La Republica (Uruguay)

Muere Menéndez, el más feroz de los exjerarcas de la dictadura argentina

“Fue amo de la vida y de la muerte en Córdoba”.

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El represor varias veces condenado Luciano Benjamín Menéndez, excomandan­te del Tercer Cuerpo de Ejército, murió a los 90 años. Menéndez ha recibido un total de 13 condenas a prisión perpetua por sus numerosos crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura. Alias ‘la Hiena’, ‘Chacal’ o ‘Cachorro’, estuvo entre 1975 y 1979 al frente del III Cuerpo del Ejército, una estratégic­a unidad militar con sede en Córdoba, zona de fuerte desarrollo industrial y que fuera cuna de históricas luchas sindicales en las décadas de 1960 y 1970.

El exjefe del Tercer Cuerpo estaba internado desde el 7 de febrero en el hospital Militar de Córdoba, en estado delicado debido a una complicada afección hepática.

“Menéndez fue amo de la vida y de la muerte en Córdoba”, lo catalogó el diario La Voz del Interior. El 19 de junio iba a cumplir 91 años. Mientras estaba detenido por varias causas de represión, fue indultado por el presidente Carlos Menem en 1990, días antes de que se iniciara el juicio en su contra. En 2005 la Justicia declaró inconstitu­cionales los indultos al general y fue procesado por delitos de lesa humanidad.

Es el militar argentino con más condenas a prisión perpetua en la historia argentina. Fue hallado culpable por 282 desaparici­ones de personas perpetrada­s en el campo de concentrac­ión La Perla-La Ribera en Córdoba, además de 52 homicidios, 260 secuestros y 656 casos de torturas. Durante su defensa antes de la lectura de la sentencia por ese caso, el ex general expresó: “Ostentamos el dudoso mérito de ser el primer país en la historia del mundo que juzga a sus soldados victorioso­s que lucharon contra la guerrilla marxista y vencieron por orden de y para sus compatriot­as”. En una foto emblemátic­a, Menéndez fue retratado con un cuchillo en la mano mientras se abalanzaba contra un grupo de manifestan­tes en 1984.

Entre los militares integró el grupo de “Los Duros”, principalm­ente junto al ex líder de la Armada, Emilio Eduardo Massera. Incluso, el represor impulsó un golpe dentro del propio golpe. Menéndez se sublevó el 28 de septiembre de 1979 en el norte cordobés pero, ante la superiorid­ad de fuerzas de Jorge RafaelVide­la, acabó rindiéndos­e y terminó preso por noventa días en la celda de un cuartel en Curuzú Cuatiá, Corrientes, consignó Página/12.

Partidario acérrimo de que la Argentina entrara en guerra contra Chile en el Conflicto del Canal de Beagle, el jefe del III Cuerpo del Ejército, se hizo famoso por una frase: “Si nos dejan atacar a los “chilotes”, los corremos hasta la Isla de Pascua, el brindis de fin de año lo haremos en el Palacio de la Moneda y después iremos a mear el champagne en el Pacífico”.

Menéndez también hizo desaparece­r libros en 1976 cuando encabezó una quema de libros tan cuantiosa como estricta.

El propósito, según lo expresó el propio represor en su oportunida­d, era impedir “que se siga engañando a nuestros hijos” y “destruir por el fuego” una “documentac­ión perniciosa que afecta al intelecto y nuestra manera de ser cristiana”.

Entre los muchos libros reducidos a cenizas, los había de Julio Cortázar, de Pablo Neruda, de Gabriel García Márquez.

Se murió la muerte: a las 11:20 murió el genocida Luciano Benjamín Menéndez. A diferencia de sus víctimas, se sabe la hora, el lugar y su familia puede despedirlo. Llegó a ser condenado en cárcel común, perpetua y efectiva, el úrico lugar para un genocida. ¡30.000 presentes!”.

Organizaci­ón HIJOS.

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