GAVIN, el hombre que combinó la política internacional con Hollywood
Trabajó con Hitchcock y Kubrick y fue embajador de Regan en México.
El estadounidense John Gavin fue en vida Pedro Páramo, uno de los personajes de ficción más populares de México. A lo largo de su carrera en Hollywood, Gavin desfiló ante el lente de directores como Alfred Hitchcock, Stanley Kubrick y Douglas Sirk.Todo antes de saltar a la política y convertirse en un polémico embajador estadounidense en México. John Gavin falleció en Beverly Hills. Tenía 86 años.
Gavin, nacido con el nombre de John Anthony Golenor en 1931. Su padre tenía sangre chilena y su madre había nacido originalmente en México en una familia de clase media alta. Los asuntos latinoamericanos siempre le interesaron. En 1956 hizo su debut en Raw Edge, una cinta sobre un forajido en el salvaje Oeste.
Tres años después, su carrera en el cine comenzaba a despuntar. Ganó el Globo de oro a la mejor revelación masculina por A Time to Love and a Time to Die (1958), de Douglas Sirk. Era la primera cinta que protagonizaba. La buena prensa hizo que Sirk lo incluyera con un rol secundario en su siguiente proyecto, Imitation of life (1959), un intenso drama junto a Lana Turner. Las películas dirigidas por Sirk le dieron mucha notoriedad a Gavin. En 1960, aterrizó en un plató que daría al mundo uno de sus mayores clásicos de suspenso. Alfred Hitchcock lo dirigió en un pequeño papel en Psycho. Gavin interpretó a Sam Loomis, el amante de Marion Crane (Janet Leigh). Ese mismo año, filmó con otro problemático genio británico: Stanley Kubrick. Encarnó a Julio César en la épica adaptación de Espartaco, ganadora de cuatro premios de la Academia estadounidense.
Esos fueron los papeles más conocidos de la carrera de Gavin. A inicios de la década de los 70, una intensa negociación de United Artists evitó que su rostro se hiciera popular en todo el planeta. El estudio lo contrató para ser James Bond, el famoso agente 007 en tres películas –iniciando en Diamantes para la eternidad-- después de que el escocés Sean Connery rechazara volver a interpretar al espía después de cinco cintas.
Otro actor ayudó a lanzar la carrera diplomática de Gavin. Ronald Reagan, el presidente 40 de Estados Unidos, lo nombró embajador en México en 1981. Ambos se conocían de décadas antes, cuando eran actores empleados por Universal. Su encargo en la embajada, una obligación que tuvo hasta 1986, causó molestias en los círculos de la alta política mexicana. Muchos sectores locales lo consideraban un diplomático imprudente con poco tacto en un momento en el que los mexicanos comenzaban a fisurar el sistema monolítico del PRI.
“Se ganó la hostilidad del Gobierno de Miguel de la Madrid y de amplios sectores de opinión que le reprocharon las críticas que hacía repetidamente al sistema político… No faltó quien pidera su expulsión por injerencista y grosero”, escribió la internacionalista Soledad Loaeza.