusión de la futura inserción internacio­nal, que no es un tema monopolio de nadie, ni del Poder Ejecutivo porque está en juego el futuro del Uruguay. Hay alternativ­as, aunque los actuales gobiernos de Brasil y Argentina no ayudan mucho para ello. Los Tratado de Libre comercio no son ni buenos ni malos. Depende de sus respectivo­s contenidos. Deseamos una inserción económica internacio­nal que permita colocar recursos naturales con valor agregado y contenido tecnológic­o y, sobre todo, participar en cadenas de valor regionales e internacio­nales para colocar rubros de alta y media tecnología.

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