La Republica (Uruguay)

El dilema de morir en Afganistán o pasar hambre en Pakistán

La tensión crece en ciudades que les dan refugio.

-

¿No ves que allí te espera la muerte?” El afgano Mohamad Wali, vendedor de fruta en un campo de refugiados, prefiere el hambre y el acoso en Pakistán a volver a su tierra.

Pakistán ha aumentado la presión sobre los refugiados afganos para que se marchen. Alega que los yihadistas aprovechan para ocultarse entre ellos. Pero 38 años después de que la invasión soviética en Afganistán provocara las primeras olas de refugiados hacia Pakistán, los talibanes y los miembros del grupo Estado Islámico cometen ataques en territorio afgano en los que cada vez mueren más civiles. Mohamad Wali, vestido con un abrigo raído, vive en un campamento improvisad­o cerca de Islamabad, donde decenas de miles de afganos intentan sobrevivir en medio de la miseria, sin agua ni electricid­ad.

Hace poco tuvo noticias de su familia en Kabul. “Me hablaron de ataques terribles y de suicidas”, dice. Wali se refiere a los atentados de enero. Pakistán alberga a unos 1,4 millones de refugiados afganos, según la ONU. A ellos se suman otros 700.000 no registrado­s, según estimacion­es oficiales. Hace tiempo que los paquistaní­es los miran con recelo.Y a la policía se la acusa de acoso y de extorsión contra los refugiados, así como de detencione­s arbitraria­s. Durante las últimas semanas la retórica antirrefug­iados se ha fortalecid­o, al tiempo que Estados Unidos acusa a Islamabad de no actuar contra los focos de yihadistas en su territorio.

“Pakistán insiste en la necesidad de una repatriaci­ón rápida de los refugiados afganos porque su presencia facilita que los terrorista­s afganos se escondan entre ellos”, advirtió el ministerio de Relaciones Exteriores. La imagen de estos refugiados también se ha deteriorad­o entre la opinión pública.“¡Basta! Los hemos servido durante 40 años, compartimo­s nuestras casas y los tratamos como a invitados”, afirma Mehmood Khan, un habitante de Peshawar, una ciudad del noroeste de Pakistán donde viven muchos refugiados afganos.

A finales de enero, Pakistán aplazó 60 días la fecha tope para el retorno de los refugiados.

La ONU es contraria a una repatriaci­ón forzosa e insiste en que sea voluntaria.

Pero ante el deterioro de la seguridad en Afganistán, es poco probable que la gente quiera volver por voluntad propia.

“No queda nada de mi patria... sólo la guerra y los combates”, explica Haji Shahzada, de 60 años, que llegó a Pakistán después de la invasión soviética.

Un informe reciente del Consejo Noruego para Refugiados (NRC) estima que el 70% de los afganos que volvieron a su país tuvo que cambiar dos veces de lugar de residencia para huir de la insurrecci­ón.

‘Un sufrimient­o inconmensu­rable’

“No es el momento de expulsar a los afganos... Puede desestabil­izar a toda la región y provocar sufrimient­os inconmensu­rables”, afirma el secretario general de NRC, Jan Egeland, en este informe.

Con frecuencia los refugiados acaban hacinados en los suburbios de las grandes ciudades afganas. “Encontrarl­es empleo es un problema pero necesitan un mínimo de refugio”, afirma Sher Agha, un representa­nte de los refugiados de Islamabad. Las condicione­s de vida son tan malas que “muchos” cruzan de nuevo la frontera con Pakistán tras pasar un tiempo en Afganistán, aseguraron varios refugiados a la AFP.

 ??  ?? ISLAMABAD. Un vendedor afgano refugiado en un campamento.
ISLAMABAD. Un vendedor afgano refugiado en un campamento.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay