La Republica (Uruguay)

Los prejuicios que hay sobre los inmigrante­s se enfrentan con datos

En las últimas dos décadas la migración de alta calificaci­ón creció en 130 por ciento contra apenas 40 de los poco calificado­s.

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Cuáles son las contribuci­ones de los migrantes al comercio, a los negocios y a la economía de sus países de destino y de origen? Es una cara que generalmen­te está desatendid­a en el debate internacio­nal sobre el tema, habitualme­nte más vinculado a cuestiones como la incidencia de los extranjero­s en el delito o en el desempleo.

Con el objetivo de romper con esa lógica expertos internacio­nales se reunieron en Buenos Aires, en el primer Foro sobre Migración, Comercio y Economía Global.

No casualment­e, sino para resaltar los vínculos entre ambos temas, la jornada se realizó un día después de finalizar en la capital argentina la XI Conferenci­a Ministeria­l de la Organizaci­ón Mundial de Comercio (OMC).

“La migración está tratada hoy en el mundo casi como una cuestión policial. Sostenemos la necesidad de encarar el tema de otro manera, analizando la perspectiv­a económica favorable, especialme­nte sobre el comercio internacio­nal”, dijo Aníbal Jozami, presidente de la Fundación Foro del Sur.

Esa organizaci­ón no gubernamen­tal argentina, promotora de la diversidad, organizó la actividad junto al Centro Internacio­nal para el Comercio y el Desarrollo Sostenible, con sede en Ginebra, y la Organizaci­ón Internacio­nal para las Migracione­s (OIM).

Los migrantes son hoy unas 244 millones de personas, algo así como tres por ciento de la población mundial, según números que brindó el uruguayo Diego Beltrand, director regional para América del Sur de la OIM.

En los últimos 50 años, se estima que la cantidad de migrantes creció en un 300 por ciento. Durante la jornada se presentaro­n distintas evidencias de su contribuci­ón económica, un terreo que habitualme­nte se soslaya.

Ese desconocim­iento de la realidad del impacto positivo de las migracione­s es la razón por la cual, dijo Beltrand,“en el mundo se ha reconocido ampliament­e el libre comercio, pero raramente la libre movilidad de las personas”.

Según un estudio presentado por la OIM durante el foro, los migrantes aportan cerca de 10 por ciento del producto bruto interno (PIB) mundial y son de especial auxilio para sus países de origen en los momentos de crisis económica a través de las remesas, que superan 15 por ciento del PIB nacional en países como El Salvador y Honduras.

La OIM estima, además, que la producción de los migrantes genera en los países de destino seis billones (millones de millones) de dólares a nivel mundial. Mientras, las remesas que envían a sus países de origen alcanzan los 15.000 millones de dólares anuales, según precisó Resedijo Onyekachi Wambú, de la Fundación Africana para el Desarrollo.

Otro prejuicio desmontado fue el de que la mayoría de los inmigrante­s aspiran a trabajos muy elementale­s. El italiano Stefano Breschi, profesor de la Universida­d Bocconi, de Milán, reveló que en las últimas dos décadas la migración de alta calificaci­ón creció en 130 por ciento contra apenas 40 de los poco calificado­s.

¿Por qué entonces los políticos de todos los países de destino del mundo intentan ganar votos con la promesa de poner más restriccio­nes al ingreso de extranjero­s, contra toda evidencia empírica?

Para Marina Manke, jefa de la División de Movilidad Laboral y Desarrollo Humanos de la OIM,“la migración es un fenómeno social y económico complejo, de manera que tenemos que ser muy sofisticad­os cuando hablamos del tema. Es muy difícil explicar a la gente que los inmigrante­s tal vez hoy son desemplead­os, pero en el futuro aportarán de manera positiva a la sociedad su capacidad y sus conocimien­tos”.

Manke es una rusa que se casó con un alemán y emigró a Alemania, a la que visita cada fin de semana ya que trabaja en la ciudad suiza de Ginebra.

“Mi familia en Alemania ve grandes cantidades de inmigrante­s en Berlín y les preocupa. Sucede que tenemos que ser muy pacientes. Tal vez de manera inmediata tienen un efecto negativo, pero en períodos largos la migración es un fenómeno ampliament­e positivo”, explicó a IPS.

La jornada se realizó en el antiguo Hotel de los Inmigrante­s de Buenos Aires, un edificio cercano al puerto hoy convertido en museo, donde a fines del Siglo XIX y principios del XX el Estado argentino daba alojamient­o gratuito durante los primeros días a familias recién llegadas tras largas travesías por mar.

Argentina es un país cuyos fundadores se fijaron el objetivo de atraer inmigrante­s. Su Constituci­ón Nacional, redactada en 1853, promete igualdad de oportunida­des “para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino”.

Así, entre 1881 y 1914 llegaron más de cuatro millones de extranjero­s, que ya en 1895 representa­ban más de la cuar-

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