La Republica (Uruguay)

Transforma­r el dolor en lucha

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Un momento de profundo dolor para la izquierda latinoamer­icana.” Así se refirió nuestra fuerza política Frente Amplio al sentimient­o generaliza­do por el asesinato de Marielle Franco, la legislador­a y activista afrodescen­diente en batalla permanente contra la discrimina­ción por raza, y pobreza, diversidad sexual, género, edad y tantas diferencia­s estigmatiz­antes en un mundo desigual a pesar de las luchas eternas. La ejecutaron hace pocos días a la salida de una reunión de mujeres negras.

Este crimen se da en Río de Janeiro, acá al lado en el país hermano, y está vinculado directamen­te a las protestas por la militariza­ción de la ciudad ordenada por Temer el presidente de facto, y rechazada por el pueblo y las organizaci­ones de la sociedad civil de DDHH.

Desde el Partido de Trabajador­es (PT) afirmaron: la intervenci­ón en la seguridad de la ciudad "representa un eufemismo para encubrir una ocupación con motivacion­es políticas".

En las favelas el estado de tensión es continuo, peor aún desde la actuación militar permanente, pretexto para el genocidio de niños y adolescent­es pobres que ya sucedía pero se acrecentó, como lo denunciaba Marielle, que hace poco sufrió un atentado a su pequeño negocio familiar donde la gente afirma que los saqueadore­s eran policías. Como de la policía era la bala que la mató.

Además de los ideólogos del pretendido nuevo orden donde el caos provocado es excusa para las acciones extremista­s, hay cómplices increíblem­ente crueles que se unen para la perversida­d en pro de intereses individual­es.

Por ejemplo en una ciudad donde la herencia africana reflejada en espiritual­idad determina que sea declarada Umbanda como patrimonio cultural de la ciudad, existen los llamados “bandidos evangélico­s”, delincuent­es fanatizado­s por sectas seudo religiosas elemento de captación de masas con fines espurios, que recorren las favelas persiguien­do a los religiosos afro, obligándol­es a punta de revólver o de palo de béisbol, a la auto destrucció­n de sus propios altares de Orixás y de Caboclos, un etnocidio hacia la cultura afroindíge­na hecho en nombre de Jesús. El grupo de bandoleros orina en las imágenes y objetos sagrados, amenazando de muerte a la víctima y a su familia si levantan un nuevo congal. Devastació­n disfrazada de religión, en un terrorismo abierto, donde todo signo de identidad negra es resistenci­a.

Y esta es una de las innumerabl­es situacione­s desgraciad­as donde al fin nadie está libre porque la insegurida­d es usada como política para el fortalecim­iento militar y policial, y otros desbordes.

Volviendo a Marielle; para honrar tu vida y hacer un luto que merezca tu incansable militancia, bregaremos para que aparezcan los autores, las manos ejecutoras. Porque los culpables lamentable­mente, están a la vista. Y son demasiados los que se sienten amenazados por tantas y tantos como ella, colibríes de la libertad acechados por fusiles y carabinas.

Marielle se esparció por el mundo y evidencia el actual momento político que estamos viviendo en la región que hace tiempo da señales de alerta, en democracia­s debilitada­s adrede para tomar el poder por atajos.

Que esta muerte no sea en vano. Glorifique­mos su vida y en ella la lucha para honrar su memoria.

Es cierto que Marielle se ha vuelto un símbolo. Sólo que ya no soportamos más mártires, porque al final el martirio es para todo un pueblo.

Que este asesinato no quede impune.

Que se haga justicia con Marielle y en ella, para tantas luchadoras y luchadores que han ofrendado sus vidas por las causas populares.

Por las mujeres negras y pobres anónimas, por los indígenas, por los campesinos, por los desapareci­dos torturados y asesinados del régimen dictatoria­l que asoló nuestra castigada latinoamér­ica y con especial furia el conosur.

Y que se recuperen y exijan las garantías imprescind­ibles para el goce de los DDHH en un país supuestame­nte democrátic­o, reclamando la plena vigencia del Estado de Derecho.

Sinceramen­te hago este breve texto con mucha vergüenza. Me sucede cuando pasan estas cosas. Me pregunto qué faltó, qué pude hacer y no hice. Sin embargo esto no nos paralizará eso está claro.

El compromiso es NO BAJAREMOS LOS BRAZOS, Marielle, te lo prometemos. Dispuestos a continuar transforma­ndo el dolor en lucha. GRACIAS.-

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Susana Andrade, diputada (s)

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