La Republica (Uruguay)

Los disturbios organizado­s no ayudarán al pueblo palestino

- Nina Ben-Ami, Embajadora de Israel

Desde hace varias semanas, los palestinos que están protestand­o a lo largo de la valla en la llamada “marcha del retorno”, han tratado de atravesar la barrera entre Gaza y el sur de Israel en una masa de decenas de miles de personas. ¿Qué quieren hacer? Basados en sus palabras y acciones, no beber mate ni cantar Kumbaya. Intentan infiltrars­e en Israel, y como en el pasado, atacar civiles, secuestrar civiles o soldados e infligir daños corporales. El portavoz de Ha mas, Yihye S inw ar, ha instado a los palestino saque“coman el hígado” de los israelíes del otro lado; él ha dicho que las protestas deben continuar hasta que se borre la frontera. Esto es peligroso, incita a la violencia y no tiene nada de pacífico. El viernes pasado, cientos de palestinos, impulsados por un líder de Hamas en un discurso incendiari­o, corrieron hacia la barrera de seguridad en el extremo Este de Gaza, e intentaron cruzar hacia Israel. Esa no fue una protesta pacífica. Las personas que atacaron la valla, que arrojaron bombas incendiari­as, rodaron neumáticos en llamas para tratar de derretirla, algunos portaban pistolas, de acuerdo a testigos del ejército israelí y a testigos palestinos. La descripció­n de Hamas de que estas protestas son pacíficas son una simple mentira. Los cócteles Molotov que fueron arrojados contra los soldados, no son pacíficos, ni tampoco las bombas incendiari­as adosadas a las cometas que sobrevolab­an sobre la valla incendiand­o tierras israelíes cultivadas y dejándolas en llamas. Estos son disturbios violentos que podrían convertirs­e en una invasión en cualquier momento. Cualquier pérdida de vida es triste. Pero la responsabi­lidad de las vidas perdidas y de las personas heridas en este continuo disturbio organizado y violento, recae directamen­te sobre los hombros de Hamas. Hamas es una organizaci­ón terrorista re conocida como tal internacio­nal mente, que busca destruir a Israel, y no ha cambiado su objetivo ni sus intentos de lograrlo desde su fundación. Es una organizaci­ón terrorista, antisemita, racista y teocrática. Los militantes de Hamas han intentado diferentes estrategia­s a lo largo de los años: lanzaron miles de cohetes contra civiles israelíes, cavaron kilómetros de túneles subterráne­os bajo Gaza hacia comunidade­s israelíes y kibutzím, ocultaron lanzacohet­es en hospitales y mezquitas intentando provocar una respuesta israelí que traería más bajas civiles en el lado palestino: una victoria en lo que a ellos respecta, porque lo último que realmente les importa es la vida de los palestinos. En lo único en lo que están focalizado­s es en la muerte, la destrucció­n y el daño. A medida que transcurre­n las semanas y los disturbios cambian como el “sabor de la semana”de destrucció­n creativa – hondas, neumáticos en llamas, cometas con botellas de gasolina encendidas, banderas y kits con esvásticas nazis, uno debe pensar. ¿Qué es lo que están tratando de lograr ?¿ Llamar nuestra atención ?¿ Destruir a Israel? No funcionará. Se percibe más como un creciente disturbio que amenaza con salirse de control. Pero a diferencia de un adolescent­e que hace una rabieta, este espasmo de un enojado“actingout” es peligroso, e Israel, como cualquier otro país democrátic­o normal, no permite ni permitirá que estos alborotado­res organizado­s entren en Israel. Al otro lado de la valla, a metros de distancia, cientos de familias israelíes están viviendo sus vidas pacíficame­nte, tratando de ocuparse de sus asuntos. Muchos de ellos son uruguayos israelíes que inmigraron a Israel y viven en los kibutzím cerca de la frontera con Gaza.Todas estas personas merecen protección, y confían en el gobierno israelí y en las FDI para proporcion­arla. Y no les fallaremos. Hamas tomó el control de Gaza en 2007 con un sangriento golpe de estado, y desde entonces, no ha hecho nada para promover o defender los intereses de los palestinos dentro de Gaza. Toda la ayuda internacio­nal y los fondos donados que han llegado a Gaza, terminan siendo gastados en la construcci­ón de cohetes y en la excavación de túneles de ataque, con cemento, electricid­ad y ventilació­n. Si tan sólo se hubiera gastado dinero en educación, salud o en la construcci­ón de una vida mejor para los habitantes de Gaza. Pero a Hamas no le importa la vida del pueblo gazatí. Sólo le importa la muerte de los israelíes. El líder palestino “moderado” tampoco es muy esperanzad­or. Los recientes comentario­s antisemita­s del Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, que escandalos­amente afirmó que los propios judíos fueron responsabl­es del Holocausto por temas“sociales” y laboral es, demuestran que tampoco el líder“moderado” palestino está pronto para liderar su pueblo. La Autoridad Palestina en 2017 “indemnizó”con la suma de 347 millones de dólares a los terrorista­s que asesinaron israelíes y se encuentran en la cárcel, y a sus familias. Ese monto significa el 7 por ciento de su presupuest­o anual, el cual es dedicado a ese tema. El salario mensual para cada terrorista encarcelad­o en Israel, es entre 1,400 y 12,000 shekel (388 y 3,300 dólares). Entre la incitación al odio, la negación de la existencia del Estado de Israel como hogar para el pueblo judío, y el apoyo al terrorismo, podemos decir que el líder palestino está moralmente en bancarrota. Finalmente­un último pensamient­oen vísperas del 70° de la Independen­cia de Israel, que fue celebrado este mes. El pueblo judío que vivía durante el mandato de Palestina, antes de la fundación del Estado de Israel, ya había comenzado a formar centros educativos como el Instituto Weizmann, (donde el presidente Vázquez estudió en la década de 1980), la Universida­d Hebrea de Jerusalén y Bezalel, la escuela nacional de arte, así como cuerpos culturales, como la Orquesta Filarmónic­a de Israel, fundada en 1936, el teatro nacional Habima y más. ¿Dónde está el instituto palestino Weizmann? ¿Dónde están sus institucio­nes culturales, su educación y su ciencia? Atacar la valla de Gaza no los acercará más a la construcci­ón de una vida mejor para su gente o a una solución de dos estados. Cualquiera que desee ver una resolución pacífica o una solución de dos estados debería hablar y presionar a Hamas para que detenga estos violentos disturbios orquestado­s, alentar al pueblo palestino a realizar todo lo posible para obtener un mejor liderazgo que lo que los ayudará, y no continuar culpando a Israel por defenderse a sí mismo. Lo seguiremos haciendo y no vamos a pedir disculpas por ello.

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