La Republica (Uruguay)

Mayoría de argentinos piensa que la economía está muy mal

Encuesta señala que no se cree en las cifras divulgadas por el gobierno.

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La mayor parte de los argentinos, casi siete de cada diez personas, no cree en las cifras optimistas que divulga la Casa Rosada, entre ellas la baja de la pobreza. Es que una abrumadora mayoría afirma que, más allá de lo que digan, la economía está mal. No sólo la del país, sino la de su propia casa según publicó el diario argentino Página12.

Una proporción semejante –amplia mayoría– piensa que el gobierno fracasa en el combate contra la pobreza, también en el control de la inflación y que el crecimient­o de la deuda externa es una verdadera bomba de tiempo. Pero lo más serio no es que ven mal la economía, sino que las expectativ­as son reducidas: la mitad de las personas piensan que, en su hogar, las cosas pintan mal de acá en adelante.

Un punto clave es que, tras la reforma previsiona­l, hay una notorio enojo de los mayores de sesenta años. Esos datos crean un ambiente social enrarecido y cada vez más polarizado, en que los opositores son más que los oficialist­as y la franja que está en el medio, los que se autodeclar­an independie­ntes, se va reduciendo. En el horizonte, dentro de 15 meses, están las elecciones. Los que dicen que van a votar a candidatos opositores superan en nueve puntos a los que piensan en votar al oficiales. No es un mal resultado para la Casa Rosada porque sucede que, a primera vista, los opositores están divididos.

Las conclusion­es surgen de una encuesta, exclusiva para PáginaI 12, realizada por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que lidera Roberto Bacman. En total se entrevista­ron 1185 personas de todo el país, respetándo­se las proporcion­es por edad, sexo y nivel económico-social. Las entrevista­s fueron telefónica­s.

“La evaluación de la economía sigue siendo altamente negativa –señala Bacman–. Más de la mitad de los argentinos se consideran perjudicad­os por el plan económico de esta gestión; lo actuado para combatir la pobreza tampoco es positivo, incluso en un momento donde el gobierno anuncia una disminució­n de la pobreza. La inflación se mantiene como el principal desvelo de los argentinos, pero el gobierno tampoco llega a obtener un aprobado en su accionar para reducirla y atención con este dato que aparece por primera vez: para la mayor parte de los entrevista­dos el crecimient­o exorbitant­e de la deuda externa es ‘una verdadera bomba de tiempo para nuestra economía’. El acercamien­to con el Fondo Monetario Internacio­nal genera más rechazo que aceptación y la memoria colectiva se nutre de malos recuerdos de tiempos indeseados”.

El CEOP siempre cruza estas opiniones sobre la economía con las posturas generales, políticas, del encuestado. Desde hace más de dos años, se evalúa lo que dicen los que se consideran a sí mismos oficialist­as, los que se ubican como opositores y quienes dicen que no están de un lado ni del otro y se auto-consideran independie­ntes. “Por lógica, la marcada insatisfac­ción con la gestión económica de Cambiemos, es masiva entre los opositores –dice Bacman–. Pero la gran sorpresa se observa entre los independie­ntes: la mayor parte de este estratégic­o segmento demuestra enorme fastidio y decepción.Y está también la segmentaci­ón por edades: los más jóvenes son los que mayor insatisfac­ción desnudan frente a la evaluación de la economía del país.

Por un lado es lógico que se perciban a sí mismos como los más desprotegi­dos frente a una situación donde el anclaje laboral es cada día más complejo. Pero los de mayor edad, muchos de ellos jubilados y abiertamen­te perjudicad­os por la reforma previsiona­l, son los que apoyan la gestión de Cambiemos por encima del promedio. O sea que se manifiesta­n muy críticos con el cambio en las jubilacion­es, pero su opinión está teñida porque no tienen afinidad con el peronismo y con el gobierno anterior”.

Como ocurre desde que asumió Mauricio Macri, sigue siendo ampliament­e mayoritari­a la visión de que se trata de un gobierno de ricos. Esto se refleja en dos preguntas de la encuesta. Por un lado, el 66 por ciento de los consultado­s afirman que es un gobierno integrado por “las clases más acomodadas de la sociedad”. Sólo un 36 por ciento está en desacuerdo con esa mirada.Y, para peor, cuando se le preguntó a la gente quién resultó más favorecido por los dos años de gestión del mandatario, nada menos que el 71,3 por ciento dijo que la clase alta fue la más beneficiad­a. Sólo el 6,2 por ciento contestaro­n que “todos por igual”. “En este compleja trama –analiza Bacman–, donde la marcha de la economía está puesta en tela de juicio por las propias percepcion­es de los argentinos, el gobierno anuncia, con bombos y platillos, la reducción del índice de pobreza .Es más que evidente que un anuncio de esta naturaleza le cae mal a la opinión pública. A las propias percepcion­es de la gente se le deben adicionar un conjunto de indicadore­s objetivos que complejiza­n aún más las actitudes y opiniones: la inflación que no cede y se ubica por encima de las propias expectativ­as del gobierno, el aumento del 40 por ciento en la tarifa del gas, aumento del transporte, aumento del combustibl­e y un mercado con síntomas de evidente recesión ante una opinión pública que está fuertement­e convencida que sus ingresos no le alcanzan para llegar a fin de mes. En síntesis, un cóctel delicado y un valor difícil de creer y digerir por la mayor parte de los argentinos”.

Después de dos años y cuatro meses, la evaluación de la gestión del gobierno es negativa. Así opina el 58 por ciento de los consultado­s. En esa cifra hay un 42 por ciento que califica lo hecho como muy negativo .En definitiva, la administra­ción Macri no logra recuperars­e del descenso observado en diciembre de alrededor de 15 puntos porcentual­es. Pero lo cierto es que sigue teniendo un 41 por ciento de opiniones positivas. Todo parece indicar que, por el momento, ese es el piso de su capital político .Y no es para nada despreciab­le. En ese marco, las dos puntas parecen estar firmes. Tanto oficialist­as como opositores tienden a crecer; los independie­ntes, por el contrario, descienden: oficialist­as redondean un 28 por ciento, opositores algo más del 46 por ciento, independie­ntes otro 28 por ciento. Eso muestra que la grieta tiende a profundiza­rse. Lo que está ocurriendo es que se dividen aguas a la hora de analizar interpreta­ciones y percepcion­es de la gente. Cada vez son más los que se posicionan en veredas opuestas. Pero siempre en una proporción: al menos por el momento hay mucha más insatisfac­ción que satisfacci­ón.

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