La Roma va hoy por el milagro ante el Liverpool
Roma buscará una hazaña mañana en la vuelta de las semifinales de Champions contra el Liverpool, tras el 2-5 de la ida, algo que supondría además una revancha de la final de Europa perdida en 1984 contra los “reds”.
Tras remontar y eliminar al Shakhtar en octavos de final y al Barcelona en cuartos, Roma se prepara para otra batalla en el Estadio Olímpico ante un Liverpool que le arrolló en la ida y que ve cerca el pase a la final de Kiev (Ucrania).
Sin embargo, pese al 2-5 de Anfield, Roma ya demostró tener las armas necesarias y luchará por un 3-0 que ya endosó este año al Barcelona para dejarle fuera de la competición.
No le faltan motivaciones al Roma, que se ganó esta temporada la fama de “matagigantes” de Europa y que, tras llegar a base de sorpresas al último paso antes de Kiev, quiere hundir a un Liverpool que le infligió en 1984 una de las decepciones más grandes de su historia.
Si Roma y Liverpool son considerados este año como dos sorpresas del torneo, estos dos equipos eran unos colosos de sus respectivos países cuando alcanzaron la final europea de 1984, que se disputó en el Estadio Olímpico de la capital italiana. Los“reds”eran un gigante del futbol europeo, tres veces consecutivas campeones de Inglaterra y triunfadores en la Copa de Europa apenas dos temporadas antes de esa nueva final.
Pese a no tener todavía una corona europea, Roma llegaba a esa final tras conquistar el año anterior el segundo“Scudetto”de su historia.
Esa final contra el Liverpool marcó de forma indeleble la historia del Roma, que llegó a jugarse la Copa de Europa en los penales tras el 1-1 de los 120 minutos, determinado por los goles del inglés Phil Neal, en el 13, y de Pruzzo, en el 43.
Todo aficionado del Roma nacido antes de los años 70 recuerda perfectamente esa tanda de penales: el conjunto italiano estuvo por delante 1-0, pero terminó pagando amargamente los fallos de Bruno Conti y Graziani.
Las paradas del meta zimbabuense del Liverpool, Bruce Grobbelaar, y el penal decisivo del inglés Alan Kennedy permitieron a los ingleses levantar al cielo del Olímpico la cuarta Copa de Europa de su historia y acabar con los sueños de los romanos.