La Republica (Uruguay)

¿Por qué está preso en Andorra Andrés “Betingo” Sanguinett­i?

Fue procesado por lavado de activos en el caso Odebrecht. La maniobra consistía en hacer crear sociedades a los implicados para que se hicieran pagos a través de testaferro­s.

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A n d r é s “Betingo” Sanguinett­i fue acusado de integrar un sistema de sobornos de la constructo­ra brasileña Odebrecht. La mecánica era entregar sobornos para obtener la concesión de obras públicas en varios países.

Un ex abogado de la empresa, Rodrigo Durán, ahora colaborado­r de la Justicia, mencionó a Sanguinett­i como uno de los partícipes de la maniobra, entre otros empleados de Banca Privada de Andorra (BPA). Allí se abrían cuentas a nombre de testaferro­s y el dinero se traspasaba mediante movimiento­s internos, sin dejar registro, hasta llegar a los implicados.

Andrés “Betingo” Sanguinett­i es medio hermano del ex presidente Julio María Sanguinett­i, y en los últimos años ganó popularida­d por ser dirigente de Peñarol y aparecer asiduament­e en la prensa.

Está preso en Andorra. Fue procesado por lavado de activos en el caso Odebrecht.

La maniobra consistía en hacer crear sociedades a los implicados para que se hicieran pagos a través de testaferro­s, según informó el sitio Catalunya Press.

Entre 2006 y 2015, Betingo trabajó en la firma Banca Privada de Andorra (BPA), que según la denuncia del exabogado de Odebrecht, Rodrigo Tacla Durán, participó del sistema de sobornos ideado por la compañía para conseguir obras públicas en buena parte de América Latina.

Tacla Durán es considerad­o el ideólogo del esquema de sobornos de esta empresa, que sacudió a Latinoamér­ica. De acuerdo a las acusacione­s, la compañía habría realizado sobornos a funcionari­os públicos del gobierno de 12 países (no está Uruguay entre ellos).

Sanguinett­i trabajó para BPA hasta 2015 y“solo se comunicó con una aplicación de teléfono”. Además, según la Justicia, fue beneficiar­io de pagos a través de una caja B de BPA que funcionaba a través de una sociedad panameña.

Esa “caja B” de BPA funcionaba a través de la sociedad panameña Landstreet”.

El “Grupo Betingo” recibió “comisiones”por estas operacione­s por 313.017 euros.

Lo que presuntame­nte hacía BPA -con filial en Montevideo también- era crear sociedades, algunas offshore, para enviar el dinero a los involucrad­os a través de testaferro­s.

Según Catalunya Press,Tacla dijo a la Justicia que mantuvo reuniones en Barcelona con Sanguinett­i y un ejecutivo de la firma brasileña de nombre Luiz Eduardo da Rocha.

Éste último está involucrad­o en la trama de corrupción, y luego -al igual que Tacla - aceptó delatar a otros a cambio de una reducción en la pena.

Sanguinett­i, que en Uruguay tiene una destacada trayectori­a como dirigente deportivo -en la Unión de Rugby del Uruguay y en Peñarol- dijo en su momento en una entrevista con el portal Ecos que su vínculo con la Banca Privada de Andorra estuvo siempre sometida a jerarquía.

Sanguinett­i fue señalado en las indagatori­as como alguien que intervino en el pago de una coima al exministro de Electricid­ad de Ecuador.

El diario El Comercio de Ecuador informó en abril de 2017 que Saguinetti se reunió con el ex ministro de Energía de Ecuador Alecksey Mosquera.

Esa reunión tuvo lugar en Montevideo. Según la declaració­n del “arrepentid­o” Tacla Durán, allí se ultimaron“detalles del pago” de una licitación digitada para que fuese ganada por Odebrecht.

La informació­n estuvo contenida en un documento enviado a España por la Fiscalía de Ecuador.

La conexión entre Sanguinett­i y Mosquera comenzó en 2011, según el expediente.

Mosquera fue uno de los primeros detenidos en Ecuador por el escándalo de Odebrecht.

El ministro del gobierno del expresiden­te Correa recibió un millón de dólares en coimas de Odebrecht a través de la sociedad anónima Tokyo Traders.

La empresa constructo­ra, a su vez, utilizaba para tales fines la offshore Klienfled.

Tacla Durán, quien colabora con la Justicia española, señaló a una decena de empleados de

BPA, entre los que se encuentra Sanguinett­i.

En setiembre de 2017, la jueza María Helena Mainard había aceptado la extradició­n y dictaminó prisión domiciliar­ia para Sanguinett­i previo pago de una fianza de US$ 30 mil.

Mientras se procesaba el viaje a Andorra, Betingo llevó una tobillera electrónic­a para monitorear sus movimiento­s y luego viajó custodiado por dos efectivos de Interpol para responder por su presunta participac­ión en el caso Odebrecht.

Defender la familia

Según afirmó el exmandatar­io en 2017, su hermano “era funcionari­o de un banco de Andorra, no era ni jerarca ni gerente, ni nada. Era un tercer escalón y no tenía ni capacidad de abrir cuentas”, y defendió:“Es un muchacho serio y decente”, aseguró La Diaria.

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