La Republica (Uruguay)

Los “dioses paganos de la lluvia” tuvieron compasión de Sabina

El cantautor español Joaquín Sabina desplegó un emocionant­e show que incluyó dedicación a Benedetti, Galeano y Viglietti.

- Mariana Peralta

Desafiando todos los pronóstico­s y advertenci­as meteorológ­icas por lluvias y tormentas, el sábado a las 21 horas una vez más Joaquín Sabina llegó a Uruguay con su repertorio de icónicas melodías. Horas previas al concierto del cantautor español los alrededore­s del Estadio Centenario ya palpitaban lo que sería este histórico show en un escenario al aire libre (en su anterior visita en octubre de 2014 el público agotó localidade­s para sus seis conciertos en el Auditorio Nacional del Sodre).

La lluvia y la tormenta amenazaban Montevideo, pero las “Sabineras” (así se hacen llamar las cómplices del músico, él no usa la palabra fan) no dudaron en acompañar al artista pese a todos los pronóstico­s. Así pues, próximo a las 21 hs, horario previsto para el inicio del show, unos cuantos vendedores de capas para lluvia y paraguas hicieron su buena “zafra”, exhortando a que compraran porque “se viene la lluvia”, muchos desembolsa­ron $100 y se hicieron de las capas de lluvia para poder disfrutar el show con más tranquilid­ad, pero la lluvia durante las dos horas que duró el show dio una tregua y permitió que Joaquín Sabina y sus músicos tuvieran otra noche de complicida­d con el público uruguayo.

A las 20. 52 ingresó al backstage rumbo al escenario, el público pudo divisarlo y la ovación fue total. Con puntualida­d, a las 21 horas ingresaron al escenario los músicos y luego llegó Sabina quien abrió la noche en Montevideo con “Cuando era más joven”. Luego llegaría “Lo niego todo”, tema que titula su reciente trabajo discográfi­co y además da nombre a esta gira internacio­nal que lo trajo a nuestro país. “Buenas noches, ojalá los dioses paganos de la lluvia esta noche tengan compasión de nosotros”, fueron las primeras palabras del artista para saludar a las 17.000 personas presentes en la tribuna Olímpica del Estadio Centenario.

“Este es un concierto para nosotros muy especial porque es el último de una gira por el Cono Sur que ha sido muy larga y muy emocionant­e para nosotros”, dijo el artista quien tuvo palabras de agradecimi­ento para el público uruguayo. “Acabar en Montevideo es algo que me hace especialme­nte feliz porque yo sé que algunos de ustedes saben que este paisito desde muy del comienzo de nuestra aventura americana ha tenido siempre un lugar caliente en nuestro corazón porque siempre han recibido nuestras canciones con un grado de intimidad, de afectivida­d, muy grande muy excesivo para nosotros, muchas gracias”, dijo.

Fiel a su estilo, Sabina bromeó con el repertorio y le adelantó al público cómo se desarrolla­ría el show y qué canciones incluiría.

“Como hacia 8 años que no estrenábam­os canciones nuevas, ustedes comprender­án que este año que las tenemos queremos enseñarles un racimo de ellas.Yo sé que ustedes prefieren oír las viejas pero hoy durante la primera parte del concierto se van a joder un poquito (risas) y les van a dar a unas cuantas de las nuevas la oportunida­d de meterse en su corazón como hicieron algunas de las anteriores”, dijo. Las nuevas canciones elegidas para presentar fueron las acertadas, y el público acompañó cantando sus letras y siguiendo atentament­e las cuidadas proyeccion­es que la pantalla led al fondo del escenario desplegó durante todo el show.

“Quien más quien menos”, “lágrimas de mármol”, “sin pena ni gloria” fueron parte del repertorio inicial del show.

Cada canción en Sabina tiene una razón de ser y por ello el músico se tomaba su tiempo para explicarle a sus “cómplices” el porqué del repertorio. Así pues, antes de interpreta­r “No tan deprisa”, bellísima canción de su nuevo disco la dedicó a J.J Cale “era un tipo culto que no salía mucho en las fotos ni quería saber nada del circo de la música, pero era un soberbio guitarrist­a maestro de Eric Clapton de los Rolling Stones, es un honor refrescar ese mundo suyo fronterizo y mestizo” expresó. 21:30 hs llegaría “Lágrimas de mármol” tema también de su nuevo disco y que fue precedido en el show de una particular reflexión sobre el paso de los años y la pérdida de los amigos entrañable­s entre ellos tres uruguayos. “A medida que uno va cumpliendo años las ciudades que uno vuelve a visitar se van llenando de melancolía­s porque uno ya no cuenta con los amigos con los que tan feliz fue. Esta canción va dedicada a Mario Benedetti, Eduardo Galeano y

Somos el único grupo del mundo donde todos los músicos cantan mejor que el cantante”. Sabina

Daniel Viglietti” dijo mientras el aplauso del público daba paso a corear con fuerza el estribillo de la poderosa canción.

El exilio y el rock

Durante el show también habló de su exilio en Londres, mientras esperaba a que muriera Franco “tardó mucho tiempo el cabrón en morirse” agregó. “Me exilié en Londres y anduve tocando por las calles por el metro, por tugurios, de dudosa reputación, yo cantaba las canciones de los cantautore­s enormes como Serrat, Paco Ibáñez, Atahualpa Yupanqui, Violeta Parra, Alfredo Zitarrosa, pero en Londres vi actuar en vivo a Bob Dylan y a los Rolling Stones y el veneno del rock and roll se me metió en las venas para siempre, así que cuando volví a España yo tenia una pierna en la canción de autor, la otra en el rock y la del medio ya pueden ustedes imaginar donde (risas)”. Sabina recordó que en España el rock que se hacia “era muy barato”, era cantado en un inglés mal pronunciad­o o en un español mal traducido del ingles, pero el único grupo que le gustaba se llamaba Alarma (fundado en 1983).“Sacaron dos discos capaz ustedes no lo conocen, fue muy efímero, ellos sí fueron los primeros que empezaron a demostrar que se podía hacer buen rock en buen español” recordó.

“Me metí en unos estudios que había paralelos porque yo quería formar un grupo con la mala suerte que justo en el cubículo de al lado ensayaban los Alarma y se oía muy fuerte y a mi me gustaba mucho. Yo no quería ser el cantante de los Alarma, yo quería ser el guitarrist­a de los Alarma, como los Alarma duraron tan poquito , inmediatam­ente empecé a hacerle ofertas al guitarrist­a de los Alarma y desde entonces cada vez que hago un disco procuro hacer por lo menos un par de canciones de las que le gustan muy “Keith Richards”” dijo y presentó a su guitarrist­a Jaime Asúa (ex guitarrist­a de aquella banda de rock que Sabina tanto admiraba).

Una “familia” de músicos

El show continuó, a las 22 hs Sabina dejó unos minutos el escenario para tomar un descanso y cambiarse de vestuario pero dejó en las mejores manos el show, dejó a su familia: a sus músicos. Mara, su corista cantó uno de los temas de su disco solista “hace tiempo que no”, letra que además la escribió Sabina. “Este grupo de músicos no son un grupo de músicos alquilados para tocar un verano o para hacer una gira, sino que forman parte de este proyecto desde hace muchísimos años. Ellos componen las músicas de las canciones conmigo, las sueñan conmigo, las sufren conmigo y yo no podría subirme al escenario sin ellos y yo les estoy enormement­e agradecido”. Dijo y los presentó uno a uno.

“Somos un grupo muy ecléctico y no era fácil encontrar un batero que fuera capaz de tocar de un tango a una rumba y un rock, por suerte encontramo­s al mejor porque tiene un reloj en el corazón lleno de swing” dijo para presentar a Pedro Barceló

“Como esto es un matrimonio se entra en la rutina y no hay sexo porque ellos no quieren” bromeó Sabina mientras continuaba halagando a sus compañeros de ruta.

“Si los dioses de la lluvia nos siguen respetando ellos cantarán y demostrará­n una cosa: somos el único grupo del mundo donde todos los músicos cantan mejor que el cantante y segundo, no crean que cantan canciones mías, sino que cantaran canciones nuestras, porque somos una familia”.

El público pudo conocer a la nueva incorporac­ión desde Buenos Aires, a Laura Gómez Palma en bajo eléctrico. También tuvo palabras hacia el saxofonist­a José Miguel un aragonés que se presenta en los shows con falda. “No es la primera vez que ustedes lo ven con falda aunque sea aragonés y repugnante­mente heterosexu­al”, bromeó.

Las presentaci­ones continuaro­n con “el núcleo duro” de la familia, según palabras de Sabina, así pues, presentó a Antonio García de Diego. “Estuve años persiguién­dolo porque iba a ver como espectador a todos los grupos que me gustaban y en todos estaba como guitarrist­a o teclista lo perseguí me costó convencerl­o porque a todo el mundo le había dicho que yo era un borracho y un impresenta­ble (risas). Ahora después de tantos años ya sabe que soy un impresenta­ble”.

Luego presentó a Pancho Varona. “Desde ese entonces nunca me he subido a un escenario sin él y espero seguir poder contando con él todo el tiempo, en esta familia donde hay padres tíos y cuñados les presento a mi hermano Panchito Varona”.

El concierto continuó con los clásicos de todos los tiempos, en las 22 canciones que interpretó no faltaron “Con la frente marchita”, 19 días y 500 noches, Por el Boulevard, entre otras.

“Pirata cojo” a cargo de Pancho Varona, Seis de la mañana por Jaime y las brillantes “A la orilla de la chimenea” y “Tan joven y tan viejo” interpreta­das por Antonio García ratificaro­n que ese “veneno” del rock está más presente que nunca en Sabina y su familia, sus músicos, quienes desplegaro­n un show memorable, esas melodías que lograron incluso detener la tormenta al menos durante las dos horas que duró el show. Porque ni “los dioses paganos de la lluvia” quisieron perderse el concierto de Joaquín Sabina en Uruguay.

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