Sugerencias de ONU sobre salud reproductiva generan debate
Criterios encontrados generaron en la sociedad panameña las recomendaciones realizadas por el Comité de Naciones Unidas para los Derechos de los Niños sobre algunos aspectos relacionados con la salud reproductiva.
Entre las principales sugerencias sobresale el de retomar el debate en el Parlamento de la ley 61, en torno a la enseñanza obligatoria de la educación sexual y reproductiva como parte del currículum escolar. Cabe recordar, que desde hace más de dos años esta normativa se encuentra varada en la Asamblea Nacional para su aprobación, ante el rechazo de algunos sectores, en particular religiosos, que el pasado año generaron más de una marcha de protesta y hasta fuertes cuestionamientos. El pasado 2 de febrero, Panamá se sometió al escrutinio de este Comité de expertos de la ONU, en cuyo informe manifestaron su preocupación porque las chicas menores de 19 años representaron el 18,7 por ciento de los embarazos registrados en 2016. También expresaron su inquietud por el alto índice de abandono escolar entre las adolescentes embarazadas, el limitado acceso a servicios de salud adecuados para adolescentes y los altos índices de enfermedades de transmisión sexual. Ante este contexto, recomendaron a las autoridades que ‘despenalicen el aborto en todos los casos, las chicas tengan acceso a un aborto seguro y a servicios posaborto, revise su legislación para salvaguardar el interés de las embarazadas y asegure que sus opiniones sean tenidas en cuenta en relación a la interrupción voluntaria del embarazo’. Criterio este que generó rechazo y controversia, pues algunos ciudadanos consideran que es una intromisión. Recomendaron, además, ‘garantizar el acceso fácil a anticonceptivos baratos’ y la adopción de una estrategia comunicacional sobre salud sexual y reproductiva para evitar embarazos tempranos no deseados y reducir las tasas de enfermedades de transmisión sexual. En declaraciones a la prensa, Luis Pedernera, uno de los miembros de este grupo dijo: ‘El Comité es claro, en que los procesos de generación de políticas y la participación de los niños deben estar desde el comienzo, tanto en la generación del currículum como en la participación del proceso educativo’.