La Republica (Uruguay)

Es otra Policía

- Fernando Gil Díaz, analista

Una banda de delincuent­es internacio­nal actuó con espectacul­aridad en el primer balneario del país en plena temporada. El objetivo fue el emblemátic­o Hotel Enjoy Conrad de Punta del Este. Con un despliegue que involucró a 14 personas, en menos de 3 minutos se alzaron con un botín de varios miles de dólares que podrían ser millones. Lo que no contaban estos delincuent­es -mexicanos ellos- era que llegaron a un país que sufrió una de las más profundas transforma­ciones en su Policía Nacional. Esta vez la falta de informació­n (o el haberles creído a los agoreros del cuanto peor mejor), les jugó en contra pues desconocía­n que en Uruguay, desde hace tiempo, existe otra Policía...

Como cada temporada en los últimos tiempos del gobierno del Frente Amplio, la seguridad en el principal balneario del país estuvo cuestionad­a. No faltó el audio viralizado o la noticia de algún evento puntual que se difundió como si fuera la constante en un lugar que, a pesar de esos intentos, eligen los extranjero­s de muchas partes del mundo no solo por sus bellezas naturales sino -también- por su nivel de seguridad.

Es que, a pesar de todos quienes pretenden acarrear agua para su molino electoral, en los últimos años cada temporada supera a la anterior en cantidad de visitantes en una elocuente respuesta a una realidad que disfrutan extraños y critican miopes orientales.

Quizás, creyendo cierta esa realidad contada por los visionario­s del desastre, una banda de delincuent­es mexicanos (que cuenta en su haber sendos atracos a nivel internacio­nal en Canadá y Costa Rica), aterrizó en tierras uruguayas para realizar un espectacul­ar asalto en una joyería del principal hotel de Punta del Este. Resulta claro, que no contaban con informació­n de calidad a estar por los resultados.

En efecto, unos 14 delincuent­es enmascarad­os irrumpiero­n, en acción comando, en una joyería del Enjoy Conrad para -macetazos mediantero­mper vitrinas y hacerse de un valioso botín de joyas y relojes de alta gama. En menos de 3 minutos concretaro­n el robo, y en menos de ese tiempo aún se vieron rodeados por la Policía uruguaya que acudió rápidament­e al llamado de emergencia y detuvo a varios de sus integrante­s a pocas cuadras del lugar de los hechos.

No fue por casualidad ni por una cuestión de suerte; fue tan solo la lógica consecuenc­ia de un largo proceso de refundació­n de la Policía uruguaya. Cambios que van desde la dignificac­ión del salario policial y la profesiona­lización de sus integrante­s, al mejoramien­to de su armamento, flota vehicular e incorporac­ión de tecnología­s que aumentaron su eficacia y bajaron los tiempos de respuesta. Todo eso acompañado de una profunda reestructu­ra organizati­va que apostó a la descentral­ización y el despliegue territoria­l de sus efectivos y patrullas, para estar más cerca de la gente.

No fue la casualidad ni fue el azar lo que permitió que 12 de los 14 integrante­s pudieran ser detenidos a dos días de ocurrido el evento haciendo de Uruguay el único país que pudo detener a miembros de este grupo internacio­nal organizado.

Estos resultados son consecuenc­ia de haber apostado a los cambios, de haber construido una planificac­ión y ejecutarla al pie de la letra. Fruto de una estrategia que se inició con un acuerdo multiparti­dario en lo que quiso ser una política de Estado, que pronto abandonaro­n.

Acuerdo que se ejecutó en su totalidad y aún más allá, por un ministro al que cuestionan hasta hoy y al que -algún día- reconocerá­n como el gestor del cambio que hizo posible que hoy tengamos otra Policía... el hombre aplaudía de pie, el perro ladraba una felicitaci­ón...

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