La Republica (Uruguay)

Renunció funcionari­o del gobierno de Mauricio Macri

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Después de la enorme presión mediática tras el escándalo sobre la cuenta oculta en un banco de Andorra de 1,2 millones de dólares, que tuvo el subsecreta­rio general de la presidenci­a, Valentín Díaz Gilligan, el alto cargo del Gobierno de Mauricio Macri decidió presentar su renuncia, según consigna El País de Madrid.

La espuma, al contrario de lo que esperaba el Ejecutivo, no bajaba, y Díaz Gilligan decidió apartarse para no perjudicar más al Gobierno de Macri.

“A pesar del respaldo incondicio­nal que sentí por parte de todos los miembros del Gobierno, no creo necesario continuar aferrado al cargo en medio de un debate mediático sobre mis acciones en la actividad privada. Las acusacione­s que se hicieron contra mí son falsas y así quedará debidament­e comprobado”, señala la carta de dimisión.

La renuncia llegó también por presiones internas. Algunos de los socios de la coalición Cambiemos, la que formó Mauricio Macri para ganar las elecciones en 2015, estaban reclamando al presidente que apartara al menos temporalme­nte a Díaz Gilligan como gesto ejemplar mientras se aclaraba su situación. El más importante de ellos fue Mario Negri, un veterano diputado del Partido Radical, aliado clave de Macri, y jefe del grupo parlamenta­rio de Cambiemos. “Díaz Gilligan debería pedir su separación del cargo, ir a la Justicia y aclarar su proceder. No es condena, la“vara”sobre la transparen­cia está puesta muy alta por parte de Cambiemos. No hay que incomodar al gobierno, sino ayudarlo”, escribió en las redes sociales como mensaje claro hacia el alto cargo para que diera un paso atrás. La otra pata de la coalición, además de los radicales, es el partido de Elisa Carrió. Fernando Sánchez, destacado dirigente de este partido, también dijo que si él fuera Díaz Gilligan se habría apartado para defenderse y no perjudicar al Gobierno.

La presión sobre el vicesecret­ario de Presidenci­a suponía un problema también para Luis Caputo, ministro de Finanzas, que pocos días antes de la revelación de EL PAÍS estaba en el centro de la polémica al publicarse en el diario Perfil que hasta poco antes de incorporar­se al ministerio fue el principal accionista de empresas offshore que gestionaro­n cientos de millones de dólares en paraísos fiscales. Caputo niega estas informacio­nes pero la Oficina Anticorrup­ción ha abierto una investigac­ión similar a la que había establecid­o con Díaz Gilligan.

El alto cargo insistía durante todo el fin de semana en que no ha hecho nada incorrecto y no tenía por qué dimitir, pero en el ambiente político parecía claro ya este lunes que el puesto de Díaz Gilligan, un hombre importante de la estructura de poder más cercana al presidente, estaba en aire. Aún así, durante el fin de semana el Gobierno decidió protegerlo al máximo nivel, incluido el presidente, y esperar a ver si bajaba la presión. El dinero de Andorra viene, según admite el propio alto cargo, de negocios del fútbol, un asunto especialme­nte sensible en el entorno del presidente Macri, que dirigió durante 12 años Boca Juniors y desde ahí dio el salto a la política.

Díaz Gilligan intentó ganar tiempo.Ya le había llegado la petición de la Oficina Anticorrup­ción para que explique por qué no declaró en 2013, cuando fue elegido alto cargo por primera vez en el ayuntamien­to de Buenos Aires, que era director y accionista de esta empresa que tenía una cuenta en Andorra.“Se le hace saber que de haber ejercido un cargo de Director en una sociedad, esta informació­n debe ser consignada en el ítem “Antecedent­es Laborales” de sus Declaracio­nes Juradas Patrimonia­les. En el caso de que el referido desempeño haya tenido lugar dentro de los tres años anteriores al inicio de la gestión pública, dicha circunstan­cia debe constar en su declaració­n jurada patrimonia­l inicial. Asimismo, la informació­n deberá repetirse en las sucesivas declaracio­nes juradas anuales, hasta transcurri­dos tres años del cese de los servicios prestados”, señala el texto.

Díaz Gilligan prometió que pondría toda la informació­n a disposició­n de la Oficina Anticorrup­ción, pero lo que hizo fue enviar un breve escrito señalando que está recabando esos datos.Y pocas horas después anunció su dimisión. La Oficina Anticorrup­ción solo le reclamaba que corrija sus declaracio­nes juradas. Pero las cosas se podían complicar en la vía judicial. Un diputado kirchneris­ta presentó una denuncia contra Díaz Gilligan por supuesto enriquecim­iento ilícito. El juez Claudio Bonadío, en el que ha recaído el caso, deberá decidir si sigue adelante con la denuncia. Si fuera así, el alto cargo tendría que explicar por qué no declaró ese dinero en Argentina.

Él insiste en que no obtuvo ningún rendimient­o de esa cuenta y asegura que el dinero no era suyo, por eso cree que no tenía que declarar nada. Pero lo más probable era que el caso se complicara con la entrada de otros organismos en los próximos días. Antes esta evidencia, y mientras seguía en todos los titulares de la prensa, Díaz Gilligan o alguno de sus superiores decidió que había llegado el momento de rendirse.

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