Discuten cese al fuego entre ELN y el gobierno
La búsqueda de un cese del fuego entre el gobierno de Colombia y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) fue el principal tema de la agenda que se discutió en La Habana, dijeron a la prensa los negociadores jefes de las dos partes. “Lo que venimos a hacer acá a La Habana es sacar adelante un refuerzo del diálogo nacional en Colombia y un nuevo cese al fuego bilateral nacional temporal que ayude que ese diálogo avance”, dijo el comandante Pablo Beltrán, jefe del equipo negociador del ELN.
Por su parte, el jefe de la delegación gubernamental, Gustavo Bell, sostuvo que “somos conscientes de que tenemos que dar pasos decisivos, que llegó la hora de ir concertándolos y que en esta ocasión tienen que ver con un cese al fuego estable y más robusto, que permita no solo llegar a las elecciones que se van a realizar en Colombia en absoluta paz, sino que también implique que Colombia sea una sociedad sin secuestros, ni extorsiones, no haya reclutamiento de niños, que vivamos en un país donde la convivencia pacífica sea la que marque las relaciones entre los ciudadanos”.
Las elecciones presidenciales están previstas para el 27 de este mes y la campaña se desarrolla en un creciente clima de violencia contra activistas sociales así como amenazas de muerte a algunos candidatos.
Beltrán sostuvo que “estamos en medio de un esfuerzo que ya está completando cuatro años, de un proceso de paz que ha llevado a la desmovilización de la otra guerrilla (…) las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), pero ese proceso en este momento está enfrentando dificultades muy grandes”. El líder guerrillero dijo que “tengo el deber de ser solidario con los compañeros de la FARC que han puesto, como decimos en Colombia, todos los huevos en una sola canasta, y ven que la canasta está a punto de caerse al piso”, refiriéndose a la resistencia de poderosos sectores al proceso de paz y a los asesinatos de miembros de la disuelta guerrilla.
La FARC se desmovilizó y entregó las armas tras firmar un acuerdo de paz con el Gobierno en diciembre de 2016 para convertirse en el partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común; desde entonces han sido asesinados una veintena de sus miembros, mientras asuntos medulares de lo acordado fueron desbaratados o dejados de lado por el Congreso, la fiscalía o la justicia. “Pese a esas adversidades, somos conscientes que el único camino viable para Colombia, para una solución política, es que esta vía del diálogo salga adelante”, precisó Beltrán. El negociador jefe mencionó que el asesinato de líderes sociales y opositores creció en 20% “de un año a otro”.
“Todo movimiento social de izquierda en Colombia hace reclamo de esto, pero en vez de contenerse o neutralizarse, toda esta situación va configurando un genocidio de la oposición que actúa en la legalidad”, comentó. Beltrán observó asimismo que las conversaciones tienen dos grandes objetivos.
“Uno será sacar la violencia de la política, y cada parte tendrá que hacer un esfuerzo para que eso ocurra y, a su vez, propiciar las transformaciones en Colombia, porque nada ganaríamos si no ocurren esas transformaciones, si no cambian las condiciones que generaron el alzamiento armado”, dijo.