A 50 años de la Ley de Vivienda
En diciembre de 2018 se cumplirán cincuenta años de aprobada la Ley Nacional de Vivienda 13.728. Es de desear que los distintos actores de la vivienda en nuestro país hicieran un balance de lo sucedido a lo largo de estos años a partir de aprobada la ley.
Deseo colocar algunos elementos que hacen a que dicha ley efectivamente logró darle al país una verdadera política de Estado, tema clave ya que es la única forma efectiva de atacar el problema de la vivienda. Para la creación de dicha ley, el país contaba por aquellos tiempos con quien a mi juicio fue el gran artífice de la misma, me refiero al arquitecto Juan Pablo Terra. Además de legislador, un estudioso del tema que logró conjuntar voluntades para que la misma fuera aprobada. Ley que hasta estos momentos es reconocida a nivel internacional, como una de las leyes más completas en la materia. Ella permitió orientar un Plan nacional de vivienda contemplando las aristas claves del problema. La forma de financiamiento, el problema del suelo, el repago de los créditos, definición de objetivos a corto, mediano y largo plazo. Incluyó a los trabajadores contemplando en la misma un capítulo íntegro al desarrollo del Cooperativismo de Vivienda. Por sobre todas las cosas no dejó fuera de la misma a los distintos programas que el país se planteaba desarrollar. Definiendo hasta el tipo de vivienda que se debía impulsar para los sectores populares, con un claro contenido social.
Sin dudas muchos fueron los que intentaron a lo largo de los años recortar o modificar los alcances de la ley, como claro ejemplo en el gobierno de Lacalle por citar algún caso se modificó mucho de lo bueno que la ley tenía. Pero en general, dichas modificaciones en todos los casos y -lo más grave es que cada gobierno intenta ponerle su impronta al tema vivienda-, dejando de lado un programa de desarrollo de política de Estado, pasando a ser del partido que gobierne. La vivienda es un preciado botín para los “juntavotos” inescrupulosos que prometen en toda campaña electoral y luego no cumplen. El gobierno actual no estuvo exento de este problema, aunque aún está a tiempo de poder hacer un buen balance y corregir errores.
Por ejemplo comenzar por derogar la mal llamada ley de Vivienda de interés social que entregó todo tipo de prebendas a los empresarios de la construcción y sus resultados siguen siendo nefastos. O hacer un balance objetivo del ilusorio Plan Juntos, aquel que comenzó sobre la idea de que los capitalistas iban a colaborar para resolver el problema de los más desposeídos y hoy tuvo que terminar engrosando el presupuesto nacional, de los contrario no tenía ninguna perspectiva.
Pero para hacer un balance a fondo, hay que lograr la mayor objetividad, llamar a los actores fundamentales en el tema, es decir a las organizaciones con idoneidad en la materia y que han demostrado no perseguir el lucro en un tema como lo es el de la vivienda. Para poder satisfacer un derecho humano hay que verlo como tal, asumiendo el Estado dicha responsabilidad.