El Papa pide un estatuto especial para Jerusalén
En declaraciones recientes ofrecidas para Aciprensa, el Papa Francisco reclamó un estatuto especial para Jerusalén garantizado internacionalmente como solución a la disputa entre el Estado de Israel y la Autoridad Nacional Palestina por la soberanía sobre la ciudad.
La autoridad de la Iglesia Católica pidió que ese estatuto “preserve la identidad, la vocación única de lugar de paz que reclaman los Santos Lugares, y su valor universal, permitiendo un futuro de reconciliación y de esperanza para toda la región”, y lo justificó en la “naturaleza peculiar de Jerusalén”.
Francisco hizo este pedido en la carta que envió al Gran Imam de Al-Azhar, Egipto, Ahmad AlTayyib, uno de los líderes musulmanes más prestigiosos del mundo islámico: Reclamó con urgencia “la necesidad de retomar el diálogo entre israelíes y palestinos para encontrar una solución negociada que lleve a la coexistencia pacífica entre dos Estados dentro de las fronteras acordadas mutuamente y reconocidas internacionalmente”.
Tierra bendecida
El Papa aseguró al Gran Imam de Al-Azhar sus oraciones “por la causa de la paz, de una paz verdadera, real. En particular, elevó sinceras oraciones para que los responsables de las Naciones, la Autoridad civil y religiosa, se comprometan a evitar nuevas espirales de tensión y a apoyar todo esfuerzo para hacer prevalecer la cordialidad, la justicia y la seguridad para la población de esa tierra bendecida que llevo en el corazón”.
En las últimas semanas se han registrados violentos enfrentamientos entre manifestantes palestinos y policías israelíes en diferentes lugares de los territorios palestinos después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara su decisión de trasladar la embajada del país de Tel Aviv a Jerusalén.
Israelíes y palestinos se disputan esta ciudad como capital de sus respectivos Estados, y la toma de partido del presidente Trump a favor de Israel ha provocado la indignación de todo el mundo árabe quienes están interesados en fomentar el diálogo y evitar un mayor antagonismo, que sumado a la desconfianza ya existente a esta potencia extranjera, no ayudará en absoluto en la resolución del conflicto.