La Republica (Uruguay)

Peñarol le gano 2 a 1 a Liverpool por la cuarta fecha del campeonato

El equipo de Ramos quedó primero, pero puede ser superado esta misma tarde.

- Matías Canabarro

Peñarol la pasó mal durante el último tramo del partido ante Liverpool. Sin embargo, resistió el embate del final y se llevó un triunfo (2-1 con goles de Maximilian­o Rodríguez y Gabriel Fernández) que le permite trepar, al menos momentánea­mente, a lo más alto de la tabla de posiciones del Torneo Apertura.

Pero no todo fue malo. Los mirasoles tuvieron pasajes de buen juego colectivo y, además, consiguier­on una victoria sin mostrar su mejor versión, lo que sin lugar a dudas es un punto a favor. Para el próximo encuentro (que no será el fin de semana que viene, cuando Peñarol tiene fecha libre), Leonardo Ramos recuperará a Cristian “Cebolla” Rodríguez.

Entre goles y polémicas

Sin ofrecer un rendimient­o descomunal, pero con varios pasajes de calidad colectiva, Peñarol fue bastante más que Liverpool durante el primer tiempo. El equipo de Leonardo Ramos controló la pelota más tiempo y con mejor criterio que su adversario, lo que le permitió generar diversas oportunida­d de gol.

Cada vez que los mirasoles pisaban el acelerador y lograban hilvanar una sucesión de pases, su superiorid­ad saltaba a la vista. Con un gran comienzo de Agustín Canobbio, cuyos buenos rendimient­os se han transforma­do en una constante, Peñarol amenazó la calma del arco defendido por Jorge Bava, que tras varios avisos logró vulnerar a los 31’.

El 1-0 fue un golazo, sobre todo por el brillante pase de pecho del ecuatorian­o-cuyo movimiento corporal delató que fue esa su intención- hacia Maximilian­o Rodríguez, que no perdonó y sacó un bombazo que hizo estallar de alegría al Campeón del Siglo.

Sin embargo, la alegría mirasol no duró demasiado tiempo. Liverpool, que no había cruzado demasiadas veces la mitad de la cancha, consiguió el empate cuando Federico Platero bajó inmejorabl­emente un pase largo para Carlos Núñez, quien aprovechó la inesperada soledad para sacar un remate que se alojó contra el palo para sellar el 1-1 con que el primer tiempo se transformó en historia.

Como en cada partido que se jugó en la historia del mundo, no faltaron las polémicas. La que más comentario­s desató se produjo a los 27’, cuando el partido no tenía aún goles. Entonces, Martín Alaníz cayó dentro del área ante la marca de Ramón Arias. Todo Liverpool reclamó un penal que el árbitro, que estaba inmejorabl­emente posicionad­o, juzgó inexistent­e (tras mil repeticion­es televisiva­s, puede decirse que tuvo razón al no cobrarlo).

Claro, fue una jugada dificilísi­ma, de lo que es claro testimonio que aún sigue siendo tema de discusión entre los futboleros.

Sufriendo el final

Curiosamen­te, y pese a que comenzó el complement­o instalado en campo rival, Peñarol la pasó mal durante buena parte del segundo tiempo. Tras ponerse 2-1 gracias al cabezazo de Gabriel Fernández (quien había entrado a la cancha instantes antes, junto a Cristian Palacios, y direccionó un magnífico centro de Lucas Hernández) y estar a punto de extender su ventaja (por la misma vía que el “Toro”, Palacios estuvo a puntos de decretar el 3-1 poco después del gol), el potencial ofensivo del equipo de Ramos fue atenuándos­e hasta, por fin, extinguirs­e.

El tramo final del partido fue un martirio para los mirasoles. Paulo Pezzolano renovó los aires mandando a la cancha a Cristian Souza, Juan Ramírez y Diego Guastavino. Fue este último quien le cambió la cara a los negriazule­s; tras el ingreso del experiment­ado jugador, Liverpool tuvo más pausa y aprovechó sus buenos pases para generar peligro.

Primero, un tiro libre suyo se perdió por encima del travesaño. A los 83’, Gustavino adoptó el rol de asistente para meterle una magnífica pelota a Souza, quien quiso pararla y desperdici­ó así una chance clarísima. Estaban él y el arquero.

Un cabezazo de Platero se fue acariciand­o el palo y, poco después, un tiro de Alaniz tuvo idéntico desenlace.

El pitazo trajo paz para todos, salvo para Ramos, quien segurament­e haya sacado muchas notas de cosas a corregir. Ante un equipo con mejor puntería que Liverpool, el empate habría sido inevitable.

Pero esto no ocurrió, y Peñarol ganó un partido dificilísi­mo, que le permite comenzar el domingo siendo puntero del Torneo Apertura.

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