Nacional, que le ganó 2-0 a Wanderers en el Viera, le sacó la punta a Peñarol
Con goles de Fernández y Bergessio el equipo del “Cacique” ganó su octavo juego en el torneo.
Nacional cumplió la misión con que llegó al Parque Viera. El triunfo 2-0 ante Wanderers, sumado al traspié de Peñarol ante Danubio, le permite al equipo del “Cacique” Medina ser el nuevo líder del Torneo Apertura. Sebastián Fernández y Gonzalo Bergessio (quien está intratable: lleva ocho goles en nueve fechas) fueron los autores de los tantos que hicieron celebrar al pueblo tricolor.
Pero los albos no tienen mucho tiempo para dormirse en los laureles, pues en los próximos días jugará dos partidos durísimos: el sábado recibirá a Liverpool, una de las sorpresas del campeonato, en el Parque Central, y el martes visitará a Real Garcilaso en la altura de Cusco, en lo que será un encuentro importante para su futuro en la Copa Libertadores.
Clase de efectividad
Nacional dictó el curso en el Parque Viera durante un primer tiempo en que no necesitó ser único dueño del balón ni una máquina de generar chances de peligro para irse al vestuario dos goles arriba.
Al equipo del “Cacique” Medina le bastaron unos pocos pasajes de inspiración para ponerse en ventaja. Haciendo gala de su destreza a la hora de ubicarse y de la inesperada siesta que decidió tomar su marcador, el pequeño Sebastián Fernández ganó por las alturas y cabeceó el preciso centro deTabaréViudez a la red para sellar el 1-0.
Un tiro de Bergessio que se fue por arriba del palo y un intento de Alfonso Espino son las otras chances que pueden mencionarse previo al segundo gol de Nacional, que llegó en un momento crucial del partido. El reloj marcaba 44’ cuando Luis Aguiar levantó la cabeza y metió un excelente pase profundo para el delantero argentino, que le ganó la posición a Paulo Lima (muy flojo en esa jugada) y sacó un remate cruzado que venció la salida de Martín Rodríguez.
Lo de Nacional fue muy meritorio también en defensa, donde pudo controlar a un Wanderers que tuvo mucho tiempo la pelota, pero no pudo sacarle jugo a sus posesiones. Siempre le faltaba claridad en el momento del último pase, al punto que tardó más de 35’ en forzar la primera aparición de Esteban Conde. Y el “1” albo no tuvo mucho trabajo para contener el débil tiro de Sergio Blanco, quien se inventó una chance gracias a una gran maniobra individual.
Los tricolores demostraron cabalmente que no se hace falta tener todo el tiempo la pelota para dominar con claridad un partido. Basta con pegar en los momentos justos y, sobre todo, exprimir las oportunidades que se tienen.
La misma carencia
El complemento puede resumirse diciendo que ningún equipo tuvo chances claras, pero en el caso de Wanderers tuvo el agravante de que su inoperancia se produjo pese a controlar la pelota casi todo el tiempo.
La única modificación en el libreto fue que Nacional perdió la profundidad que, al menos de a ratos, había exhibido durante el primer capítulo del encuentro. Como se dijo arriba, el bohemio padeció el mismo mal a lo largo de todo el juego: tocó la pelota con criterio, dominó la posesión y vio pasar el tiempo instalado en campo rival, pero fue incapaz no ya de transformar a Conde en figura, sino siquiera de hacerlo trabajar. Los cambios realizados por Eduardo Espinel no fueron advertidos por el rendimiento colectivo de Wanderers (ingresaron Araújo, Pastorini y De Oliveira), cuya única posibilidad de gol llegó recién a los 73’, cuando Damián Macaluso hizo valer su potencia física para ganar por arriba y sacar un cabezazo que hizo que, por primera vez en la tarde, el arquero tricolor debiera aparecer en escena para ahogar el grito de los bohemios.
Aunque no pasó sobresaltos, seguramente lo visto en el segundo tiempo no le haya gustado nada al cuerpo técnico encabezado por Alexander Medina, que vio a un equipo carente de ideas y al que le costó muchísimo hacerse del control de la pelota. De no ser por el tiro de Gonzalo Bueno que se desvió en el camino y pegó en el travesaño a los 88’, Nacional habría cerrado el segundo tiempo sin haber pateado al arco, lo que dice mucho.
De modo que, si bien los tricolores tienen motivos para celebrar, también tiene muchas cosas para corregir. Pero, ¿qué mejor que hacerlo mirando a los demás desde el tope de la tabla de posiciones?