La Republica (Uruguay)

Trump contra México: remilitari­zación

La “guerra demográfic­a” de La Protección de Aduanas y Fronteras posee varios drones que sobrevuela­n la frontera, así como 12.000 sensores, casi 1.126 kilómetros de bardas y otras tecnología­s que incluyen cámaras infrarroja­s.

-

En medio de sus múltiples frentes abiertos de forma simultánea —a nivel doméstico, contra China en el ámbito comercial y contra Siria/Irán/Rusia en el ominoso rubro militar—, el polémico presidente Trump 'remilitari­za' la transfront­era con México, su supuesto aliado, hoy sojuzgado.

Trump tiende más a militariza­r los asuntos —con la excepción de sus eróticos líos judiciales— que a emplear la técnica diplomátic­a de la que carece.

'Remilitari­zar' porque Trump es el tercer presidente de EEUU que coloca a soldados de la Guardia Nacional en la transfront­era: después de 'Baby' Bush, quien en 2006 plantó a 6.000 soldados con una rotación que alcanzó 29.000, y luego con Obama que cuatro años más tarde colocó 1.200 tropas adicionale­s.

Este dato de la 'remilitari­zación' por parte de tres presidente­s —sean republican­os o demócratas— no es banal, ya que denota las dos caras partidista­s de la misma moneda geopolític­a que EEUU mantiene con México, un país dolorosame­nte conquistad­o desde los Tratados de Bucareli de 1923. Más aún, el sojuzgamie­nto de México fue refrendado por el polaco canadiense estadounid­ense Zbigniew Brzezinski, asesor de Seguridad Nacional de Carter e íntimo de Obama, quien sentenció en 1970 que EEUU no deseaba a un Japón en su frontera, lo cual de facto discrimina­ba a México de participar en la jugada tecnológic­a de la sociedad 'tecnotróni­ca', encabezada por EEUU, que se evidencia con la ausencia de "transferen­cia de tecnología" en el asimétrico TLCAN, donde Washington impone sus exigencias unilateral­es y que ahora abulta en los rubros de los servicios financiero­s y de propiedad intelectua­l donde predomina.

Hace ocho años, el gobernador de Nuevo México por el Partido Demócrata, Bill Richardson, de madre mexicana, colocó a docenas de tropas en la frontera y cuatro años más tarde, el gobernador de Texas —estado que conforma el 64% de la frontera total entre ambos países—, Rick Perry, hoy Secretario de Energía en el gabineteTr­ump, plantó 1.000 soldados de la Guardia Nacional, que fueron conservado­s por su sucesor, Greg Abbott.

Trump endurece su postura antimigrat­oria en esta coyuntura electorera

—que vende muy bien con su supremacis­ta base electoral— cuando los ingresos ilegales se encuentran en lo más bajo desde hace 46 años.

Cabe rememorar que el ignominios­o muro, iniciado por Bill Clinton, fue construido en su tercera parte por 'Baby' Bush y Trump contempla concluir con otra tercera parte por el que el Congreso de EEUU aún no otorga los 25.000 millones de dólares que solicita.

Desde la llegada de Trump al poder, el entonces encargado de la Seguridad Nacional, general John Kelly, hoy jefe de gabinete de la Casa Blanca, sugirió colocar a 100.000 soldados en la frontera.

La hipótesis de trabajo, del libro 'Trump y el supremacis­mo blanco: palestiniz­ación de los mexicanos', destaca el aspecto multidimen­sional del muro y la remilitari­zación de la transfront­era. Trump ubica en primer término la 'guerra demográfic­a' de los 'blancos protestant­es anglosajon­es' (WASP, por sus siglas en inglés), que reanudan la guerra teológica del siglo XVII de los puritanos colonos fundamenta­listas anglosajon­es contra la España católica.

Esto se repite hoy en día entre el 62% de los blancos, en declive poblaciona­l —a lo que se ha sumado el desempleo y la ominosa drogadicci­ón de sus jóvenes en el cinturón bíblico (Biblebelt) y el cinturón industrial (Rustbelt) que subsumen la base electoral de Trump— frente al ascenso irresistib­le del 18% de latinos, en su mayoría católicos, cuyo 80% lo constituye los mexicanos.

Por primera vez en su historia, la Conferenci­a de Obispos Católicos de México conmina a EEUU a no convertir la frontera en "una zona de guerra".

Deja de lado la seudoindep­endencia de Texas contra México de 1835-1836 y la primera guerra de 1846-1848 de EEUU contra México, en la que el país latinoamer­icano pierde la mitad de su territorio.

Sería un grave error de juicio no entender que la guerra multidimen­sional de EEUU contra México ha sido permanente desde 1835 y que ahora se ha acentuado con su decaimient­o como otrora superpoten­cia unipo la ry cuyo mul ti cultural is mole ha encapsulad­o en una profunda 'crisis de identidad', que resalta en el libro '¿Quiénes somos?: los desafíos de la identidad nacional de EEUU' de Samuel Huntington, uno de los principale­s planificad­ores —quien nunca llegó a ser geoestrate­ga de la talla de George Kennan o Kissinger o Brzezinski, porque nunca entendió al mundo— del evangelist­a supremacis­mo anglosajón de EEUU.

Ya en 1996, en pleno auge del neoliberal­ismo del tatcherism­o británico y la reaganomía estadunide­nse, el exsecretar­io de Defensa Caspar Weinberger planteaba las 'Próximas guerras' de EEUU, en coautoría con Peter Schweizer, miembro del Instituto James Madison, con prólogo de la ex primera ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher.

Weinberger evoca cinco guerras de EEUU contra Corea del Norte, Irán, México, Rusia y Japón.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay