Transición tecnológica: el futuro
Insistimos con la Seguridad Social y sus desafíos. En notas pasadas escribimos sobre el envejecimiento demográfico. Hoy lo haremos sobre los retos tecnológicos, considerando por un lado, las enormes consecuencias que tendrán en nuestras vidas, y por otro, es un tema mundial de profundo contenido ideológico-político.
Mucho se habla de la transición tecnológica, a la que concebimos como un proceso, un cambio de época, en la que constantemente se producen modificaciones de un conjunto avanzado de técnicas y equipos informáticos, T.I.C (1). Además vivimos en un continente que tiene una alta inclusión digital, permitiendo comunicarse mediante la vía electrónica a distancias impensadas en el pasado.
Así como no podemos ignorar los tremendos avances que ha originado la tecnología, no deben desconocerse muchos y grandes retrocesos causados. Lo observamos, por ejemplo, en la profundización de las múltiples y variadas desigualdades existentes, en el crecimiento y concentración monopólica de las tecnologías, lo cual constituye un riesgo para la libertad de expresión.
¿Quiénes son los dueños de los datos y quiénes los manejan? Consideremos lo que significa la piratería informática, el uso para fraudes evasivos en las cotizaciones, lavado de capitales, etc., de lo que día a día se conocen ejemplos cada vez más rechazables. Existen aspectos ideológico-políticos que respaldan esos avances, retrocesos, usos inadecuados, concentración monopólica, etc. Los dueños de los datos en definitiva terminan dominando el mundo. No olvidemos el caso Trump y la notoria investigación sobre la dudosa injerencia de Rusia en las últimas elecciones en EEUU, junto al caso de Hilary Clinton en el mismo fenómeno. No es disparatado hablar de guerra cibernética internacional en esta época de reproches, acusaciones, ataques cibernéticos, etc. Recordemos el caso Assange, hoy asilado en la embajada de Ecuador en Londres, y que vuelve a hablarse del mismo y de su posible nueva ciudadanía ecuatoriana.
Insistiendo con avances, no ignoremos lo que significan las nuevas herramientas para el combate a los fraudes (muchas veces originados por ellos mismos), la oportunidad de creación de nuevos puestos de trabajo mediante las nuevas tecnologías, etc. Agregamos ciertas facilidades para la mejora del medio ambiente, la movilización de servicios y la coordinación estratégica a nivel nacional e internacional, mejorando políticas sociales de avanzada sobre el Trabajo y la Seguridad Social.
Es indudable que hay dos elementos fundamentales a considerar. Por una parte, la robotización del trabajo y sus consecuencias para el empleo. Se agrega a la intensa informalidad existente en el mundo. Efectos negativos de la fragmentación de los mercados laborales que se están haciendo sentir muy intensamente.
Indudablemente que hay que buscar respuestas para la situación. Por ejemplo, el trabajo independiente puede ser una forma positiva de creación de empleo ante la mencionada fragmentación de los mercados laborales. Habrá que promover y profundizar políticas para el desempleo. (Seguro de desempleo esencialmente). Y fundamentalmente políticas de formación a efectos de fomentar el trabajo calificado. Se debe seguir promoviendo el trabajo femenino, más allá de que existen progresos en tal sentido. El Sistema Nacional de Cuidados (SNC) resulta una ayuda inestimable para atender las necesidades de personas mayores de 65 años en situación de dependencia, niños de 0 a 3 años, y personas con discapacidad severa, etc. En definitiva el apoyo a la familia mitiga efectos negativos del desempleo.
En suma, en cuanto a la economía digital transcribimos lo que al respecto ha surgido de los países que forman parte de la AISS-Asociación Internacional de la Seguridad Social. Han expresado: “Muchas economías están asistiendo a una creciente desregulación de los patrones de empleo que implica una mayor flexibilidad en el tiempo de trabajo, cambios en los arreglos de trabajo y una ruptura con la trayectoria profesional tradicional. Se estima que el paso hacia la economía digital acelerará estas tendencias y que muchas categorías de puestos de trabajo correrán el riesgo de ser reemplazadas por la tecnología. Frente a esta perspectiva, la financiación, el suministro y los marcos legales para el otorgamiento de prestaciones deben ser apropiados y sostenibles”.
Todo ello significa tener diseños, estrategias con sus objetivos, herramientas, evaluaciones, etc. Habrá que adecuar las prestaciones aplicando el sustancial principio de la solidaridad, buscando la reducción profunda de las brechas de desigualdad existentes, que si bien han mejorado, persisten firmemente. Y hablando de formas sostenibles de financiación, deberán adaptarse a la recaudación las nuevas formas laborales existentes, que se profundizarán en el futuro. Es absolutamente imprescindible la sostenibilidad financiera de los programas sociales. Se trata de sostener derechos humanos fundamentales como el trabajo y la seguridad social.
(1) Tecnologías de la Información y Comunicación.