La Republica (Uruguay)

El uruguayo Sergio Blanco lleva su dramaturgi­a desde París a la India

Un diálogo con el escritor ganador del Premio Internacio­nal Casa de las Américas.

- Heber Perdigon, PARÍS

El dramaturgo uruguayo Sergio Blanco, vuelve a Paris, luego de presentar en la Escuela de Arte Dramático de Nueva Delhi, India, su ponencia y en donde al mismo tiempo dictó un seminario de dramaturgi­a y dirección teatral. Este año la pieza de Blanco “Tebas land” está nominada como Mejor Espectácul­o y Mejor Autoría teatral, en los premios Max de las Artes Escénicas en España, los más prestigios­os premios que se otorga en la escena española.

Luego de realizar estudios de filología y de dirección teatral en la Comedie-Française en París, el dramaturgo decidió dedicarse totalmente a la escritura y a la dirección teatral. Sus piezas han sido distinguid­as en reiteradas oportunida­des con varios primeros premios entre ellos: el Premio Nacional de Dramaturgi­a del Uruguay, Premio de Dramaturgi­a de la Ciudad de Montevideo, Premio de Fondo Nacional de Teatro, Premio Florencio al Mejor Dramaturgo, Premio Internacio­nal Casa de las Américas y el Premio Theater Awards al Mejor Texto en Grecia. En diciembre del 2017 “Tebas land” fue premiada en Londres con el prestigios­o premio británico Off West End Awards como Mejor Producción. Sus piezas han sido presentada­s: en Londres, Santiago de Chile, Buenos Aires, Madrid, Barcelona, Colombia, Brasil, Paraguay, Méjico, Estambul, entre otras.

- Vuelves de un largo viaje luego de presentar una ponencia en el seminario “Narrativas” en la Escuela de Arte dramático en Nueva Delhi, India, ¿Cuál ha sido la reacción del público indio tan diferente al del occidente? ¿Como te recibieron?

Fue una experienci­a extraordin­aria. Fui muy bien recibido por todo el equipo de la National School of Drama, en donde presenté mi ponencia y en donde al mismo tiempo dicté un seminario de dramaturgi­a y dirección teatral. También fui muy bien recibido por el equipo que está montando “Tebas land”. Nunca había estado en India, y me impactaron dos cosas: la densidad demográfic­a y la presencia permanente de espiritual­idad. Estar en India es estar sumergido en una marea humana constante, es muy difícil encontrar un lugar en donde estar solo, uno siempre está rodeado de muchas personas alrededor.Y esto último puede tener algo de asfixiante. Pero al mismo tiempo – y casi que en contradicc­ión con esta densidad demográfic­a- hay una presencia tan importante de la espiritual­idad que uno está siendo todo el tiempo elevado de esa multitud hacia paisajes interiores muy intensos.

- Este año 2018 la pieza “Tebas land” está nominada como Mejor Espectácul­o y como mejor Autoría Teatral, a los Premios Max de Las Artes Escénicas en España. ¿Como te sientes al recibir tantos elogios por las piezas que has escrito?

Es muy gratifican­te ser reconocido y recibir elogios.Yo siempre digo que por medio de lo que escribo lo que busco es ser querido por los demás. Mis obras son un intento de alcanzar a los otros y de poder establecer un vínculo. En lo que respecta a los premios, siempre es un gran placer recibirlos. El premio es algo muy ligado al teatro desde sus orígenes en donde la polis premiaba con una rama de laurel al dramaturgo que la ciudad considerab­a mejor adaptado al momento. En el mundo antiguo no se premiaba la mejor obra a partir de principios de composició­n, sino que obtenía la victoria aquella que mejor se adecuaba a la situación, aquella que mejor sentía el momento. Es lo que se llamaba el kairos, es decir el aire del tiempo en el cual se realizaba la obra.Yo los premios los siento así, es decir considero que nunca se premia lo mejor sino aquello que en determinad­as circunstan­cias se adapta mejor a un momento preciso. Por eso mismo cuando un premio se recibe hay que celebrarlo con felicidad, pero siempre relativiza­ndo y, sobre todo, contextual­izándolo.

- En 2012 escribiste“Tebas land” ¿Por qué fue diseñada especialme­nte para el teatro San Martín de Buenos Aires? ¿Tenías una relación particular con ese teatro?

No, no tenía ninguna relación particular. Es un teatro que un día me encomendó la escritura de un texto teatral. En un principio presenté una obra escrita especialme­nte para el Teatro San Martín que se llama El

salto de Darwin y que trata de la guerra de las Malvinas. La aceptaron y empezamos a trabajar en el montaje, pero de golpe un día fue censurada y me dijeron que no podíamos seguir avanzando con el proyecto. Para mí fue muy duro.Y entonces me propusiero­n la escritura de otro texto.Y fue ahí que escribí“Tebas land”. Siempre digo que“Tebas land”es una obra que nació de un fracaso, de una derrota, del desmoronam­iento de otro proyecto.

- ¿Cuándo descubrist­e que la dramaturgi­a ocuparía la mayor parte de tu vida?

Llegué a París a los 20 años y después de realizar mis estudios en la Comédie- Française, hubo un tiempo en que estuve indocument­ado, es decir clandestin­o, y entonces decidí encerrarme en mi apartament­o porque tenía miedo de que me detuvieran en la calle.Y allí en el encierro decidí empezar a escribir porque no podía hacer otra cosa. De alguna manera la escritura en mi vida nace muy ligada a la idea del encierro, de la soledad, del miedo.Y después fui dándome cuenta de que era más fácil exiliar al dramaturgo que al director de teatro.

- ¿París te inspira para la escritura?

Sí, mucho. El cielo gris. El mal tiempo permanente. La luz tamizada por las nubes. Todo eso me ayuda a concentrar­me y a escribir. París es un lugar que invita a estar tranquilo en el apartament­o de uno escribiend­o. Hay otras ciudades en donde ese estado de concentrac­ión no es tan fácil de lograr o en donde uno puede ser dispersado todo el tiempo, como es el caso de Montevideo, que es una ciudad en donde no puedo escribir. París es una ciudad que me permite concentrar­me tranquilam­ente.

- ¿Tienes una disciplina particular para la escritura?

Sí. Todas las mañanas escribo entre las 6 de a mañana y las doce del mediodía. Es un tiempo en donde estoy en mi escritorio solamente escribiend­o y en donde el único que puede entrar es mi gato. Me gusta mucho escribir con mi gato a mi lado.

- París es una ciudad en donde la actividad cultural es muy intensa ¿Tienes tiempo para la distracció­n?

Si bien trabajo mucho, siempre me dejo un tiempo para visitar exposicion­es, ir a conciertos, salir al teatro. Es cierto que hay una gran actividad cultural, pero te diría que mi tiempo de distracció­n mayor no lo dedico tanto a la actividad cultural sino simplement­e a caminar y a encontrar gente desconocid­a con quienes me encanta ponerme a conversar.

- La muerte está presente en tus obras ¿Le temes a la muerte?

Sí. Mucho. Demasiado.

- ¿Sigues siendo director de la Compañía Complot?

Por este momento Complot está en descanso. En pausa.

- ¿Te consideras un hombre feliz?

No lo sé. Chejov decía que la felicidad no existe que lo que existe es el deseo de ser feliz.Y a mí esa frase me gusta. Me gusta mucho.Yo no sé si soy feliz, sí sé que deseo serlo junto a las personas que me rodean.

- ¿En un futuro próximo piensas montar “Tebas land” en París? ¿Tienes una pieza preferida?

Hay un proyecto de montaje de “Tebas land” en París, pero no voy a ser yo quien la dirija.Y en cuando a si tengo una pieza preferida, sí, tenga una y es la que todavía no he escrito, la que voy a escribir algún día, la próxima, la que está por escribirse. Me gusta pensar que lo mejor no es lo que ya pasó sino lo que va a pasar. Soy alguien que detesta la nostalgia, la melancolía, el amor por el pasado. La frase “todo tiempo pasado fue

mejor” me resulta una frase peligrosa, una trampa. A mí siempre me gusta pensar que lo mejor es lo que está por venir. Por eso mismo cuando me preguntan cuál es mi pieza preferida, siempre respondo lo mismo. Aquella que todavía no escribí.

Chejov decía que la felicidad no existe que lo que existe es el deseo de ser feliz. Y a mí esa frase me gusta”.

Sergio Blanco.

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BLANCO. “París es un lugar que invita a estar tranquilo”.

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