Influencia de las mujeres en la lucha por la reforma de las políticas de drogas
Entre los proyectos que se proponen como solución para el cambio de las políticas de drogas, merece especial atención el que parte de los sujetos considerados ´´perturbados´´, en realidad ´´perturbadores´´ de los que defienden el control: usuarios de drog
L as políticas de drogas viven un momento de alineamiento reflejado en la disputa de los proyectos políticos e ideológicos que componen la lucha por la reforma. Estos proyectos son impulsados por organizaciones, movimientos sociales e instituciones que constituyen el campo de lucha por el cambio de las políticas de drogas en Brasil y en el mundo.
La actuación política de ese amplio campo ha sido marcada por acciones articuladas de incidencia y producción política, científica y social. A través de la actuación de los grupos y sujetos se evidencian las convergencias y divergencias de las disputas expuestas en los proyectos políticos presentados como solución para el cambio de la política de drogas. Los proyectos se presentan a partir de diversas narrativas: jurídicas, académicas, partidarias, médicas, institucionales, gubernamentales y especialmente la narrativa de los sujetos considerados “perturbados”, personas que llamo ´´perturbadores``: usuarios de drogas, grupos sociales vulnerados por la “guerra contra las drogas”, personas negras y pobres y especialmente mujeres y jóvenes.
Es en este escenario de la política de drogas que se encuentran las mujeres feministas anti prohibic ion is tas, construyendo un proyecto colectivo con el campo“perturbador ´´ de los sujetos históricamente silenciados por las estructuras sociales racistas y machistas. La organización del campo de l@s “perturbadores`` está marcada por momentos importantes durante la consolidación del proyecto genocida de la “guerra contra las drogas” y de la construcción del proyecto de cambio de la política de drogas, que tiene en cuenta las cuestiones de raza, clase, género y subjetividades a partir de la garantía de derechos. El crecimiento de ese campo “perturbador” se percibe en dos momentos.
Usuari@s de drogas: el inicio de la reducción de daños
La Reducción de Daños (RD) es una estrategia de cuidado y empoderamiento político de las personas que usan drogas, ubicadas en grupos vulnerados por“la guerra contra las drogas” y la epidemia del sida. La RD lleva 30 años en Brasil y fue influenciada por la experiencia de usuarios de drogas en Holanda, que viviendo el contexto de epidemia de hepatitis se organizaron para exigir al Estado responsabilidad por la garantía de servicios públicos adecuados, como por ejemplo, el cambio de jeringas para el uso de drogas inyectables. La RD alcanzó proporciones mucho mayores evidenciando metodologías y tecnologías sociales desarrolladas por usuarios, vinculadas con la educación popular y comunitaria y produciendo un vínculo territorial y de auto reconocimiento de agentes reductores de daños, que se convierten en promotores. Esos reductores de daños promueven el intercambio de insumos y posibilitan el intercambio de miradas, cuidados, afectos, informaciones y estrategias de resistencia.
Durante 30 años la RD ha sido disputada en su concepción, especialmente por vía de la institucionalización y del conservadurismo, por lo que el campo “perturbador´´ considera urgente rescatar y demarcar el origen de esa estrategia a partir de sus pensadores. La presencia de usuarios de drogas en la construcción de esa estrategia es lo que garantiza que el movimiento no se muera, al contrario, se reinvente para influenciar la política de drogas y la política pública de reducción de daños. Es necesario disputar la RD en la institucionalidad además del campo de estudios e investigaciones científicas, que en varias ocasiones descuidan la contribución social y el derecho de las poblaciones y grupos sociales vulnerados.
Algunas experiencias pioneras de la RD en el campo institucional en Brasil son el programa “Actitud” en Pernambuco, el extinto “Brazos Abiertos” en São Paulo y el “Corra para el Abrazo” en Bahía. Son ejemplos de programas que trabajan con las personas construyendo autonomías. Sin embargo, necesitamos cautela al decir que esos programas solucionan la disputa en torno a la RD y las narrativas institucionales de tutela que a veces permean la ejecución de la política pública. Es importante estar alerta para garantizar que experiencias exitosas como éstas se conviertan en políticas públicas, no queden a merced de proyectos de gobiernos y coyunturas políticas, y sean planificadas, implementadas y monitoreadas con la participación de los “perturbadores´´.
Evolución en las marchas de la marihuana
La Marcha de la Marihuana fue el movimiento que generó condiciones para la
“consolidación y difusión del antiprohibicionismo en Brasil”, afirma Delmanto en su libro ´´Camaradas Caretas`` (2013). La construcción de esa Marcha está marcada por diversos momentos de disputas históricas en estos 15 años en Brasil. Esas disputas se reflejan en la llegada de nuevos actores que provocan una ruptura entre el campo que defiende apenas la legalización de la marihuana y los antiprohibicionistas o “perturbadores``, que amplían la discusión hacia el genocidio del pueblo negro, los encarcelamientos, el feminismo y la legalización de todas las drogas. La consolidación del movimiento antiprohibicionista a través de las Marchas de la Marihuana está marcada especialmente por la transición del debate únicamente sobre marihuana, cultivo y uso medicinal, hacia cuestiones como racismo, machismo y el sistema de producción capitalista que estructura las opresiones que sostienen la prohibición.
En la actualidad, la Marcha de la Marihuana reúne una diversidad de grupos que actúan por el cambio de la política de drogas: usuarios de
Los sujetos considerados “perturbados”, personas que llamo ´´perturbadores`` (son los) usuarios de drogas, grupos sociales vulnerados por la ´guerra contra las drogas´, personas negras y pobres y especialmente mujeres y jóvenes”.
“antiprohibicionistas ´Las mujeres feministas (construyen) un proyecto colectivo con el campo ´perturbador´ de los sujetos históricamente silenciados por las estructuras sociales racistas y machistas”.
El diálogo y la organización de las mujeres generan procesos reflexivos de autoconciencia y autotransformación, así como la articulación y ampliación de redes y movimientos indispensables para el fortalecimiento de acciones transformadoras de la realidad”.
´Como fruto de la emer“gencia del feminismo en el campo de la política de drogas en América Latina y el Caribe, se lanzó en noviembre de 2017 la Red Latinoamericana y Caribeña de Feministas Antiprohibicionistas, que tiene el papel fundamental de incidir sobre los efectos nefastos de las políticas prohibicionistas en la vida de las mujeres”. Ingrid Farías
drogas, investigadores, profesionales de salud, operadores de justicia, personas que hacen uso medicinal, madres, movimientos feministas, negros, activistas por el derecho a la ciudad o a la agroecología, entre otros. Esa ampliación de la actuación colectiva se debe en especial a la presencia de las mujeres feministas, que portan un gran potencial para construir los cambios sociales y políticos.
Democratizando el poder de la palabra y ampliando narrativas
Consolidar un campo interseccional no es una tarea fácil en la disputa de la política de drogas. Para eso es importante reflexionar sobre la condición de privilegio de los sujetos involucrados en ese proceso, exigiendo el reconocimiento de las prerrogativas que garantizan los espacios para la palabra con credibilidad, para disputar el poder que sólo se concibe a través de parámetros de formación, raza, clase, género y trayectorias políticas. Los sujetos políticos privilegiados tienen la responsabilidad revolucionaria de promover la democratización del poder a través del fortalecimiento del protagonismo de los sujetos “perturbadores``, para que éstos produzcan narrativas que influencien la alteración de los modelos de control y garanticen la disputa ideológica del proyecto colectivo de sociedad. Sólo es posible realizar esa transformación consolidando la garantía de derechos y la reparación a esos grupos sociales descuidados, encarcelados, “higienizados” y exterminados por el proyecto prohibicionista.
Paulo Freire (2005) dijo que “En la educación existen sujetos que poseen el poder de decir la palabra verdadera solos, o decirla para los demás, en un acto de prescripción, con el que se roba la palabra a
los demás”. Nuestro proyecto necesita ser liberador y fundado en el diálogo, en el reconocimiento del saber que todos los sujetos producen y con el que transformamos el mundo. Las subjetividades importan y debatir sobre el protagonismo y el lugar de la palabra en los espacios de poder es fundamental. Sólo la persona inmediatamente afectada por las circunstancias que la oprimen puede abordar el asunto que causa su sufrimiento.
Contribuciones feministas
Las mujeres reivindican desde hace muchas décadas el espacio público, político e institucional, a través de la participación y reconocimiento de la actuación política feminista, que disputa en los procesos políticos de diversos espacios de poder como sindicatos, movimientos sociales de vanguardia, partidos, asociaciones, gestiones públicas y especialmente en las calles. No ha sido diferente en el movimiento antiprohibicionista, que ha vivido una fuerte influencia de la actuación de las mujeres y precisó alinear el proyecto político a la lucha contra un sistema estructurante que es patriarcal, racista, manicomial y capitalista. Creemos que el diálogo y la organización de las mujeres generan procesos reflexivos de autoconciencia y autotransformación, así como la articulación y ampliación de redes y movimientos indispensables para el fortalecimiento de acciones transformadoras de la realidad, que precisa de una revolución en la vida cotidiana.
En este contexto nace la Red Nacional de Feministas Antiprohibicionistas en Brasil, como reflejo del protagonismo de las mujeres que construyen diversos campos en la política de drogas brasileña, como en la autoorganización y en el autocuidado. En la Red Nacional de Feministas Antiprohibicionistas somos más de 200 mujeres articuladas en 14 estados brasileños, usuarias de drogas, profesionales del sexo, reductoras de daños (promotoras), investigadoras, personas en situación de calle, comunicadoras, madres, negras, blancas, indias, quilombolas, ¡diversas, jamás dispersas! Cumplimos un papel fundamental para incentivar a los movimientos y organizaciones de reforma de la política de drogas a reconocer la legitimidad de un proyecto político pensado por los “perturbadores´´.
Como fruto de la emergencia del feminismo en el campo de la política de drogas en América Latina y el Caribe, se lanzó en noviembre de 2017 la Red Latinoamericana y Caribeña de Feministas Antiprohibicionistas, que conecta a mujeres de 7 países de América Latina y tiene el papel fundamental de incidir sobre los efectos nefastos de las políticas prohibicionistas en la vida de las mujeres.
El proyecto político del campo “perturbador´´
Nuestro proyecto político prevé reparación a los“perturbadores``, y nuestra intervención es sobre el encarcelamiento masivo de la población joven, femenina y negra. Trabajamos en alianza con diversas organizaciones y movimientos construyendo esta lucha diariamente en los territorios devastados por el proyecto fascista, racista y machista de la prohibición de las drogas.
Exigimos una legalización que evalúe el impacto económico en las periferias de todo Brasil, por el notable volumen económico que el tráfico de drogas mueve en la economía de las periferias en el que está inserto, superando el moralismo que vela el debate sobre la ausencia de políticas públicas y alternativas de trabajo y renta para las poblaciones que viven en esas periferias. Nuestro proyecto busca la reparación de esta población que desde hace años vive la militarización de sus territorios y la violación de sus derechos por “la guerra contra las drogas”. No vamos a permitir que el lucro generado por la legalización sea concentrado por el gran capital; nuestra legalización prevé economía solidaria, auto cultivo, asociaciones, reforma agraria y políticas públicas interseccionales.
Luchamos por la alteración de los modelos bélicos de
control del cuerpo; la legalización de las drogas es una de nuestras reivindicaciones pero también exigimos legalización del aborto, fortalecimiento de las políticas públicas y de la cultura antimanicomial, y reformas abolicionistas en el sistema jurídico. Tenemos el deber de construir espacios políticos que también estén marcados por el cuidado, para fortalecer el respeto a las subjetividades. Parafraseando a Emma Goldman, “Si no puedo bailar, no es mi revolución”. (*) Red Nacional de Feministas Antiprohibicionistas, Asociación Brasileña de Reducción de Daños, Red latinoamericana de personas que usan drogas. Fuente: ``Intercambiando``, boletín de Intercambios Asociación Civil, Argentina.