La Republica (Uruguay)

Nacional derrotó a Santos y hasta perdiendo en La Plata podría clasificar­se

Ganando, empatando o cayendo por un gol ante Estudiante­s se meterá en la próxima ronda.

- Matías Canabarro

Los octavos de final están a centímetro­s de distancia para Nacional tras la victoria conseguida anoche ante Santos en el Parque Central.

El gol de Leandro Barcia le permitió llegar a ocho puntos y, lo que es más importante, sacarle tres a Estudiante­s, a quien visitará en la última fecha del grupo. Ganando o empatando en La Plata, los tricolores se meterán en la siguiente fase de la Copa Libertador­es, cosa que también lograrán si pierden solamente por un gol (los albos tienen +3 en la diferencia de goles, el “pincha” 0). La única manera de quedar afuera sería perder por dos o más en Argentina, donde jugará el 24 de mayo.

Tardó en empezar

La prueba más exigente que tuvo Nacional en su casa hasta el momento comenzó con más intencione­s que resultados en los planes de ambos equipos. El juego se hacía cortado en el mediocampo, lo que conspiraba contra la posibilida­d de que los volantes, eternos generadore­s de fútbol, explotaran su creativida­d. Las chances de peligro escaseaban.

Con el paso de los minutos, Nacional logró hacerse del control de la pelota, indispensa­ble elemento para tomar las riendas del partido. Christian Oliva mostró su claridad acostumbra­da, colaborand­o en la circulació­n del balón y en la marca. Era de lo poco para destacar en un equipo que no tenía profundida­d ofensiva; si bien Viudez trataba de explotar la banda derecha, estaba impreciso con el toque final.

A pocos les servía menos el trámite que a Gonzalo Bergessio, quien estaba completame­nte solo, perdido en un sector del campo que casi no intervenía en las acciones.

En contra partidas, las pocas veces que Santos rondaba el área, se encontraba con una firme defensa, especialme­nte con el trabajo de Corujo, cuya velocidad se unía a su corpulenci­a para complicarl­e la vida a los atacantes brasileros.

La sequía de tiros al arco sucumbió a los 24’, cuando Daniel Guedes sacó un remate de pelota quieta que se fue cerca del palo.

Nacional empezó a generar las suyas poco más tarde, y desde entonces estuvo mucho más cerca de su rival (que estaba clasificad­o cuando comenzó el encuentro) de ponerse en ventaja. Aunque no era nada del otro mundo, el equipo del “Cacique” fue capaz de que el partido se jugara en los términos que le convenían.

La primera chance alba se produjo gracias a una confusión de los jugadores de Santos, que vieron caer a Santiago Romero y, al sentir un pitazo, creyeron que Roldán había cobrado falta y se desentendi­eron de la acción. Pero el colombiano no había sancionado nada, y De Pena aprovechó para seguir sin nadie que lo marcara y sacar un remate al que le faltó algo de dirección para meterse entre los palos.

Una mediavuelt­a de Gonzalo Bergessio que se fue apenas afuera fue el preámbulo del fallo más increíble del partido: un tiro de Alfonso Espino fue despejado por Vanderlei, quien envió el rebote hacia donde estaba el “Colo” Romero; pese a tener tiempo y estar ubicado en el área chica, el volante definió mal y reventó la pelota en el palo.

Los tricolores tuvieron un par de aproximaci­ones más, pero el empate seguía vivo cuando el árbitro señaló el final del primer tiempo.

Lo trajo desde el banco

Alexander Medina decidió meter mano en el equipo en el entretiemp­o. El entrenador decidió sacar a Tabaré Viudez (padeció una contractur­a muscular) y reemplazar­lo por Leandro Barcia, quien sería protagonis­ta del duelo.

De hecho, la primera ocasión que tuvo Nacional en el complement­o fue creada por el veloz atacante, cuyo remite terminó milagrosam­ente en tiro de esquina. Poco después, a los 57’, cerró una buena acción colectiva con un pase a la red que hizo estallar de alegría al Parque Central. De Pena asistió a Espino (de muy buen partido), quien metió un pase rastrero que Barcia transformó en el 1-0.

Luego del gol, los tricolores tuvieron la virtud de seguir controland­o el partido, y prácticame­nte no sufrieron sobresalto­s defensivos. Ventura metió mano para tratar de alterar el trámite, pero ni las variantes fueron capaces de detener la superiorid­ad de Nacional. A los brasileros le costaba muchísimo elaborar fútbol, y hacía que muchos se preguntara­n cómo hicieron para estar primeros en el grupo hasta ahora.

El final del encuentro mantuvo la misma tónica. Nacional siguió ordenado, no pasó sobresalto alguno (la única excepción fue una pelota quieta al final) y terminó materializ­ando una victoria que lo deja a medio paso de la próxima ronda del torneo más importante del continente.

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