Representaciones y políticas públicas
Las representaciones de la vejez que se manejan social y políticamente se reflejan en las políticas públicas que se diseñan a su respecto.
En el libro ´´Las vejeces de las mujeres´´ se presentan tres supuestos. El primero parte de que las personas mayores son dependientes, sufren la soledad y esperan la muerte. Hay un cuerpo enfermo, dependiente, vulnerable y viejo, que debe ser ´´atendido``. El objetivo de la política entonces es permitir que esas personas ganen en autonomía sobre la base del apoyo de un sujeto cuidador, como los asistentes personales.
El segundo parte de que las personas mayores son jubilados/as, activos/as, aprovechan de su vida, son útiles y la prevención de las enfermedades puede generar un envejecimiento activo. El objetivo explícito de la política en este caso es mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen, fomentando su bienestar físico, psíquico y social. El implícito es generar una participación activa a partir del hacer actividades definidas de antemano y orientadas a la salud del cuerpo.
El tercero concibe la vejez como una construcción socio cultural, donde el cuidado es relacional y las personas están en una relación de interdependencia constante. La política consecuente apuntaría a la construcción de la participación social y de la actividad física preventiva de enfermedades desde el vínculo con las personas mayores. También a legitimar de distintas formas ser viejo/a, sin imponer actividades o mandatos que obedezcan a paradigmas del envejecimiento asociados exclusivamente a la biología y el cuerpo.