España indignada con condena a “La Manada”
Nueve años de prisión contra los 22 que pedía el fiscal.
Cinco españoles fueron condenados a nueve años de cárcel por abuso sexual colectivo de una joven en las fiestas de San Fermín, aunque el tribunal de Navarra descartó el delito más grave de violación, generando protestas de rechazo. Además de la condena a prisión, los jueces les prohibieron acercarse a menos de 500 metros de la víctima, de 18 años, o contactarla por 15 años. Además, deberán indemnizarla entre los cinco con 50.000 euros. La pena es bastante inferior a la solicitada por la fiscalía, de 22 años y 10 meses de prisión para cada uno e indemnización de 100.000 euros.
Los hechos ocurridos en julio de 2016 durante los populares Sanfermines en Pamplona y que grabaron los propios acusados para alardear, desembocaron en el llamado “juicio del año”, un proceso muy mediatizado iniciado en noviembre en esa ciudad del norte de España. La joven, que entonces tenía 18 años, realizó un relato pormenorizado de los hechos el pasado mes de diciembre en su declaración en la que manifestó la confusión, el miedo y el desamparo que sintió durante y después de la agresión. “Estaba totalmente en shock, no sabía qué hacer, quería que todo pasara rápido y cerré los ojos para no enterarme de nada y que pasara rápido”, dijo ante el tribunal.
El fiscal pedía para los cinco acusados, autodenominados La Manada y en prisión preventiva desde julio de 2016, una pena de 22 años de prisión cada uno por cinco delitos continuados de agresión sexual, otro contra la intimidad por grabarla en vídeo con el móvil y un tercero por robo con intimidación, por robarle el teléfono a la chica y evitar que pudiese pedir auxilio.
El último día del juicio contra La Manada, conocido así por el nombre del grupo de WhatsApp que unía a los encausados, la fiscal Elena Sarasate señaló que el testimonio de la denunciante fue creíble objetivamente. La fiscal aseguró que en lo ocurrido se daban los ingredientes necesarios para considerar una agresión sexual. Existió“la violencia mínima” y se dio una“intimidación gravísima que impidió la defensa de la víctima”con hombres por delante y por detrás. Las acusaciones populares —ejercidas por el Ayuntamiento de Pamplona y el Gobierno de Navarra— elevaron su solicitud de pena a 26 años de cárcel. Los abogados consideraron que los vídeos grabados por los acusados eran una prueba evidente de la agresión y algunas imágenes, en su opinión, eran “la expresión gráfica de la vileza”de los acusados con la joven.
Las defensas de los acusados, negaron la mayor y mantuvieron durante el juicio que el caso no era más que una sesión de sexo en grupo entre jóvenes, y sostuvieron que en las grabaciones no había imágenes“de asco, ni dolor, ni sufrimiento” de la víctima. Según los letrados,“el vídeo recogido por los acusados no demuestra que se trate de una violación en grupo, sino todo lo contrario, porque el comportamiento de la víctima no es el de quien está siendo violada contra su voluntad”.Tras el juicio, que se celebró a puerta cerrada pero del que trascendieron algunas informaciones, las defensas se aferraron a la pregunta de uno los magistrados sobre“¿cómo pudieron saber los acusados que ella no consentía el acto sexual?”, a la que la joven respondió: “Pudieron entender que consentía o que no”.
Uno de los abogados generó protestas que desbordaron las salas del juzgado de Pamplona cuando mostró un informe de unos detectives con publicaciones de la víctima en las redes sociales que pretendían demostrar que llevaba una vida normal tras la agresión.
El juicio a La Manada se ha convertido en un símbolo de la lucha feminista por las víctimas de violaciones, que han salido a las calles con eslóganes como “nosotras somos la manada”.Y se enmarca en un contexto en el que una de las Fiestas más internacionales de España llevaba años tratando de liberarse del estigma de los abusos sexuales que se producían en esos días que arrancan cada año con un chupinazo del 7 de julio.